Spartan Race: Correr dispuesto a aporrearse y ensuciarse, como niños

La competencia de este sábado abrió en nuestro país una nueva variante deportiva. La Tercera relata la experiencia.




Si bien en Chile la Urbanatlón fue la encargada de iniciar las carreras con obstáculos, la Reebok Spartan Race abrió en nuestro país una nueva variante deportiva: combinar el Trail-Running (o corridas sobre terrenos agrestes como cerros) con la superación de obstáculos y de pruebas de superación física.

La Tercera fue testigo desde dentro de este nacimiento. Con la neblina como dificultad añadida al circuito dispuesto dentro de la Hacienda Santa Martina, hicimos el recorrido para relatar la experiencia.

Junto con preocuparse de llegar con un buen entrenamiento, lo primero que se debe tener claro antes de participar en una prueba como Spartan Race es que hay que estar dispuesto a aporrearse y a ensuciarse. El polvo suelto no perdona a nadie, y el barro provoca dificultades anexas como, por ejemplo, añadir peso extra a las zapatillas y al vestuario.

La carrera fue así: Un circuito de alrededor de siete kilómetros de extensión, adornados con distintos tipos de desafíos y obstáculos ¿Simple?

Algunas pruebas que se deben superar dentro del recorrido: en momentos diferentes hay que acarrear -por distintos trazados- galones de pintura llenos a la mitad de tierra, troncos, y trozos de cementos amarrados a una cadena metálica que sirve como "mango".

Y los obstáculos más exigentes: atravesar un estero (sí, hay que mojarse) y luego subir por una rampa, utilizando sólo una cuerda (el agua añade peso, hay que recalcar); elevarse y superar barreras sobre los dos metros de altura e inclinadas hacia atrás; subir cuerdas; saltar para evitar caer sobre brasas encendidas; arrastrarse bajo alambres de púas; entre otros.

En caso de que un participante no pudiera superar una prueba u obstáculo, se establece un "pago" muy rudo: 30 burpees. Un precio bastante caro, tomando en cuenta que este ejercicio requiere mucha resistencia aeróbica y bastante fuerza de piernas. Un castigo que ayuda a disminuir físicamente a los "spartans" (nombre que la organización dio a los deportistas).

Pero el primer obstáculo es la naturaleza. En específico, una subida muy empinada por un cerro, de aproximadamente un kilómetro de extensión. Encima, la tierra suelta agrega más problemas, que hicieron caer -literalmente- a varios desprevenidos o apurados por ascender.

Además, los senderos -algo propio del trail-running- se caracterizan por ser bastante disparejos, tanto en subida como en bajada.

Quienes terminamos la competencia recibimos una polera de "finisher". La que portó cada deportista terminó embarrada, mezcla del agua y de la tierra.

Paralelamente, apenas superada la meta comienzan a molestar las magulladuras, y de a poco se descubren las raspaduras de codos y rodillas. Las manos también sufren. Bastante. Sucios y aporreados tras este "juego", como quien fuera niño.

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