Plazos presidenciales: la primera tensión del Frente Amplio

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La semana pasada el bloque de izquierda extraoficialista fijó su primer hito en el itinerario presidencial: el 20 de marzo cada fuerza que integra el conglomerado sincerará sus cartas para llegar a La Moneda. Sectores del propio pacto, sin embargo, advierten que esa fecha aún es prematura.




Hasta la llamada "Casa del Maestro" del Colegio de Profesores, ubicada en el barrio Yungay de Santiago, llegaron el sábado 11 los dirigentes de las once fuerzas que integran el Frente Amplio, plataforma política de izquierda extraoficialista que aglutina desde Revolución Democrática hasta el Partido Igualdad. Uno de los objetivos del encuentro era fijar requisitos mínimos para el eventual ingreso de otras agrupaciones al bloque -entre otras exigencias, autonomía de la Nueva Mayoría y Chile Vamos y no estar vinculado al financiamiento irregular-, además de trazar objetivos programáticos comunes, como la Asamblea Constituyente como procedimiento de reemplazo de la actual Carta Fundamental.

Sin embargo, en aquella cita también se estableció el primer criterio concreto para enfrentar los comicios presidenciales de este año. Así, la dirigencia acordó que cada fuerza política llegará al 20 de marzo con el nombre de un candidato presidencial para proponer al resto de la coalición.

"La mesa coordinadora del Frente Amplio acordó que cada partido y movimiento presentará sus cartas presidenciales y parlamentarias, para así comenzar a tomar definiciones", dice Andrés Hidalgo, coordinador político de Poder Ciudadano.

Hasta ahora, el Frente Amplio solo baraja cartas presidenciales desde la informalidad y las pretensiones. En las conversaciones de pasillo del bloque se barajan diversos postulantes: Sebastián Depolo y Claudia Sanhueza por parte de RD; el académico Carlos Ruiz en representación de la Izquierda Autónoma, y una incierta exploración por parte de Poder Ciudadano frente a la periodista Beatriz Sánchez y el vocero del movimiento "No+AFP", Luis Mesina.

Con todo, fuentes del bloque reconocen una dificultad que es transversal a toda la política: la actualización del padrón electoral que la nueva Ley de Partidos exige a las colectividades. En particular, para la inscripción de una candidatura presidencial.

El contexto es complejo. La normativa exige que los partidos que formalicen una candidatura a La Moneda deberán estar inscritos en todas las regiones de país, condición que ahora solo cumplen el Partido Humanista, Partido Igualdad y el Partido Ecologista, estatus que los obliga a refichar a sus militantes con fecha límite 14 de abril.

La Ley de Partidos, además, agrega la posibilidad de que los partidos que no tengan presencia nacional puedan inscribir candidatos con el 0,5% de las regiones donde se encuentren legalizadas las colectividades. Tanto RD como Poder Ciudadano están afiliando a nuevos militantes y esperan alcanzar la legalización en ocho regiones. Una meta difícil, según reconocen dirigentes de ambos partidos.

Una última opción que evalúan en el Frente Amplio es realizar una primaria convencional abierta a la ciudadanía -mecanismo similar que llevó al autonomista Jorge Sharp a la alcaldía de Valparaíso-, para luego ser inscrita en calidad de independiente con las 35 mil firmas que exige la legislación. El problema es que ese vía no admite firmas de militantes de partidos.

Por lo mismo, hay sectores del conglomerado que difieren de autoimponerse plazos para resolver el dilema presidencial, precisamente por las dificultades que tiene la normativa, las que se hacen más complejas para las fuerzas emergentes que integran el Frente Amplio. "Tenemos hasta el 14 de abril para saber las condiciones de refichaje del Frente Amplio y los partidos que no tenemos que reficharnos, ver a cuántas regiones llegamos. Creo que antes de esa fecha es apresurado definir el tema presidencial", remata el presidente de RD, Sebastián Depolo.

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