Putin y Trump reconocen que nivel de confianza cayó a su peor nivel

A menos de una semana de que Estados Unidos lanzara 59 misiles contra una base en Siria provocando la indignación de Rusia, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, se reunió ayer por dos horas con el Presidente ruso, Vladimir Putin para discutir la situación en el país árabe. Pero la cita habría sido un fracaso. Según el diario The New York Times, no se pudo llegar a un acuerdo respecto de los hechos que involucran el uso de armas químicas sobre la población siria, la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses y mucho menos limaron asperezas para mejorar la relación.

"Existe un bajo nivel de confianza entre los dos países", reconoció Tillerson en la conferencia conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavror. Una opinión muy similar a la que expresó Putin en una entrevista para la televisión rusa: "Uno podría decir que el nivel de confianza en términos de trabajo, especialmente en el ámbito militar, no ha mejorado, sino que se ha deteriorado", dijo el gobernante ruso, momentos después de que Tillerson se sentara a dialogar con Lavrov.

Putin volvió a confirmar el respaldo de su país al Presidente sirio, Basher Assad y reiteró que el mandatario no fue responsable del ataque con gas ocurrido el martes pasado en el pueblo de Jan Sheijun e incluso planteó una nueva teoría respecto a que el ataque pudo haber sido montado por los enemigos del líder sirio.

Tillerson reiteró la posición estadounidense de que Assad debe ceder el poder en Siria pero pareció usar un tono más suave con Rusia. Lavrov recibió a Tillerson con comentarios inusualmente fríos, calificando de ilegal el ataque con misiles contra la base en Siria y acusando a Washington de comportarse de manera impredecible.

El canciller ruso dijo, en todo caso, que se había logrado algún progreso sobre Siria en la reunión y que se establecerá un grupo de trabajo para analizar el estado de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Añadió que Putin había accedido a reactivar un acuerdo de seguridad aérea sobre Siria que Moscú suspendió tras el ataque con misiles.

Ya antes de la reunión la tensión había escalado aún más. En una entrevista con Fox, Trump calificó a Assad de "animal" y señaló que "ahora mismo no nos estamos llevando bien con Rusia, para nada. Eso sí, en lo que podría ser una suerte de triunfo para Moscú, el mandatario estadounidense cambió su posición respecto a Siria al señalar que no enviará tropas a ese país, insistiendo en que su principal prioridad es la derrota del grupo yihadista Estado Islámico. Esto contrasta con la posición que había adoptado luego del ataque contra la base aérea y también refleja que al descartar el envío de tropas a Siria Trump ha optado por retomar la doctrina de Barack Obama.

En otra muestra del deterioro de las relaciones entre Washington y Moscú, Rusia vetó una resolución respaldada por Occidente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que se condenaba el ataque químico. El diario The New York Times señaló que se trató de la octava vez que uno de los cinco miembros permanentes del Consejo ha usado su poder de veto para proteger al régimen de Assad, pero en un aparente cambio, China decidió abstenerse.