Presunto secuestrador de Jaycee Lee Dugard afirma haber oído "voz de Dios"




El presunto secuestrador de la estadounidense Jaycee Lee Dugard, quien desapareció hace 18 años y fue encontrada esta semana, llamó la atención de la policía cuando distribuía panfletos religiosos en la Universidad de Berkeley.

Los vecinos y conocidos describen a Phillip Garrido, de 58 años, como un fanático religioso que afirmaba oír la voz de Dios. "En los últimos dos años cada vez repetía más esas chácharas religiosas. Casi nos daba pena", dijo al canal KCRA el empresario Tim Allen, que imprimía sus tarjetas de visita en la tienda de Garrido.

En una entrevista telefónica tras ser detenido, Garrido afirmó dirigir una iglesia con el nombre de "Los deseos de Dios". "Al principio pasaba conmigo algo repugnante, pero después modifiqué mi vida por completo", lo cita KCRA.

Nadie debe sacar conclusiones anticipadas, porque al final saldrá a la luz "una historia fuerte, conmovedora", profetizó el hombre, condenado en el pasado por abusos sexuales y que tenía una imprenta en el terreno de su casa.

Incluso difundía sus ideas religiosas en un blog en Internet. Por ejemplo, afirmaba que había creado una máquina a través de la cual podía escuchar voces de otros mundos. Afirmaba que "el Creador" le había dado la capacidad de "hablar de parte de los ángeles", de modo que podía "salvar a todo el mundo".

"Es todo tan estrambótico, pero me lo puedo creer", comentó Ron Garrido sobre las graves acusaciones contra su hermano menor, de quien dijo al "San Francisco Chronicle" que abusaba de drogas cuando era joven y sufría neurosis sexuales.

La mujer de Garrido, Nancy, "hacía todo lo que él le exigía". Ron Garrido, de 65 años, comparó la influencia de su hermano sobre su esposa con la del líder de un la secta "La Familia", Charles Manson, y sus seguidores.

Phillip Garrido fue acusado hoy más tarde de secuestro, violación y privación de la libertad, según informó CNN. La acusación contra él y su esposa consta de 28 puntos en total. Los dos se declararon "no culpables". De ser hallados culpables, podrían ser condenados a cadena perpetua. La pareja se encuentra en cuestodia policial en el distrito de El Dorado County.

Garrido es ahora investigado también en relación con el asesinato de prostitutas en los años 90. Según informó hoy el diario "Los Angeles Times", los cadáveres de las mujeres fueron encontrados cerca de donde éste trabajaba anteriormente.

En 1971, Phillip Garrido fue condenado tras el secuestro de una mujer en Reno (Nevada) por ese delito y por violación. Conoció en la cárcel de Leavenworth (Kansas) a su mujer, que visitaba a otro preso. Tras su liberación la pareja se mudó a fines de los años 80 a la casa de la madre de Garrido en Antioch (California). Según "USA Today", todavía fue encerrado dos veces por secuestro y delitos sexuales.

Jaycee Lee Dugard, quien fue secuestrada con 11 años, tuvo dos hijas con su secuestrador, hoy de 11 y 15 años. Tanto la madre como las menores están "relativamente en buen estado de salud", según el sheriff Fred Kollar. Pero pasar 18 años en esas circunstancias seguramente "pasará factura".

Los vecinos reaccionaron consternados. Afirman nunca haber visto a Jaycee Lee Dugard, aunque sí a las dos niñas, que llamaban "papá" a Garrido. "Nunca escuchamos a nadie gritar o pedir ayuda", dijo la vecina Heather McQuaid-Glace al "New York Times". "Él siempre fue raro", comentó Diane Doty, cuyo terreno linda con el de Garrido. "Pero nunca vi a la niña".

Garrido llamó la atención de la policía el martes cuando repartía los panfletos acompañado de las niñas. En un segundo interrogatorio en la comisaría el miércoles, al que llevó a las dos niñas y a su madre, a la que llamaba "Allissa", se reveló la verdadera identidad de la mujer hoy de 29 años.

La policía de Antioch reconoció hoy haber cometido errores en su investigación. "Dejamos pasar la oportunidad de detenerlo antes", dijo el sheriff Warren Rupf a los periodistas. Reconoció que deberían haber investigado la pista de una vecina que hace dos años contó a la policía haber visto a los niños y el escondite en el jardín. En ese momento un efectivo habló con Garrido pero no requisó la casa.

Por su parte, el padre de Garrido, Manuel Garrido, de 88 años, describió a su hijo menor como "un hombre enfermo". El padre, que vive en el norte de California, dijo al diario "Los Angeles Times" que su hijo debía ser castigado pero tratado como "una persona loca". Afirmó que ya le había dado problemas en la escuela, cuando el entonces niño descubrió el LSD. "Con eso arruinó su vida. Y luego hizo un montón de cosas disparatadas".

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