Trump se enfrenta a China y sube tensión por Norcorea

KIM JONG UN

Mandatario mostró su decepción tras asegurar que comercio entre Beijing y Pyongyang creció 40%. China y Rusia rechazaron nuevas sanciones y una acción militar contra Corea del Norte.




Un día después de que Kim Jong Un probara un misil balístico intercontinental como "regalo" para los "bastardos norteamericanos", Estados Unidos y Corea del Sur dispararon ayer misiles que simularon un ataque de precisión contra la dirigencia de Pyongyang. Lejos de sentirse intimidado, el líder norcoreano advirtió que nunca someterá a negociación sus programas armamentísticos, mientras el Presidente estadounidense Donald Trump expresó su frustración con China, alegando que Beijing no ha hecho lo suficiente para cortarle apoyo a Corea del Norte y ejercer presiones para que cese su programa nuclear.

Antes de su arribo anoche a Polonia, Trump criticó a Beijing, principal aliado de Pyongyang. "El comercio entre China y Corea del Norte creció casi un 40% en el primer trimestre. ¡Hasta acá llegó China trabajando con nosotros, pero le habíamos dado una oportunidad!", tuiteó el mandatario estadounidense.

En su respuesta inicial al lanzamiento del misil norcoreano, Trump exhortó a China a que presione a Corea del Norte "y acabar con esta insensatez de una vez por todas", pero dijo también que era "difícil creer" que Corea del Sur y Japón, los dos aliados de Estados Unidos más en riesgo por las aspiraciones nucleares norcoreanas, lo soportarían "por mucho más tiempo".

Así, ignorando el llamado de Rusia y China a reducir las tensiones entre Washington y Pyongyang, las fuerzas de Estados Unidos y Corea del Sur lanzaron misiles balísticos de manera simultánea "como un fuerte mensaje de advertencia", durante un ejercicio que simulaba un ataque norcoreano. El Presidente surcoreano, Moon Jae-In, dijo que "la grave provocación requería que reaccionáramos con algo más que una mera declaración".

En ese sentido, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo ayer durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad que "el lanzamiento de un misil intercontinental por parte de Corea del Norte es una clara escalada militar", y que su país "está listo" para usar "cualquier medio", incluso "la fuerza militar" ante esa amenaza. Junto con anunciar que en los próximos días EE.UU. presentará una resolución para endurecer las sanciones de la ONU contra el régimen de Kim Jong Un, recordó que China representa el 90% del comercio con Corea del Norte.

China y Rusia, sin embargo, rechazaron nuevas sanciones y una acción militar contra Corea del Norte. "Rusia y China comparten la preocupación de una escalada en la península coreana", apuntó el embajador ruso Vladimir Safronkov, segundo representante permanente de Rusia en la ONU. "Todos deben reconocer que las sanciones no resolverán el asunto", afirmó. "La respuesta militar no debe ser una opción", declaró el embajador chino, Liu Jieyi.

Al margen de la cumbre del G-20 que se celebrará en Alemania mañana y el sábado, Trump se reunirá por segunda vez con el Presidente chino, Xi Jinping. Pero Barbara Plett Usher, analista de la BBC, sostiene que "no hay duda de que la luna de miel entre Donald Trump y Xi Jinping ha terminado".

Según France Presse, China está calibrando de forma cuidadosa sus movimientos para evitar una desestabilización de su impredecible vecino, que podría provocar la caída del régimen y un enorme flujo de refugiados en la frontera que tiene con Corea de Norte. Al mismo tiempo Beijing quiere evitar que EE.UU. tenga razones para lanzar un ataque militar en una región que de alguna manera China considera su "patio trasero".

"Es un delicado equilibrio" afirmó Willy Lam, experto en política en la universidad china de Hong Kong. "Si (los chinos) no actúan lo suficientemente rápido, es posible que EE.UU. acabe contemplando una acción o quizá una operación quirúrgica o de otro tipo", añadió.

Graficando lo inestable de la situación en la península coreana, el general Vincent K. Brooks, comandante de las tropas estadounidenses con sede en Seúl, hizo una advertencia inusitadamente franca. "El autocontrol, que es una opción, es todo lo que separa el armisticio y la guerra", declaró el máximo general estadounidense en Corea del Sur, citado por The New York Times.

Pese a las amenazas, Kim Jong Un advirtió ayer que su país "demostrará su fortaleza a Estados Unidos". Así, exhortó a sus científicos a enviar con frecuencia "paquetes de regalo grandes y pequeños a los yanquis", en referencia a más pruebas de misiles, según informó la prensa estatal norcoreana.

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