Un Ballet, un Matador y 17 títulos

Una historia que partió tímidamente en la universidad y que se consolidó en los 60, con uno de los mejores equipos de la historia de Chile. Los 25 años que pasaron entre la partida de Leonel y la irrupción de Salas; los hitos imbatidos de Vaccia y el esplendor sudamericano de la mano de Sampaoli.




El primer estallido

El título de 1940 instaló a la U en la elite del fútbol chileno

Después de años como Universitario de Deportes, en 1935 se convierte en el club deportivo de la Universidad de Chile, con alumnos de esa casa de estudios, entre los que destacaban Víctor Alonso y Luis Tirado. Siguió jugando en el campeonato amateur de la capital hasta que en 1938 solicitó el ingresó al fútbol profesional, cupo que ganó al perder estrechamente ante Audax Italiano (con gol de oro), monarca de 1936.

De ahí a la corona el camino fue rápido. Dos séptimos lugares (el primero, le implicó ser último) vinieron antes de la temporada de 1940, en la que consiguió el primer título de su historia, con un equipo que venía formándose de la etapa aficionada y al que se sumaron figuras como el arquero Eduardo Simián, quien no cobraba sueldo, Ulises Ramos, quien luego sería el adiestrador del conjunto campeón en  1969, y Francisco las Heras.

La campaña azul comenzó con una derrota frente a Colo Colo, con el que perdería los dos encuentros de esa campaña (1-0 y 3-1), pero después una racha de cinco partidos sin perder le permitiría alcanzar el liderato en la sexta fecha, el que no soltaría más. Alonso fue el máximo artillero, con 20 tantos, mientras que Abanés Passalacqua aportó 12 conquistas en esa campaña inolvidable.

Para el recuerdo, de ese campeonato queda la gresca que se armó tras un 2-2 contra Santiago National, las 60 mil personas que llegaron al Estadio Nacional para el clásico universitario de la segunda rueda y la valla menos batida del torneo (31), que ensalza la labor de Simián, quien se perdió sólo un partido en ese torneo. La U, en poco tiempo, se instalaba en la elite del fútbol nacional.

Una década inolvidable

El denominado Ballet Azul ganó seis títulos en 10 años, entre 1959 y 1969

Pocos equipos marcaron una época como el Ballet Azul. Gestado a partir de la mitad de los 50 por el técnico Luis Álamos, obtuvo seis títulos nacionales en una década (59, 62, 64, 65, 67 y 69), que lo convierten en la escuadra más dominante de la historia del balompié nacional.

La principal característica era la gran cantidad de jugadores formados en casa, con Leonel Sánchez, Carlos Campos, Sergio Navarro y Manuel Astorga como sus grandes símbolos, a los que con los años se sumarían otros, de las cadetes y contratados también, como Rubén Marcos, Alberto Quintano, Guillermo Yávar, Pedro Araya y Jorge Américo Spedaletti.

Su primer hito fue la final que le gana a Colo Colo en 1959 por 2-1 y que se señala como el nacimiento del Superclásico.

Pero fue Universidad Católica el gran rival de los azules en esa década de los 60. Ambos clubes jugaron una definición por los títulos del 61 (para los cruzados) y 62 (para la U). Además, la UC escoltó a la U en otros tres certámenes.

El Ballet fue la base de la Selección que logró el tercer lugar en el Mundial de 1962. En total fueron ocho los azules que se sumaron a la disciplina de Fernando Riera: Luis Eyzaguirre, Carlos Contreras, Navarro, Jaime Ramírez Banda, Sánchez, Campos, Manuel Astorga y Braulio Musso. Para Inglaterra 1966, con Alamos como DT, la cifra se elevaría a 10.

Ni siquiera la partida del técnico, en 1966 por desacuerdos con el plantel, amainó el rendimiento de la U, que lograría dos coronas más.

Ese dominio que mostró en el terreno local no se tradujo al internacional. De seis participaciones en la Copa Libertadores, sólo en 1970 alcanzó un logro destacado, cuando Peñarol lo eliminó en semifinales por diferencia de goles luego de igualar 2-2 el desempate. En las restantes cinco presencias, jamás pasó la fase grupal.

El título de 1969 y la partida de Leonel Sánchez a Colo Colo marcarían el fin de una era. En los 25 años que pasaron para volver a dar la vuelta olímpica, apenas fueron reales contendientes al título en 1971 (ganó San Felipe) y 1980 (el monarca fue Cobreloa).

Una espera de 25 años

De la mano de Marcelo Salas, la U acaba con una maldición en 1994

Lo que ocurrió entre 1969, la séptima corona, y 1994, la octava, marcó el carácter del hincha y del equipo. En esos 25 años la U no sólo no consiguió título alguno, sino que dejó de pertenecer a la universidad, cayó en un profunda crisis económica y, como corolario, descendió a Segunda División.

La temporada en el ascenso fue corta (1989), pero el regreso no daba para ilusiones. En el 90 se salva por poco de caer en la liguilla de abajo, pero al año siguiente debe disputarla. La categoría se salva sin mucho sobresalto, pero en paralelo se gestaba un cambio directivo que remecería a la institución.

Con la llegada de René Orozco a la presidencia, apareció Arturo Salah en la banca, para liderar un proceso sostenido hacia la cima, que llegaría sin el técnico, reemplazado por Jorge Socías en 1994, ante su salida rumbo a Monterrey.

A un equipo que lideraban Luis Musrri, Sergio Vargas y Rogelio Delgado, se sumaron Ronald Fuentes, Esteban Valencia, Rául Aredes e irrumpió Marcelo Salas.

Así, en una cerrada y polémica definición con la UC de Acosta y Gorosito, los azules lograron su primer título en un cuarto de siglo. Al año siguiente, con la incorporación de Leo Rodríguez y otra vez con los cruzados como rivales, la U celebró el bicampeonato.

Después hubo que esperar hasta 1999 para volver a celebrar. Con un plantel en que resaltaban Vargas, Rodríguez, Olarra, Pedro González y Rodrigo Tello, los azules volvieron a celebrar un bicampeonato que tuvo hitos notables, como los 33 partidos invictos y la racha de 13 triunfos en fila de 1999, ambos marcas imbatidas del fútbol chileno. En el 2000, además, celebró el doblete al adjudicarse también la Copa Chile.

Sampaoli trae la gloria

El casildense le dio a la U la tan ansiada copa internacional

El título del Apertura 2004 fue un oasis en un club que financieramente iba camino de la quiebra. También puede considerársele casi un accidente, porque alcanzó a meterse en la segunda fase de los playoffs como uno de los mejores perdedores.

Un equipo sin muchas figuras (Herrera, Goino, José Rojas) superó al favorito Cobreloa en la final, que se definió por penales tras dos empates (0-0 y 1-1).

Luego vino el síndico y, poco después, Azul Azul. También regresó Salah, pero sin la misma suerte y tuvo una salida indigna para un entrenador de su perfil y pasado con los azules. Para 2009, apareció Sergio Markarian, un entrenador de éxitos en Europa y mundiales, para liderar una escuadra comandada por Miguel Pinto, Juan Manuel Olivera, Emilio Hernández y Walter Montillo. En la serie decisiva del torneo del primer semestre superaron a Unión Española para conseguir la corona, insuficiente para revertir la decisión del técnico de partir.

El período de Basualdo a cargo fue horrible, pero corto y fue seguido por Pelusso, que logró meter a la U en semifinales de Copa Libertadores (eliminado por Chivas), gracias a una notable campaña como visita. Pero eso no logró sostener su gestión, que a nivel local se quedó fuera de la lucha por el título, y permitió el arribo de Jorge Sampaoli para revolucionar al club.

Con el actual seleccionador, los azules vivieron algunos de los mejores años de su historia. Con un plantel casi sin puntos bajos (Herrera, Eduardo Vargas, Gustavo Canales, Charles Aránguiz, Marcelo Díaz, Matías Rodríguez, Lorenzetti, Junior y Angelo Henríquez) logró el tricampeonato y la Copa Sudamericana 2011, el primer trofeo internacional del club, que hoy recuerdan con un estrella sobre la insignia en la camiseta, además de alcanzar otra vez las semifinales de la Libertadores (eliminado por Boca Juniors).

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