The Players: El tesoro de la isla

Al hoyo 17 del TPC de Sawgrass lo rodea el agua, miles de historias y millones de pelotas perdidas.




Tiger Woods lo encuentra "un lindo hoyo, pero no para ser el 17 de un torneo". Menos para el que es considerado el quinto major no sin razón, pues  es tanto o más tradicional que un par de campeonatos grandes y, un dato bien importante, es que reparte más dinero que sus hermanos mayores: 10 millones de dólares.

El torneo es el The Players, que partió ayer en su campo tradicional, el TPC de Sawgrass, en Florida. El club que está junto a la sede del PGA Tour.

El hoyo es el 17, un par tres de apenas 137 yardas (unos 125 metros), rodeado casi completamente de agua, excepto por un estrecho camino que lleva a los jugadores al green. Eso, si el jugador no erra y su bola queda injugable. No es lo único: conocidas son las ráfagas que aparecen en esa zona, que echan cualquier cálculo por tierra. O por agua. Encima, si se salvó el primer tiro, el pasto es tan irregular que pocos salvan el par allí.

En tales circunstancias, acertarle a la arena del pequeño búnker que tiene el green aparece como una bendición para frenar la bola.

A todo eso hay que sumarle esta semana los 10 mil espectadores que se ponen en ese lugar a mirar el sufrimiento de los competidores. Porque partir mal e irse a la laguna es la regla. Se estima que cada año se sacan 150 mil bolas del tranque, es decir, cayeron ahí 480 al día; tres por jugador. El club gasta cada año miles de dólares para que una vez al mes buzos saquen las pelotas, sumergidas a un metro y 20 centímetros.

El hoyo es uno de los más complicados del año. "Es un green muy fácil de jugar... el martes y miércoles", bromea Justin Rose. Y eso que nunca se planeó tener un green isla en el TPC de Sawgrass. Su nacimiento fue casualidad.

En 1980, cuando se construía el campo, se usó esa zona para sacar tierra y llevarla a otras partes del campo. Tanta, que el agua brotó y prácticamente rodeó al green que ya estaba construído. La esposa del diseñador, Pete Dye, le sugirió dejarlo así. No se equivocó.

En la historia del The Players sólo ha habido seis hoyos en uno. Curioso fue el de Fred Couples, en 1999, pues tras irse al agua en el primer golpe, con el segundo la pelota entró directamente al hoyo, sin siquiera dar botes. Fue par.

Por contraparte, el amateur Angelo Spagnolo necesitó 66 golpes en 1986, pero en otro torneo.

La televisión sabe de su atractivo. Se usan 10 cámaras exclusivamente en este hoyo, incluyendo una en el aire, a 35 metros de altura, otra en la isla cercana e, incluso, una escondida en el búnker.

Como es uno de los últimos hoyos, muchos torneos se han perdido hundidos en el agua. El último fue Lee Westwood, quien en 2010 le entregó el título ahí a Tim Clark.

El alemán Martin Kaymer fue el mejor de ayer en el TPC, con -9. Lo ayudó bastante hacer par en el 17.

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