Van Rysselberghe asegura que no renunciará a presidencia de comisión de DDHH del Senado tras críticas

"Si piensan que con este nivel de agresividad me van a dejar callada, están absolutamente equivocados", con estas palabras la senadora UDI, Jacqueline van Rysselberghe aseguró en forma categórica que no renunciará a la presidencia de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta, cargo que asumió ayer y que ha recibido críticas desde organizaciones como el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), y de la Fundación Iguales, entre otras.

La senadora indicó en radio ADN que tener una opinión distinta no la inhabilita en temas de derechos humanos, y acusó a los sectores que la critica como agresivos. "Ellos (movimientos a favor de la diversidad sexual) están acostumbrados a ser muy agresivos, eso no corresponde y no estoy dispuesta a asustarme o que me dejen callada, no lo voy a hacer", indicó.

En cuanto a las críticas que ha recibido en redes sociales sobre su postura ante el régimen militar, la senadora señaló que "los derechos humanos no son patrimonio de la izquierda", y agregó que "me siento capacitada y habilitada para hablar de estos temas, no se puede pretender que haya sólo una visión en el mundo de estos temas, yo tengo todo el derecho de pensar como pienso, nunca lo he disimulado ni he tratado de esconder como pienso".

LAS CRÍTICAS
Tras conocerse que la senadora UDI presidirá durante este año la comisión de Derechos Humanos, el Movilh emitió un comunicado rechazando dicho nombramiento y lo calificó como "un insulto para los sectores vulnerables e históricamente discriminados, pues esta parlamentaria justifica a diario las exclusiones legales y sociales en virtud de sus propios odios y prejuicios con la diversidad social. Se trata de una cavernaria promotora del odio, la menos idónea para un cargo de este tipo".

Por su parte, la Fundación Iguales indicó mediante una declaración pública que "su patente falta de respeto a la diversidad la vuelve no solo una persona inadecuada para el cargo, sino un obstáculo para el avance de la agenda en DDHH, agenda que debe responder a urgentes demandas de los grupos históricamente discriminados".