Columna de Daniela Lagos: Bronca: chispa y dinamita

Es una ficción dinámica y entretenida, aunque sí tiene algunos capítulos que probablemente podrían haberse acortado, que a través de sus personajes habla del mundo actual, donde todos parecen estar a un frenazo de perder el control, mientras el día a día exige optimismo y “buenas vibras”.



En el cine hollywoodense, más específicamente en sus comedias románticas, existe el concepto del “meet cute”, el momento en que dos personajes se conocen en una situación de puro azar, e inmediatamente hay una chispa y lo que viene es ver de qué manera terminarán juntos.

En Bronca, la serie estrenada el jueves en Netflix, todo parte con algo que podría ser un “meet cute” en reverso.

Dos personajes con vidas opuestas, pero que comparten el hecho de estar al borde del límite de su paciencia, quedan a centímetros de chocar en un estacionamiento. Lo que viene después son bocinazos, una persecución y un odio instantáneo pero que no se va después de un rato, sino que sigue creciendo y se vuelve una obsesión y una motivación donde parece que no había ninguna.

Los personajes de Bronca. Andrew Cooper/Netflix © 2023

Steven Yeun (The Walking Dead, Minari) y la comediante Ali Wong son quienes se ponen en la piel de estos frustrados personajes. Él interpreta a Danny, un maestro chasquilla (contratista, aclararía él) al que todo parece salirle mal, mientras intenta levantar su negocio para así poder traer de vuelta a sus padres a Estados Unidos, que perdieron su motel y tuvieron que volver a Corea.

Ella, por su parte, es Amy, una exitosa empresaria que está a punto de vender su compañía por varios millones de dólares, pero que está absolutamente frustrada con su vida personal y con un marido que sólo cree en las energías positivas, sin dejarle expresar enojo, y que considera la opinión de su madre como la más importante que existe.

El resultado es una comedia negra donde todo va creciendo como una desastrosa bola de nieve, aunque parece ser más de odio. Danny y Amy son dos caras de una misma moneda y las igualmente potentes actuaciones de Yeun y Wong dan la base para que esta serie sea un éxito, que hace reír (aunque probablemente no a carcajadas) al mismo tiempo que incomoda y obliga a estar al borde de la silla con esta situación que escala a mayor y mayor tamaño.

Es una ficción dinámica y entretenida, aunque sí tiene algunos capítulos que probablemente podrían haberse acortado, que a través de sus personajes habla del mundo actual, donde todos parecen estar a un frenazo de perder el control, mientras el día a día exige optimismo y “buenas vibras”.

Pero, ¿qué pasa si se conoce a la persona perfecta para mandar todo eso al carajo? Esa es la exploración de esta buena nueva apuesta.

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