Representante del Vaticano en la ONU aprueba los bombardeos de Estados Unidos en Irak

"Había que intervenir ahora, antes de que sea demasiado tarde", afirmó el Observador Permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas, monseñor Silvano Tomasi.




El Vaticano rompió su tradicional posición pacifista y aprobó los bombardeos contra las posiciones jihadistas en el norte de Irak con el fin de proteger las minorías, sobre todo cristianas, ante la grave e imprevisible situación en Medio Oriente.

Después de la condena pronunciada en 2003 por la invasión de Estados Unidos  a Irak y al rechazo a la amenaza de una intervención militar en el 2013, el Vaticano cambió su doctrina de cara al peligro que constituye la ofensiva del  grupo armado Estado Islámico (EI), la cual podría afectar la geografía  política, económica y religiosa de la región. 

El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas,  monseñor Silvano Tomasi, justificó el bombardeo de Estados Unidos en una  entrevista a Radio Vaticano.

"Había que intervenir ahora, antes de que sea demasiado tarde", declaró el  diplomático de la Santa Sede.

Si bien la iglesia católica suele fomentar más que todo la ayuda de  carácter humanitaria, considera en este caso que la "acción militar es  necesaria".

Para el obispo católico kurdo Rabban al Qas, quien pidió abiertamente la  intervención de Estados Unidos desde la emisora del Vaticano, hay que evitar  que el "lobo penetre el rebaño, lo mate, se lo coma y lo destruya", dijo. 

"Incrédulo y consternado" por las noticias sobre "violencia de todo tipo en  Irak", el Papa Francisco pidió el domingo "una solución política eficaz a nivel  internacional y local".

"No se puede hacer la guerra en nombre de Dios", clamó el papa, en una  alusión a los jihadistas del grupo EI.

Para el Vaticano hay que develar la identidad de aquellos que suministran  el dinero y las armas a los extremistas. 

"Hay que saber cuáles son los países que los apoyan tácitamente", advirtió  al Qas al referirse probablemente a Arabia Saudita.

El Papa argentino envió a Irak al cardenal Fernando Filoni, prefecto de la  Congregación de la Evangelización de los Pueblos como su representante personal.

El purpurado fue encargado de llevar ayuda urgente  a las poblaciones  afectadas, unas 200.000 personas, la mayoría cristianos, expulsadas de sus  casas y extremamente necesitadas de apoyo.

Filoni, quien fue nuncio apostólico en Bagdad del 2001 al 2006, que vivió  la segunda guerra del Golfo, durante la cual fue el único diplomático que allí  se quedó, partirá el martes con destino Bagdad y Kurdistán.

Para algunos observadores de asuntos vaticanos, entre ellos el  editorialista italiano Sandro Magister, los pedidos y las denuncias de  Francisco son demasiado débiles ante la gravedad de los hechos.

Los obispos de la región temen la completa desaparición de los cristianos  de esa región, donde están presentes desde hace dos mil años.

Para otro vaticanista, el estadounidense John Allen, la Santa Sede sigue  respetando su filosofía pacifista aunque es consciente de que la situación  actual es diferente a la del 2003 y 2013.

"La realidad hoy es apocalíptica, no hay alternativas", comentó ante la  posibilidad concreta de una victoria de EI.

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