Rodrigo Álvarez, consejero de la Sofofa y presidente de AB Chile: "He recibido el apoyo de mucha más gente de la que esperaba inicialmente "

Rodrigo Álvarez, consejero de la SOFOFA y presidente de AB Chile

El ex diputado y ex ministro de Piñera reitera que está disponible para asumir la presidencia de la Sofofa. Hasta ahora, dice, ha hablado con más de la mitad de los 120 consejeros del gremio y admite haber tenido una buena recepción. Aunque aún no se atreve a lanzar su candidatura, anticipa que tomará una decisión en los próximos 10 días.




La semana que termina fue intensa para Rodrigo Álvarez, consejero de la Sofofa, ex diputado UDI, ex presidente de la Cámara de Diputados, ex ministro de Energía del gobierno de Sebastián Piñera y actual presidente de la Asociación de Alimentos y Bebidas de Chile (AB Chile). En los últimos días tuvo una nutrida agenda de reuniones y conversaciones -algunas presenciales y otras telefónicas- con decenas de consejeros de la Sofofa, para consensuar una visión y un plan común que le permitan, si define ser candidato, convertirse en el presidente del gremio industrial durante el período 2017-2019. La mismas gestiones que desde otra vereda ha hecho Bernardo Larraín Matte, presidente de Colbún, quien el 29 de marzo anunció su disponibilidad para asumir el liderazgo del gremio, que se definirá el 30 de mayo.

En medio de su agitada 'precampaña', Álvarez se dio tiempo para una antigua afición, poco conocida incluso en su entorno: la música. El jueves en la noche, en un café concert a beneficio, subió al escenario con la banda de rock Los sherpas, integrado por un grupo de papás del Colegio Everest, donde estudian sus hijos. "Toco guitarra, batería, teclado, mandolina, ukelele, acordeón. No soy bueno para cantar; lo mío son cuerdas y percusión. Me permite distraerme, entretenerme y salir de lo cotidiano", cuenta, pues mañana se apronta a retomar su intenso calendario de reuniones.

En octubre de 2016, Álvarez se declaró públicamente disponible para presidir la Sofofa, pero desde el 29 de marzo, cuando el consejo general dio inicio a la carrera presidencial para suceder a Hermann von Mühlenbrock, se mantuvo en silencio. Hasta ahora, en que recibió a La Tercera para contar en qué está.

¿Va por la presidencia de la Sofofa?

A fines del año pasado dije que estaba disponible para eventualmente presidir la Sofofa y ahora vuelvo a reiterar que estoy disponible. Estoy convencido de que era imprescindible, tanto por la Sofofa como por los desafíos que tiene, iniciar un proceso de conversación con los representantes de las empresas, los gremios sectoriales y los gremios regionales. Una vez que Hermann anunció un proceso electoral, correspondía hacer eso. Y lo voy a seguir haciendo.

Entonces, ¿no es candidato aún?

Hay tiempo hasta la elección de mayo, es bueno conversar primero. Mi voluntad es seguir en los próximos días con las conversaciones, porque lo clave es ver cuál es el diagnóstico y el objetivo común para enfrentar como Sofofa los próximos años. Voy a conversar con el mayor número de consejeros posibles, ya he tenido decenas de reuniones y conversaciones con consejeros para tratar de percibir lo que es mejor para la Sofofa para aunar criterios o ideas.

La masa crítica son 120 consejeros. ¿Con cuántos ha logrado hablar?

Con más de la mitad.

¿Y con qué se encontró?

He recibido el apoyo de mucha más gente de la que esperaba inicialmente, en las tres áreas: empresas, sectores, regiones. Lo que más he encontrado son preguntas, diagnósticos, preocupaciones. Por tanto, cualquiera sea el resultado final, una elección, que me parece un proceso normal en toda institución, o finalmente un modelo distinto, si es que no hay candidato o hay sólo uno, cualquiera de esas fórmulas debe responder mucho más a las preguntas y a los temas que tienen los consejeros. Hoy, la mayor parte del consejo tiene una preocupación marcada muy en la línea de lo expresado por Alfredo Moreno en la CPC, de recuperación de la confianza empresarial. Lo segundo, es la gran preocupación por los problemas de políticas públicas que vienen en los próximos años, los temas constitucionales, laborales, la reforma tributaria, pensiones e infraestructura. También mucha pregunta sobre cómo ampliar la Sofofa, cómo llegar a más regiones, a más gremios y sectores. Además, peticiones de modernizar estatutos, ampliarse a sectores imprescindibles, como los emprendedores, y una mayor participación de la mujer en las instancias del gremio. En resumen, he encontrado muchísimo apoyo, muchísimo interés en participar y muchísima conciencia de los desafíos de la Sofofa en los próximos años.

Si ha encontrado buenos apoyos, ¿qué le falta para ser oficialmente candidato?

En mi vida adulta he competido en muchas elecciones, en 13 ocasiones, desde la presidencia de la Cámara, hasta ser candidato a diputado, y es tremendamente importante escuchar todas las voces y creo que todavía puedo, en un tiempo breve de algunos días, conversar con más gremios, con más dirigentes empresariales y con más dirigentes locales. Me parece imprescindible tener esa voz para construir un programa de unidad. Además, en mi caso era necesaria esa conversación con muchos de ellos, porque después de manifestar mi disposición a fines de 2016, en enero la Sofofa inició la búsqueda de un candidato de consenso y yo había suspendido todo acercamientos en esa línea. Me parecía correcto, ahora, retomarlos, para saber quiénes apoyan y quiénes no apoyan. Hay quienes me han dicho directamente que preferirían a Bernardo y me parece muy relevante escucharlas. Sea cual sea el resultado, una elección o una fórmula distinta, va a ser muy importante que terminado ello, aunemos esfuerzos y voluntades de gente que haya participado con cualquiera de los candidatos.

Tras mostrar disponibilidad en octubre, en el verano se dijo que su candidatura se había caído, que no había prendido, pero ahora vuelve a surgir. ¿Por qué pasó eso?

Lo que ocurrió el año pasado, cuando dije que estaba disponible, es que muchos consejeros no habían hecho la reflexión de qué consideraban que era mejor. Por tanto, cuando tú dices que estás disponible, pero todavía hay voces que están pensando qué es lo mejor para la Sofofa, no es esperable una suma mayoritaria de apoyos. Y me di cuenta de que muchas personas aún querían evaluar y luego, en enero, surgió la fórmula de la búsqueda de un nombre de consenso. En todo caso, nunca sentí ningún tipo de rechazo particular ni personal. Lo que sí sentí fue personas que me decían, déjame pensarlo.

No era el timing...

Probablemente, no era el momento para nadie. Ahora estamos a 60 días y hay que tomar decisiones. Así como entendí lo que ocurrió en octubre, ahora entiendo también que son tiempos de definiciones finales.

¿Qué plazo se dio para definir si postulará?

Esta es una elección bien especial, donde los candidatos se pueden inscribir hasta el último día, el 30 de mayo. Hermann pidió a los eventuales candidatos y a todo el consejo que adelantáramos esa fecha al 30 de abril, pero creo que hay que tomar definiciones en los próximos 10 días, después de Semana Santa. Y la definición está condicionada no sólo por las conversaciones, también por el objetivo en común y eso es lo que más me parece clave: definamos cuáles son los desafíos de la Sofofa y enfrentémoslos con la mayor unidad posible. Mi orden de prioridad es identificar los desafíos, determinar los verdaderos apoyos que pueda tener uno u otro nombre o un tercer nombre, y luego decidir si es un ámbito de absoluta competencia o de una fórmula distinta.

Dijo que ya habló con más de la mitad de los consejeros y que tuvo buena acogida. ¿Significa que es muy probable que sea candidato?

Creo y corresponde conversar todavía con algunas personas más.

Pero ahora hay más agua en la piscina...

A diferencia de lo que ocurrió a fines de 2016, en que había muchas personas que ni siquiera se habían planteado el tema, hoy siento que hay muchísimas personas que me apoyan en la Sofofa.

En ese sentido, ¿está más confiado?

Cada vez que enfrenté una elección confiado tuve problemas. Si es que llego a enfrentar un proceso electoral jamás usaría la confianza como elemento, prefiero usar el trabajo.

Dicen que usted representa a los históricos de la Sofofa. ¿Es el eventual candidato de la continuidad de la actual mesa?

Las etiquetas son lo más falso e incorrecto que puede haber para analizar un proceso como este. He escuchado, por ejemplo, que Bernardo sería un candidato más identificado con los grandes grupos, eso es falso. Ni yo sería un candidato de continuidad ni que representa a los históricos. He trabajado muchísimo en los últimos años en la Sofofa: me ha tocado presidir dos gremios, integrar el comité ejecutivo en los últimos tres años y medio y presido tres comités (impuestos, responsabilidad extendida del productor y alimentos). Tengo un conocimiento y he trabajado mucho con lo que ha sido la actual Sofofa, pero eso no me hace el candidato de los históricos ni el continuador. Estoy seguro de que un buen número de personas que en su momento votaron por la actual dirección, probablemente no votarían por mí en una elección, si la hay. Así como creo que personas que tampoco votaron por la actual directiva en un caso de elección, sí votarían por mí. Ese tipo de etiquetas se construyen para efectos electorales y tiende a ser distorsionador de la realidad. Las personas que han puesto su nombre a disposición tienen virtudes, fortalezas y también debilidades, y hay que medirlas por eso.

También se dice que Larraín Matte es el candidato del recambio, de la nueva generación.

Primero, con Bernardo formamos parte de la misma generación, tenemos exactamente la misma edad, 50 años. Segundo, no creo en esas etiquetas. Tercero, sí creo que todos partimos de la base de que toda nueva directiva con sus propias ideas, sus nuevos estilos, traerá una impronta de renovación. En mi caso, continuando con aquellas cosas positivas que se han hecho, buscaría renovar la Sofofa, hacerla mucho más inclusiva. Hay que hacer un esfuerzo en modernizar los estatutos, en incorporar más mujeres en el comité ejecutivo, en seguir sumando a los gremios regionales. Por tanto, sí me siento un candidato que puede representar aires renovadores, eso no es patrimonio de nadie. Me encantaría que estuvieran en la próxima Sofofa personas que pueden estar en una u otra candidatura. Por ejemplo, me parece que un nombre como Richard von Appen, que claramente es un apoyo a Bernardo Larraín Matte, es un excepcional nombre para estar en la próxima Sofofa, sea presidida por quien sea. Nombres como el de Matías Domeyko, Juan Andrés Errázuriz, Juan Manuel Santa Cruz y Gonzalo Said también tienen que estar en la próxima Sofofa, independiente de si tenemos un proceso electoral que transitoriamente divide a unos u otros en voto.

"Creo que podría ganar"

¿Qué le parece Larraín Matte como opción?

Tengo una muy buena impresión personal de él, nos ha tocado trabajar juntos en varios momentos y en posiciones contrapuestas. Fui ministro de Energía y él era el principal ejecutivo de una empresa eléctrica y tuvimos una muy buena relación, estando en roles distintos.

Algunos dicen que no es prudente que el empresariado elija como líder gremial a quien estuvo en el directorio de una empresa involucrada en un caso de colusión. ¿Qué opina?

No voy a hacer ningún comentario particular de sus virtudes, características o eventuales debilidades, porque eso sería entrar en un proceso en el que no estamos, un proceso electoral. Es la definición que debe tomar cada uno de los electores, escuchando y analizando. En mi caso, para una Sofofa del futuro, mi gran experiencia en políticas públicas, más de 14 años los dediqué a eso, es un plus. Es también una ventaja el conocimiento de la Sofofa, también una ventaja el conocimiento de la actividad sectorial como tal, así como el ser de regiones, que produce siempre una visión distinta. Los defectos míos que los digan otros.

Gonzalo Bofill, presidente de Empresas Carozzi, dijo tener la mejor impresión sobre la capacidad de Larraín Matte, pero que no era su momento por el tema de la colusión...

Es valorable que las personas digan con libertad y claridad lo que realmente piensan, pero creo, por la etapa que vivimos y el proceso que desarrollamos en Sofofa, que no me corresponde comentar sus palabras. En términos más amplios, por supuesto que es preciso conversar sobre cómo enfrentaremos los grandes temas de libre competencia, colusión, compliance y gobierno corporativo.

¿La historia o trayectoria personal debería condicionar el asumir cargos gremiales?

La historia personal, nuestros orígenes, lo que hemos hecho o no, junto con el programa y las ideas, es lo que hará que más de 100 personas decidan por uno o por otro. La historia es con lo que te van a medir y uno en esa historia tiene debilidades y cosas que probablemente hay que explicar, pero también tiene sus fortaleces. Así como a Bernardo, si es candidato, una de las grandes preguntas que le harán es lo relacionado con su desempeño empresarial, no tengo dudas que si soy candidato, una de las primeras preguntas que me harán será mi pasado en política activa o el rol empresarial que pude haber jugado en mi vida. Cada uno de esos temas son parte de nuestra historia y no obstáculos para que uno, en un momento dado, quiera dirigir una institución como la Sofofa, pero por supuesto serán parte del test por el cual te medirán para efectos futuros.

¿Su pasado político y militancia UDI influyen?

Yo reivindico absolutamente mi historia personal y me siento orgulloso de muchas cosas. Siempre uno tiene una recriminación de lo que hubiera hecho mejor, pero me siento orgulloso de lo que he podido hacer. La pregunta más importante que muchos consejeros me hacen y me han hecho tiene dos elementos. Lo primero es la experiencia política, haber sido diputado 12 años, jefe de bancada, presidente de la Cámara de Diputados, subsecretario de Hacienda, ministro de Energía, vicepresidente del Sistema de Empresas Públicas, presidente de Enap, es decir, todo lo que conllevó mi experiencia de 14 años en política. Creo que es una tremenda ventaja al momento de asumir la definición, discusión tanto de fondo o pragmática en materia de políticas públicas. Lo segundo está vinculado a determinadas ideas y no las he cambiado. Pero hace cinco años, se acaban de cumplir el 22 de marzo, que no hago actividad política partidista y política contingente. Sí vote en la última elección de la UDI.

¿Se refichó?

No, y no lo haré, no porque haya cambiado mis convicciones e ideas, sino porque estoy en otra etapa y circunstancias de mi vida y porque precisamente creo que tanto en los cargos gremiales que ocupo como los que eventualmente podría ocupar en el futuro no es adecuado mantener una presencia activa en un rol político.

Si es electo y Sebastián Piñera vuelve a La Moneda habría tres dirigentes empresariales ex ministros o autoridades suyas: Alfredo Moreno en la CPC, Ricardo Ariztía en la SNA y usted. ¿Ve un conflicto? ¿Se condicionará la independencia de la dirigencia empresarial?

Primero, no hay ningún conflicto; segundo, cada uno sabe asumir sus roles. Tercero, si bien tengo un enorme afecto por el Presidente Piñera y creo que una amistad y cercanía, me gustaría recordar que llegado el momento, cuando discrepé de una política pública renuncié al ministerio y fui uno de los escasos ministros en los últimos 20 años que, en un momento dado, por una diferencia política, renuncia. Lo hice con total libertad y conservando el mismo afecto que siento hacia él.

¿No habrá mano blanda entonces?

No.

Otra crítica que se hace a usted es que no tiene tanta historia y cercanía con el mundo empresarial, como sí la tiene Larraín, quien viene de una familia empresaria y preside una compañía hace años. ¿Qué responde a eso?

Es evidente que Bernardo Larraín Matte tiene más vinculación y experiencia en empresas que lo que puedo tener yo, pero si el desafío de la Sofofa, como mucha gente lo piensa, son las políticas públicas, la balanza se invierte. Ahora, creo tener la suficiente experiencia para contribuir en esa recuperación de la confianza empresarial y para dirigir la Sofofa. He sido director de empresas y, por ejemplo, en el sistema público tuve desafíos tan importantes como presidir Enap o ser el vicepresidente del Sistema de Empresas Públicas del país. He participado en muchas operaciones empresariales como abogado, mis especialidades como abogado están precisamente vinculadas con las empresas, derecho comercial, tributario y derecho de competencia. Por tanto, creo tener la experiencia y conocimientos suficientes.

Si está disponible es porque usted y un grupo que lo apoya, estiman que lo haría bien y mejor que otros. ¿Cree que en una elección le ganaría a Bernardo Larraín?

Verdaderamente, y no es show barato, como hacen algunas personas electoralmente hablando en distintos campos de la vida, reitero que estoy definiendo una eventual candidatura a partir de las conversaciones con muchas personas. Sólo he expresado una voluntad a partir de mi visión. Segundo, uno puede enfrentar cualquier candidatura con distintas valorizaciones. En una candidatura como ésta, si uno la va a asumir, es para ganar, porque cree que logrará convencer al cuerpo electoral para que vote por uno. Si se produce una elección y es entre Bernardo y yo, creo que le puedo ganar. Es la convicción que debe tener todo candidato. Hay ciertos momentos en que uno hace candidaturas que puede llamar testimoniales, porque es importante, porque es relevante o porque hay una circunstancia. Eso no es lo que hoy se requiere ni sería mi idea.

¿No haría una candidatura testimonial?

No, por ningún motivo. Si decido presentar una candidatura no será testimonial, sino para aplicar todos los principios que hemos dicho. Es para ganar y creo que así ocurriría. Podría ganar.

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