Providencia: colegios utilizan tómbola para admisión de alumnos

El mecanismo se ejecuta cuando la demanda por cupos supera a la oferta de los establecimientos.




Este año, los postulantes al Liceo Lastarria se enfrentaron con un nuevo sistema de selección. Las 190 familias  candidatas a unos de los 45 cupos para kínder del establecimiento tuvieron que  someterse al azar para que sus hijos fueran seleccionados. Esto, porque, por primera vez, la Corporación de Educación de Providencia decidió impulsar un sistema aleatorio de selección y que esta vez se tradujo en la utilización de una tómbola.

"Teníamos que resolver la sobredemanda del colegio y la municipalidad optó por esta práctica a partir de este año, de alguna forma adelantándose a lo que se discute por los proyectos de ley", explica la directora del Lastarria, Malva Venegas.

El nuevo sistema está habilitado para que se aplique en todos los recintos en donde la demanda supere la oferta de matrícula, lo que este año se dio en siete de los 11 colegios comunales.

El director de educación de Providencia, Mariano Rosenzvaig, afirma que la tómbola se usa después de haber aplicado un sistema de filtros: "Primero utilizamos criterios de preferencia -previo al sorteo- que benefician a aquellos alumnos que tienen hermanos en el recinto o que son hijos de funcionarios del colegios o de la municipalidad. El remanente va a la tómbola y el sorteo decidimos hacerlo en la notaría  del señor Fernando Celis Urrutia".

El proceso se aplicó para los cursos de básica y preescolar, mientras que los postulantes de séptimo y primero medio se someten a una prueba de conocimientos universal.

El objetivo de impulsar un proceso de selección vía tómbola apuesta a "hacer un sistema más justo. Nosotros tenemos criterios preferentes en función de que valoramos mucho a las familias que ya han confiado en los colegios de la comuna y valoramos, también, el compromiso que tienen los funcionarios", detalla Rosenzvaig.

La Corporación cuenta con dos sistemas de admisión. Uno regular para cualquier alumno y el otro de transferencia que es utilizado para los estudiantes matriculados en algunos de los establecimientos de Providencia. En ambos casos se utilizó la modalidad de la tómbola.

A juicio de Venegas, el "sistema tiene matices, es una situación difícil, porque ves a los papás esperanzados y que tienen que esperar que su hijo salga sorteado. Sin embargo, tiene un alto nivel de transparencia y hace que todos tengan la misma oportunidad, independiente de donde vengan".

El  municipio  está  consciente  de  que  el  proceso  requiere  de mejoras. Una de ellas,  a  juicio  de  Rosenzvaig, es "realizar el sorteo en otra parte que no sea una notaría para que sea aún más transparente y ágil. Ahí tendríamos que tener a un ministro de fe".

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