Perfil del gabinete y tareas del nuevo gobierno



Con el nombramiento de los 35 subsecretarios, el presidente electo Sebastián Piñera terminó de conformar esta semana los principales nombres que lo acompañarán en su futuro gobierno -antes ya había designado a los 23 ministros de Estado-, a partir de lo cual es posible perfilar los principales sellos que tendrá su administración.

A diferencia de lo que fue su primer gobierno, en esta ocasión parece haber habido un mejor entendimiento con los partidos políticos que conforman la coalición, lo que augura una mejor base de sustentación y por ende de gobernabilidad. Es un aprendizaje importante, el que resulta aún más valioso tomando en cuenta el desgaste en que ha caído la Nueva Mayoría, cuyas diferencias internas y falta de objetivos comunes terminaron por crear un gobierno errático -lo que se hizo evidente a muy poco andar- y que se tradujeron en negativos resultados en cuanto a gestión.

Las expectativas con que asume el nuevo gobierno son altas, por lo que no parece haber margen para defraudar al electorado. El rotundo triunfo en las urnas se refleja en que la mayoría espera ahora que el gobierno del Presidente Piñera logre un efectivo cambio de rumbo, que principalmente se traduzca en mayor crecimiento económico y la generación de empleo. Así lo refrenda el estudio de opinión pública de Criteria Research para este mes de febrero, el cual muestra que en relación con un año atrás, hay mayores expectativas en torno a una mejor gestión del nuevo gobierno, al tiempo que se produjo un aumento estadísticamente relevante -en relación con el mes pasado- en el porcentaje de personas que estima que su situación personal mejorará en los próximos 12 meses.

Parece confirmarse que el crecimiento económico será una de las principales varas con que la ciudadanía juzgará los resultados del nuevo gobierno. De allí que cobre especial relevancia que en el diseño del nuevo gabinete se haya puesto especial énfasis de que todo el equipo económico sintonice con la idea de crear un ambiente favorable a la inversión y de volver a generar confianzas en el sector privado. Aun cuando distintos personeros de la Nueva Mayoría han adelantado, por ejemplo, que no estarán disponibles para facilitar en el Congreso una rebaja de los impuestos a las empresas, es bienvenido que desde las futuras autoridades existan convicciones y su voluntad de defenderlas.

Ha sido una crítica recurrente reprochar al nuevo gabinete de "conservador" o de estar muy alineado con convicciones que se alejan del "centro". Una crítica de esta naturaleza, si bien legítima, no puede desentenderse del contexto en que hoy vive el país; ahí resulta evidente para cualquiera que el proyecto refundacional de la Nueva Mayoría alteró profundamente las bases del exitoso modelo que había seguido Chile, y corrió los cercos ideológicos hacia un mayor estatismo y políticas asistencialistas. Buscar revertir este curso y recuperar nociones fundamentales de las buenas políticas públicas no solo en materia económica, sino también educacional y la forma como el Estado debe priorizar los recursos, obliga a enfatizar principios, y para ello se cuenta con el respaldo de las urnas.

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