¿Quo vadis Gendarmería?



SEÑOR DIRECTOR:

La irrupción del fenómeno conocido como “crimen organizado”, que opera desde el interior de las cárceles, ha evidenciado la necesidad de realizar cambios estructurales y radicales en el sistema penitenciario. Los jefes de bandas por defecto han instalado sus oficinas al interior de estas, gracias al uso de celulares principalmente. Desde allí articulan, coordinan y ordenan delitos graves como el secuestro, el sicariato, la trata de personas, la extorsión y, por cierto, el tráfico de drogas. La instalación de inhibidores de señal en algunos de los recintos de mayor complejidad criminal solo representa una respuesta parcial al problema, pues deja en evidencia que no es posible controlar el ingreso masivo de celulares a las cárceles, salvo que esto sea funcional a un trabajo de inteligencia. Aun así, el ingreso de celulares sigue siendo un problema no resuelto.

Gendarmería hoy es clave en el combate de la delincuencia y del crimen organizado, puesto que al interior de las cárceles hay una enorme cantidad de información cautiva y localizada; sin embargo, la institución depende del Ministerio de Justicia y no de Interior, responsable de la seguridad ciudadana, como ocurre en muchos países del mundo. Por ello, su dependencia debiera estar en el futuro en el Ministerio de Seguridad Pública.

Pero Gendarmería necesita más cambios. Una segunda reforma estructural es el rediseño del tratamiento de los reclusos. El actual sistema “sesentero y paternalista” se crea en un contexto muy diferente del actual. La reiserción hoy debe considerarse como parte de la seguridad, por lo que es necesario precisar con claridad el alcance de los derechos de los presos de alta criminalidad, pues el uso abusivo de los mismos termina por violar los derechos humanos de ciudadanos honestos.

Por último, en esta línea de reformas estructurales, no es necesario militarizar el sistema, se trata de un servicio ya militarizado y armado, solo que debe dejar de ser simbólico. La verticalidad y responsabilidad del mando resultan incompatibles con la proliferación de gremios existentes al interior del servicio. Las estrategias y acciones del combate contra el crimen organizado son parte de un conjunto de políticas públicas de carácter nacional y multisectorial por lo que deben estar ajena a intereses corporativos.

Claudio Martínez Cerda

Ex director nacional de Gendarmería

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