Abrazar los rulos: “Lo que más odié de mí ahora me lo está dando todo”

Abrazar los rulos y el pelo rizado.

Pasaron muchos años hasta que Stefania Porzio (@esderulos) pudiera admirar su frondoso pelo ruliento. Con la práctica descubrió técnicas para lograr una definición perfecta y así despojarse de las inseguridades que afectaron su autoestima por tanto tiempo. Hoy realiza talleres para enseñar el método curly girl y es dueña de un emprendimiento donde vende todos los productos necesarios. Esta es la historia de cómo los rulos transformaron su vida.




A Stefania Porzio (32) es fácil reconocerla en las calles de Viña del Mar, ciudad de donde es oriunda y donde vive actualmente. Su frondosa cabellera no la deja pasar desapercibida. Nunca lo ha hecho. Sus rulos perfectamente definidos que se mueven con naturalidad al ritmo de su paso se han convertido en su marca registrada.

Lograr que su pelo se vea así de perfecto como para que reciba cumplidos todo el día, le toma entre media y una hora cuando le toca lavado y hacer su rutina completa. Pero no siempre recibió piropos o comentarios positivos por la forma de su cabellera, sino al contrario: durante su adolescencia solía ser un target de burlas en la calle. “Cabeza de virutilla” o “Metiste los dedos en el enchufe” eran algunos de los comentarios que más se repetían.

“En la pubertad empecé a sentirme fea. Tenía el pelo muy largo y ruliento, por eso siempre lo usé amarrado y se veía con mucho volumen. Les decía a mis papás que me lo amarraba así de fuerte porque quería que se me cayera”, relata Stefania, y añade que sus primeros recuerdos de verse diferente al resto de sus compañeras de curso eran luego de los recreos, “cuando las tías peinaban a las niñas y las dejaban listas para que los papás las fueran a buscar. A mis compañeras de pelo liso las peinaban perfectas, pero conmigo no sabían qué hacer. Ahí empecé a preguntarme por qué mi pelo era tan complicado”.

Para su familia nunca fue un problema el pelo de Stefania: su mamá y una de sus hermanas es crespa (otra tiene el pelo ondulado) y sus tías y primas también son de rulos. Creció en un ambiente donde tener rulos no era algo novedoso, pero cuando las planchas de pelo se comenzaron a hacer famosas le dio una oportunidad al pelo liso: “Me miré al espejo y dije ‘no soy yo’. Mi pelo ruliento me identificaba tanto que nunca fue una opción alisarlo”.

Liberar los rulos

Como su mamá la invitaba a abrazar sus rulos, en ese tiempo, desobedientes a como diera lugar, no estaba de acuerdo con que Stefania se cortara el pelo. Dio la casualidad de que durante unos días su mamá se fue de viaje y ella no lo pensó dos veces y fue a la peluquería a probar suerte. “Me lo cortaron a la altura de los hombros, al punto de que ya no podía amarrarlo, no podía esconderlo. Diría que fue la primera liberación de m pelo. Estaba ahí y no podía controlarlo”, recuerda.

Abrazar los rulos y el pelo rizado

Al salir de la universidad se sentía “condenada” con su pelo ruliento. Mantenerlo relativamente ordenado le daba mucho trabajo, lo tenía frágil y se le caía con facilidad: “La decisión era raparme o buscar información. Sabía que no era la única, así que encontré el famoso método curly girl. Vi que había técnicas para cuidarlo y en mi búsqueda me topé con una española que tenía el pelo muy parecido a mí y que hacía videos en YouTube de cómo mantenerlo. Empecé a practicar, pero fue difícil al comienzo porque en Chile no encontraba ningún producto que ella usara, entonces me tocó aprender a leer los ingredientes al reverso de los envases. Me demoraba horas en el supermercado tratando de descifrar qué producto me servía”.

Los primeros meses fueron ensayo y error, hasta que logró dar con el método que a ella más le acomodaba para abrazar y querer sus rulos. Le gustó tanto el resultado que decidió grabar un tutorial y subirlo a un grupo de Facebook dedicado a personas con rulos. Recibió muchos cumplidos y agradecimientos, pero las usuarias de esa comunidad comenzaron a discutir en los comentarios de la publicación por razones ajenas a Stefania y eso provocó que la eliminaran del grupo. Aun así, una buena cantidad de chicas agradecidas por sus consejos le escribieron mensajes por Facebook para pedirle más información. Luego de pensarlo se animó a crear el Instagram @esderulos en 2017.

Uno creería que mi Instagram es bien superficial, que solo habla de cómo tener tu pelo bonito, pero quienes me siguen saben lo que difícil que es nacer y vivir con el pelo ruliento, porque te llena de inseguridades.

Mientras su comunidad empezó a crecer en números, también en interés genuino por aprender cómo lograr esos rulos de ensueño. Así comentó a impartir talleres presenciales para enseñar la técnica, primero en Viña del Mar y luego en Santiago, llegando a tener dos sesiones por día, cada una con 40 asistentes.

A fines de 2019 renunció su trabajo en la empresa familiar de su padre para dedicarse por completo a los rulos. En 2020 amplió su conocimiento a una página web donde vende todos los productos necesarios para lograr estos resultados. Hoy esta plataforma es su principal ingreso económico. “Lo empecé como un negocio, porque siendo influencer es súper difícil generar ingresos, porque tengo que rechazar varias marcas porque soy muy estricta en cuanto a los productos que ocupo. Me han ofrecido hasta planchas de pelo. También es súper difícil saber cómo monetizar tu tiempo. Pero la página web empezó a crecer y hoy en día vivo de eso. Encuentro heavy que lo que más odié de mí en algún momento de mi vida ahora sea lo que me está dando todo. Es súper bonito y he podido reconciliarme con una gran parte de mí”.

¿Dirías esas inseguridades que tuviste se han ido?

Uno creería que mi Instagram es bien superficial, que solo habla de cómo tener tu pelo bonito, pero quienes me siguen saben lo que difícil que es nacer y vivir con el pelo ruliento, porque te llena de inseguridades. Este tipo de pelo no es muy común. Antes veíamos a todas las modelos con el pelo liso, la moda era alisarlo, y eso te genera muchas inseguridades. En mi contenido doy tips para potenciar el pelo, empoderarte y empezar a amarlo, que una vez que lo haces es increíble lo segura que te sientes. Yo soy alta y con pelo frondoso, nací destacada, así que siempre quise pasar desapercibida.

¿Crees que con la cantidad de información que hay ahora las mujeres con este tipo de pelo puedan ir soltando esas inseguridades con mayor facilidad?

Cuando sentí que realmente estaba haciendo un cambio fue cuando una seguidora me dijo “Gracias a ti me quiero un poco más”, y ese comentario nunca lo he olvidado. Me saca unas lágrimas de vez en cuando. Entonces dije “voy bien”. Ahora recibo mensajes así todo el tiempo, por redes sociales y en los talleres, y eso me pone muy contenta. Hoy en día los tiempos son distintos, las niñas deben estar amando sus rulos, porque salen chicas así en TikTok, en Instagram, en todos lados. También es súper importante que sus mamás, o quienes las peinan, no hagan sentir a sus hijas que sus pelos son un cacho.

Ahora hay muchas personas que quieren lograr esos rulos perfectos, es una tendencia.

Mi eslogan es “Libera tus rulos”. Sí, es una moda, pero la moda para mí no es hacerse rulos, sino volver a lo natural, volver a sus rulos, dejar las planchas por un rato. Me encanta esta tendencia de volver a lo natural, de potenciar tu pelo al máximo, que es lo que enseño todos los días.

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