Pese a altas expectativas, Kerry logra lentos avances en Medio Oriente a un año de asumir

El secretario de Estado es criticado por no lograr progresos en la crisis en Siria y el programa iraní. Tampoco ha avanzado significativamente el proceso de paz entre israelíes y palestinos.




Cuando el ex candidato presidencial demócrata John Kerry asumió la Secretaría de Estado en febrero del año pasado, las expectativas por su gestión eran altas y temas como el programa nuclear iraní, la crisis en Siria y las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos eran los principales en su agenda. Sin embargo, en este tiempo ha sido criticado por no lograr progresos en su administración.

En este sentido, el columnista Doyle McMaus, del diario Los Angeles Times, hizo una analogía entre la diplomacia y andar en bicicleta: no importa lo lento que se mueva, es mejor seguir, porque si se queda quieto se cae. "El secretario de Estado está poniendo ese principio a prueba en su trabajo en los principales problemas del mundo: con el programa nuclear iraní, la guerra en Siria y el conflicto entre israelíes y palestinos. Kerry no ha llegado a ningún lado todavía, pero al menos tiene la bicicleta andando", escribió.

Para el analista Hussein Ibish, del centro de estudios American Task Force on Palestine -que conversó con la agencia France Presse (AFP)- el principal logro ha sido el diálogo directo entre israelíes y palestinos reiniciado a fines de julio, que "sin Kerry seguramente no habría sido lanzado". Sin embargo, el proceso no ha avanzado mucho.

Además, fue él quien estuvo detrás del acuerdo de septiembre sobre el arsenal químico sirio, y en noviembre impulsó un acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Por último, fue uno de los asociados en la reunión de Ginebra II, sobre Siria, realizada hace dos semanas.

"No obstante, aún no hay desenlace sobre esos compromisos, por lo que la efectividad de su actuación aún está en evaluación", dijo Hussein Ibish.

Según la revista The Atlantic, Kerry se ha hecho conocido por salirse de libreto. En un viaje a Pakistán en agosto pasado, provocó un incidente diplomático en una entrevista. Señaló que el Ejército paquistaní estaba "restaurando" la democracia cuando derrocó al presidente que había sido democráticamente elegido. Como su declaración no se alineaba con la posición de la Casa Blanca, al poco rato funcionarios en Washington salieron a corregirla.

Kerry, además, ha sido blanco de severas críticas en Medio Oriente. Este fin de semana, por ejemplo, habló explícitamente de la posibilidad de boicoteos occidentales a Israel si no pone fin a los asentamientos en Cisjordania. El titular de Defensa israelí, Moshe Yaalon, lo acusó de tener una "obsesión fuera de lugar" y un "fervor mesiánico" en su mediación en el proceso de paz. Aunque ayer este último se disculpó de sus dichos.

Según Aaron David Miller, quien fue consejero de seis secretarios de Estado, "para ganarse un lugar en el podio de los  secretarios de Estado, Kerry debe lograr algo importante, y eso aún no ha  ocurrido".

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