Peñailillo: "Cuando ocupo un cargo, lo ocupo en plenitud"

Futuro ministro del Interior buscará priorizar gestión en las relaciones políticas centrando en subsecretarios temas de seguridad. Su primera prueba será alinear a los partidos tras las designaciones de los intendentes




Rodrigo Peñailillo, militante PPD, de 39 años, subió ayer al escenario ubicado en uno de los salones del Hotel San Francisco para convertirse oficialmente en el ministro del Interior del segundo gobierno de Michelle Bachelet.

La designación de quien es identificado como "el hombre fuerte" de la futura mandataria, fue la principal novedad del anuncio.

Durante las últimas semanas, tanto dirigentes partidarios como los integrantes del círculo más cercano a la Presidenta electa, Michelle Bachelet, aseguraban que el rol del militante PPD ya estaba definido: jefe de asesores del segundo piso, por lo que mantendría su habitual perfil de silencio. Pero ayer tuvo que hablar. "Las personas que me conocen saben que cuando yo ocupo un cargo, lo ocupo en plenitud", dijo en una primera improvisada vocería.

Su futuro en el próximo gobierno, sin embargo, cambió de rumbo hace unos días. Terminó por convertirse en el próximo jefe del gabinete ministerial del gobierno que desembarcará en La Moneda, el próximo 11 de marzo.

La carrera política del ingeniero comercial nacido en Cabrero, comenzó en 2002, cuando el ex presidente Ricardo Lagos lo nombró intendente de Arauco. Su relación con Bachelet se iniciaría tres años más tarde, cuando la acompañó en su primera campaña para llegar a La Moneda, conviertiéndose luego en jefe de gabinete y, posteriormente, en el asesor más cercano a la futura mandataria.

La designación del militante PPD es vista en los círculos del futuro bloque oficialista como la consolidación y formalización del "poder real" que detenta el más influyente de los asesores de Bachelet.

Con Peñailillo la futura presidenta apuesta a tener completo control del comité político de La Moneda, evitando así replicar lo sucedido durante su primer mandato, donde no consiguió consolidar sintonía con sus ministros DC que ocuparon el cargo.

Fuentes cercanas al círculo de la mandataria aseguran que el rol de Peñailillo en Interior se inclinará casi exclusivamente en el manejo político del gobierno, delegando en los subsecretarios de Interior y de Prevención del Delito los temas de seguridad nacional, replicando así el modelo instalado por su antecesor en el primer gobierno de Bachelet, el ministro Edmundo Pérez Yoma.

Las primeras luces de que en un segundo gobierno de Bachelet Peñailillo expermentaría un crecimiento exponencial de su influencia, se evidenciaron durante la campaña presidencial: al rol de secretario ejecutivo de una campaña de exitosos resultados, se sumó el hecho de que se convirtió en el interlocutor "obligado" de los altos dirigentes partidarios de la Nueva Mayoría con Michelle Bachelet y en el coordinador, junto a Alberto Arenas, de la estrategia legislativa del bloque en el Parlamento.

Además, estrenó un rol público inédito en su carrera, al asumir el liderazgo de las ofensivas fiscalizadoras del comando, apuntando a suspuesto intervencionismo electoral del gobierno durante la campaña presidencial y parlamentaria.

Aunque no hay dudas de su relación de complicidad con la mandataria, en la Nueva Mayoría reconocen que su bajo perfil y corta trayectoria política podría ser un flanco a la hora de enfrentar el rol público y político del ministerio más importante del gabinete.

Pese a que Peñailillo asumirá oficialmente el próximo 11 de marzo como secretario de Estado, durante los próximos días enfrentará su primera prueba de fuego: la designación de los futuros intendentes, nombramientos donde deberá hacer gala de su capacidad política para pactar con las dirigencias partidarias.

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