Regresa a Chile Tanguera, el musical que ha recorrido el mundo

Desde el 3 de agosto está en el Teatro Municipal Las Condes la obra que lleva una década presentándose en varios países. "No tiene fecha de vencimiento", dice su director.




Después de visitar decenas de países, con giras por todo el mundo que duraron meses y con la crítica rendida a sus pies, el director teatral argentino Omar Pacheco aún no tiene claro cuál es el secreto de Tanguera para seguir cautivando.

"Me cuesta explicar su fenómeno", dice al teléfono desde Buenos Aires. "Ha tenido una llegada al público que rara vez se da con productos que están funcionando por 10 años", explica.

Estrenada en su país en 2002, esta obra que mezcla el ballet clásico, cabaret y musical al estilo de Broadway, se sigue presentando a tablero vuelto en las principales ciudades del mundo y con ese cartel aterriza este 3 de agosto, por tercera vez en el país, cuando presente sólo 10 funciones en el Teatro Municipal de Las Condes.

Pacheco, uno de los creadores de Tanguera junto al productor Diego Romay y la coreógrafa Mora Godoy, aventura una posible razón del éxito por la apuesta de hacer un musical fuertemente teatral: "Hay un alto nivel de comunicación actoral, no es que se pongan a bailar y ya, sino que cuentan una historia narrada desde la danza y el cuerpo", dice.

El director cuenta que hay muchos musicales de tango con una orquesta atrás y gente bailando de manera virtuosa, pero es un formato "que ya se agotó", como dice. Por ello, el impacto de Tanguera -que estuvo desde su estreno 18 meses en cartelera en Buenos Aires- es una cuestión musical y coreográfica, pero también estética.

"Nuestro concepto ha sido construir espacios con luz y buscar ambientes minimalistas. De repente salimos de una escena de un simbólico camarín donde hay tres espejos, y hay un tango que en cinco segundos lo convierte en un cabaret. La gente no puede entender cómo armamos algo que parecen fotogramas sacados del cine", dice Pacheco.

Con 27 artistas, entre bailarines y músicos, Tanguera es un melodrama puro que cuenta la historia de Giselle, una joven francesa que se convertirá en la estrella de un cabaret, a comienzos del siglo XX, y que tiene una relación de amor con Lorenzo, "arrabalero" bonaerense que deberá sortear a los guapos del barrio para estar con su amada. Fiel a su origen, es un cuento que se juega en los prostíbulos y las callecitas bonaerenses.

La versión que se verá en el recinto de Avenida Apoquindo ha sufrido con los años algunas modificaciones, que la han perfeccionado en virtud de los nuevos tiempos, apostando por un diseño más ágil y con ajustes a su historia. "Antes de presentarnos en Londres (agosto del 2010) le hice un nuevo arreglo", cuenta Pacheco. "Agregué elementos de continuidad de la historia y de puesta en escena", dice.

Pero la mayor novedad de lo que se verá en Chile será la inclusión de música en vivo, con una orquesta que ejecutará la partitura compuesta por Lisandro Adrover y Gerardo Gardelín. Para el director, esta modificación es clave, ya que los músicos en vivo permiten rescatar el "sonido del alma del bandoneón, su respiración como instrumento. Y eso es determinante".

Tanguera se presentó por primera vez en el país en 2002, apenas meses después de su exitoso estreno en Buenos Aires. Fue en el Teatro Municipal donde debió sumar más presentaciones.

En el 2007 regresó al Teatro Teletón con su elenco original, donde sus funciones fueron también a tablero vuelto. Para esta tercera venida, el elenco ha sufrido modificaciones y la principal deserción es la de la coreógrafa y bailarina Mora Godoy. Para Omar Pacheco, la forma de mantener la vigencia de Tanguera es porque más que un ensamble perfectamente aceitado, es una escuela que forma nuevos talentos.

"En este país tenemos muy buenos bailarines. Lo que hace falta es formarlos teatralmente, para que no sean estereotipados y aprendan a pararse como tangueros", explica.

UNA APUESTA ARRIESGADA
Omar Pacheco cuenta que en muchas presentaciones de Tanguera, en países "que crees que son fríos y distantes", el público termina bailando durante los bises de la obra.

"Eso me ha asombrado muchísimo, porque el tango tiene algo universal que desconozco qué es, pero que provoca euforia", cuenta.

Y recuerda, en perspectiva: "En su origen se juntó un grupo de artistas en un momento importante de nuestras vidas, para acordar en arriesgar por una estética que podría funcionar o ser una catástrofe. En tanto funcionara ese equilibrio entre escenografía, luz, coreografía, narración y equilibrio en la historia. Eso hizo una obra que no tiene una fecha de vencimiento", explica.

Pacheco es un director teatral formado en el circuito alternativo de Buenos Aires, que ganó en 1993 el premio María Guerrero, uno de los más importantes del país. En el 2001 fue llamado por el productor Diego Romay para dirigir la puesta en escena de Tanguera, y volverá a trabajar con él en el musical Caravan tap. Actualmente, se encuentra en la cartelera bonaerense con la obra La cuna vacía, escrita y diriga por él.

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