Ultraderecha llega al Parlamento alemán por primera vez desde 1945

Manifestantes protestan tras los resultados fuera del edificio donde se reúne la AfD, ayer, en Berlín.

Según las proyecciones, Alternativa para Alemania (AfD) fue la tercera fuerza más votada, con un 13%, por lo que ingresaría a la Cámara Baja con unos 86 o 90 escaños. El conglomerado tomó fuerza tras la crisis de refugiados en 2015.




"Vamos a cambiar este país (…) Vamos a expulsar a la señora (Angela) Merkel. Vamos a recuperar Alemania", dijo este domingo Alexander Gauland, uno de los líderes del partido Alternativa para Alemania (AfD). Esto, porque el partido de ultraderecha confirmó ayer lo que anticipaban los sondeos: si la tendencia de las proyecciones de la televisión alemana se mantiene, AfD ingresará al Parlamento luego de obtener alrededor de un 13% en las elecciones generales.

Y lo hará como el tercer partido más votado, luego de que el bloque de la Canciller Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su socio bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU), obtuvieran un 33% de respaldo y el Partido Socialdemócrata (SPD) quedara en segundo lugar, con un 21%. Los ultraderechistas debían obtener un 5% de apoyo para poder ingresar al Bundestag, la Cámara Baja.

El partido, que dio una sorpresa al "establishment" alemán, ingresa al Parlamento por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Con un discurso que algunos en Alemania califican de xenófobo y contra los musulmanes, AfD, que se creó hace tan solo cuatro años, ganó terreno tras la masiva llegada de 1,3 millones de refugiados a Alemania en 2015. En las elecciones de 2013 quedaron a solo tres décimas de poder ingresar al Parlamento. Pero la crisis migratoria les dio un nuevo impulso y ahora se estima que contarán con entre 86 y 90 diputados.

"Nuestro idealismo nos trajo aquí", señaló este domingo Gauland. El líder de la AfD aseguró que "lo que piensa la gente en la calle volverá a tener un lugar en el Bundestag". Durante la campaña, Gauland denunció una "islamización creciente en Alemania" y ha afirmado que el Islam es una "doctrina política" y que el terrorismo tiene sus "raíces en el Corán". Además reclama la anulación del Acuerdo de París sobre el cambio climático y la salida de Alemania de la zona euro, entre otros.

La llegada de la AfD a la Cámara de Diputados constituye un giro en la historia alemana de la posguerra. Esto, porque por primera vez en más de 60 años la ultraderecha será representada en el Bundestag. Debido a su pasado Nazi, Alemania fue durante mucho tiempo uno de los pocos países europeos que no contaban con un movimiento antiinmigrante que fuera respaldado en más de un 5% como para ingresar al Parlamento. Pero la AfD, que nació bajo un discurso euroescéptico, aprovechó el descontento de la sociedad alemana por la política de "puertas abiertas" con los refugiados que impulsó Merkel. Para muchos alemanes, este discurso es xenófobo.

Pero a pesar de que en las elecciones era clave quien obtuviera la tercera mayoría para poder formar gobierno -ya que el primer y segundo puesto estaban prácticamente asignados desde hace semanas-, AfD no será parte de una coalición con Merkel. La Canciller no obtuvo mayoría como para formar gobierno y deberá realizar pactos, pero Merkel ha dicho que por ningún motivo hará alianzas con alguno de los extremos, tanto la ultraderecha como la izquierda.

Hasta el momento existían cinco partidos en el Parlamento, pero se unirá uno más con el ingreso de la AfD. Se prevé que esa fragmentación, la más diversificada en cuanto a número de partidos desde los años 50, va a complicar la formación de gobierno. El Partido Socialdemócrata (SPD) descartó este domingo la posibilidad de una coalición con CDU/CSU.

Merkel dijo este domingo que su partido hará un "análisis comprensivo" de lo sucedido y que tratará de ganar de vuelta a los ciudadanos que tradicionalmente votaban a su bloque conservador y que optaron por los ultraderechistas.

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