Relajado ensayo de McCartney duró 45 minutos y contó con la presencia de músicos locales e hijo de Bachelet

Antes del primero de sus conciertos, el músico probó sonido frente a un selecto grupo de invitados.




Aquí el que aparece es otro Paul McCartney. No el compositor más millonario del planeta, ni el autor que aún factura un amplio kilometraje de dólares por sus obras: sobre el escenario de un Movistar Arena aún desierto, con apenas una veintena de invitados cuyo aplauso resuena como un eco perdido, está el músico que aún goza despachando clásicos de la era dorada del rock and roll y trazando una íntima complicidad con sus compañeros de banda, como si el mundo se hubiera congelado en el Liverpool de posguerra.

Así se le vio ayer en la prueba de sonido que realizó en el recinto, en las horas previas a su primer concierto y como una forma de calibrar un montaje que recién aterrizó el lunes. Y para demostrar que esto se trata de una sesión íntima, de un instante para soltar músculos, el inglés aparece a las 17.43 horas y sus cuatro instrumentistas lo reciben con un aplauso de camaradería. Viste pantalón azul oscuro, chaqueta sin mangas y zapatillas con bordes rojos. Durante cinco minutos se lanza en una jam session donde batallan los riffs pesados y los pasajes instrumentales: si la metáfora fuera un partido, éste sería el precalentamiento antes de saltar a la cancha.

Tras esa secuencia, Matchbox es el primer viaje en el tiempo. Un tema propiedad de Carl Perkins y que The Beatles luego hizo suyo en la voz de Ringo. El británico demuestra su vitalidad a través de un timbre que no ha sufrido merma desde sus mejores días. Coming Up, el hit de los 80, es un saludo a una de sus épocas más inquietas, pero también un giro pretérito: fue una de las pocas canciones que Lennon elogió de su carrera solista.

En los siguientes minutos, "Macca" va de la guitarra al bajo, vuelve a la guitarra, prueba el micrófono, advierte sobre un acople de audio y luego se sienta al piano para C Moon, la cándida creación de Wings, aunque introducida por Martha my dear. Things we said today, Bluebird, Appreciate, San Francisco Bay Blues, Midnight Special y Lady Madonna hacen el resto.

En todo momento es ovacionado por los miembros de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, invitados por él mismo y donde destacan Sebastián Dávalos, hijo de Michelle Bachelet y presidente de la entidad, y Denisse Malebrán, la voz de Saiko hoy parte de la Dirección Sociocultural de la Presidencia. Incluso cuando McCartney ve a uno de los niños vestido con una réplica del traje que usó para Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, comenta: "¿Ese soy yo? Tú, el que está ahí…". Las risas nerviosas se dispersan en el recinto. Según la institución, el propio ex Beatle habría deslizado su intención de también concretar un encuentro con Bachelet. En la previa, salió a pasear en bicicleta y, al dejar el hotel, saludó a sus fans.

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