Policía de Nueva York investiga actuación de efectivos que abatieron a hombre en Times Square

El sábado agentes mataron un hombre al que le dispararon hasta en doce ocasiones en la céntrica plaza, ante la mirada atónita de los curiosos que paseaban ese día por la zona.




El Departamento de Policía de Nueva York investiga la actuación de dos efectivos que el fin de semana abatieron a un hombre al que le dispararon hasta en 12 ocasiones en la céntrica plaza de Times Square ante la mirada atónita de los curiosos que paseaban ese día por la zona.

"En estos momentos hay una investigación en curso", confirmó un vocero del departamento que dirige Raymond Kelly, que declinó pronunciarse sobre las críticas de los familiares de la víctima por la actuación de los agentes en un suceso que fue captado por las cámaras de algunos turistas.

Los hechos ocurrieron el sábado por la tarde cuando dos agentes dispararon a Darrius Kennedy, que al parecer ignoró las órdenes de los policías para que tirara un cuchillo que llevaba en la mano en la Séptima Avenida a la altura de la calle 38, en el centro de Manhattan.

Al menos siete de los doce disparos impactaron en el cuerpo de la víctima, de los cuales tres fueron a parar en el pecho del hombre y le causaron la muerte, según la versión de la policía, que ha defendido como "apropiada" la actuación de los agentes en un incidente en el que nadie resultó herido.

El Departamento de Policía explicó que los dos efectivos, que en ese momento no llevaban las pistolas que emiten descargas eléctricas, intentaron "hasta en seis ocasiones" reducir al hombre con gas pimienta "sin éxito", según publica hoy el diario The New York Times.

Kennedy, de 51 años, tenía un historial de problemas mentales que se remontan a octubre de 2008, cuando tuvo que ser trasladado al hospital Bellevue de la ciudad para someterse a una evaluación psiquiátrica después de que fuera encontrado pateando unos cubos de basura en Times Square.

La policía recordó también que el hombre fue condenado a pasar cuarenta días en la cárcel después de ser arrestado a finales de 2008 en las inmediaciones del Lincoln Center por amenazar con un destornillador a unos policías que trataban de impedir que siguiera acosando a los conductores en la avenida Broadway.

"Esto podría haberse manejado de otra manera. Para matar a un caballo no hacen falta doce o quince disparos y tampoco para matar a una persona", afirmó al citado periódico Mary Johnson, familiar de la víctima, oriunda de Hempstead pero que llevaba años viviendo en Manhattan.

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