Salvador ve en sus expatriados el principal mercado turístico

Esta comunidad se concentra en California, Nueva York, Washington y en Virginia por lo que pueden atraer consigo "a otros de la comunidad hispana" y estadounidenses con los que forman familias.




El Salvador se propone captar con campañas promocionales a los más de 3,5 millones de salvadoreños que viven por el mundo, la mayoría de ellos en EEUU, como potenciales turistas que pueden aportar además de sus remesas, un gasto interno.

En una gira por EEUU que incluyó las ciudades de Nueva York, Nueva Jersey, Los Ángeles, Washington y San Francisco, el ministro de Turismo de El Salvador, José Napoleón Duarte, presentó anuncios televisivos, estadísticas, fotografías y su estrategia para que su país se convierta en el próximo destino turístico de moda.

"Queremos promocionar El Salvador como un nuevo destino y no como El Salvador de la guerra o El Salvador de la inmigración", aseguró a medios de comunicación en Washington, donde reconoció que ese objetivo todavía "no es fácil".

Desde el extranjero, la guerra civil de los años ochenta y la violencia actual generada por pandillas se imponen aún sobre la imagen de playas paradisíacas y aventuras verdes entre parques naturales y volcanes que la campaña pretende potenciar.

Sin embargo, "estamos cambiando la cosas", defendió Duarte quien, armado de estadísticas de la Cancillería, precisó que en el primer trimestre del año las visitas aumentaron un 7 por ciento y el turismo doméstico creció un 6 por ciento, pese a la crisis económica.

ESTRATEGIA

En esa estrategia, uno de los principales objetivos son sus propios expatriados, porque un 40 por ciento de los turistas que visitan el país proceden de Estados Unidos y una gran parte de ellos son los propios salvadoreños.

Esta comunidad se concentra en California, más de un millón, en Nueva York, 421.000, en Washington, 150.000, y en Virginia, 140.000, y pueden atraer consigo "a otros de la comunidad hispana" y estadounidenses con los que forman familias, pronosticó.

Este nicho de mercado interesa a Duarte porque son los que pueden pasar más tiempo en su país -un 17% se queda más de un mes y un 37% al menos 30 días-, por lo que "van con mucho dinero y se quedan (con los bolsillos) vacíos" a la vuelta.

Entre los principales obstáculos, está el problema de inseguridad que "no puede acabarse de un día a otro", pero insistió en que se ha puesto en marcha una "policía turística" con 600 agentes.

Pero incluso el legado histórico de violencia se convirtió en un atractivo turístico, explicó, con una ruta de la paz conocida popularmente como la "de los guerrilleros".

En una especie de cóctel de aventura, historia y naturaleza, esta propuesta recorre los episodios bélicos a través de museos y parajes, e incluso algunos ex combatientes se han convertido en guías que cuentan batallas.

TURISMO MEDIOAMBIENTAL
La campaña también pretende vender un turismo medioambiental, de arqueología -pese a que el país ha sido "saqueado"-, la ruta de las flores -aunque hay que plantarlas porque se han perdido muchas-, o la artesanía, que se ha promocionado con microcréditos de 5 millones de dólares a empresarios del sector.

El Ministerio de Turismo también estudia cómo aprovechar el turismo sanitario, sobre todo el de salvadoreños e hispanos en Estados Unidos, quienes prefieren pagar un billete de avión a las facturas más caras de médicos y hospitales estadounidenses.

Además de turistas, Duarte busca inversión, sobre todo para proyectos como el de un complejo turístico en el parque Cerro Verde, donde está el volcán extinto con el mismo nombre, y cuyos terrenos son propiedad del Gobierno.

"Estamos en contacto con operadoras hoteleras como Barceló y otras", señaló el ministro, que indicó que el proyecto requiere una inversión de 20 millones de dólares.

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