Abrir fronteras a residuos peligrosos

SEÑOR DIRECTOR:

Chile está a punto de abrir las fronteras a la exportación de residuos peligrosos, olvidando que fue una vez destino final de los mismos. Esto llevó a la generación de numerosos pasivos ambientales. Complementariamente, Chile ha desarrollado una industria del reciclaje y valorización de residuos que se encuentra ad portas de la creación de mercados secundarios, que permitan hacer con esos materiales nuevos productos. La Convención de Basilea nació para que ningún país debiera recibir aquellos residuos, permitiendo el movimiento transfronterizo solo si el Estado que quiere hacerlo no cuenta internamente con la capacidad de tratar y valorizarlos de manera racional y eficiente.

Lo controversial es que nuestro país sí cuenta con las capacidades, requiriendo aún más el apoyo al desarrollo de la industria, con más actores y no desincentivando la creación de ésta mediante la exportación. Chile posee numerosos residuos peligrosos que permiten la innovación en nuevos tratamientos. Por lo tanto, no se entiende que abramos las puertas sin hacernos cargo de éstos.

Haciéndolo nacen preguntas del tipo ¿qué pasará con la trazabilidad de los desechos, en especial los peligrosos, si nuestras autoridades pierden la capacidad de fiscalizar su disposición final?, ¿queremos vernos expuestos a escándalos que han sufrido otras economías?, ¿cómo se va a cumplir el objetivo de la Ley de fomento al reciclaje si abrimos la puerta a este y quizá a otros residuos en el futuro, como plásticos de un solo uso, relaves o drenajes ácidos? Claramente, exportar residuos peligrosos y “lavarnos las manos” sobre su destino final no es una respuesta aceptable.

Muchas preguntas nos surgen a quienes trabajamos en medioambiente, frente a este nuevo reglamento que no se condice para nada con la vulnerabilidad de nuestro país en ser destino final de tanto producto importado y, que al final de su vida, se convierten en residuos nuevamente. Si la política industrial y fomento a la innovación requiere de señales, ésta va en la dirección incorrecta.

Alex Godoy

Director, Centro de Investigación en Sustentabilidad y Gestión Estratégica de Recursos UDD