Demanda por río Silala



SEÑOR DIRECTOR

Este caso, como antes fuera el Lauca en 1962, con el pasar del tiempo se ha convertido, junto con su reivindicación marítima, en un serio factor de disenso entre Bolivia y Chile. Repetidas veces el Presidente Evo Morales anunció que presentaría una demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por el uso de aguas del río Silala. El lenguaje de Morales ha empleado expresiones como "robo", "usurpación" y similares sobre el legítimo uso de las aguas del Silala en territorio chileno. Este lenguaje ofensivo restringió toda posibilidad de entendimiento.

Así se concluyó que el gobierno boliviano buscaba cercenar nuestros derechos sobre un curso de agua continuo binacional. En consecuencia, anticipándose a la amenaza, Chile resolvió recurrir a la CIJ. Por ello ha sorprendido que el Presidente Morales, que hacía gran alarde de la justicia de su causa, haya renunciado a presentar una contrademanda. Como han dicho el Presidente Piñera y el canciller Ampuero, es otra demostración de la debilidad de su causa.

En efecto, el recurso de una contrademanda tiene carácter excepcional en los procedimientos de la CIJ y presupone que la parte demandada tiene argumentos muy fundados para elegir ese camino. La renuncia de Bolivia a utilizarlo, como en los cuentos de Andersen, ha dejado al emperador desnudo.

Jaime Lagos Erazo

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