Abrir la relación de pareja




Alejandra (cuyo nombre ha sido cambiado) tiene 47 años, 4 hijos y lleva casi 30 años casada. En 2010, comenzó a sospechar de una posible infidelidad de parte de su marido y, cuando lo confrontó, el reconoció la situación, le pidió perdón y le explicó que esa relación fuera del matrimonio había sido “una tentación”.

Alejandra se tomó varios meses y, a pesar de que no se separaron, vivían en la misma casa pero en piezas diferentes. Finalmente decidieron comenzar una terapia de pareja y, entendiendo que la infidelidad había sido algo que no iba a derivar en una relación seria y que querían mantener su matrimonio, se reconciliaron. Las cosas siguieron bien y Alejandra siempre se sintió satisfecha con su matrimonio en el ámbito sexual. Sin embargo, desde que era adolescente y comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de las relaciones, se dio cuenta que, a diferencia de otras mujeres, ella nunca lograba ser completamente fiel a sus pololos y que la monogamia era algo que simplemente no era compatible con ella. A pesar de eso mantuvo relaciones oficiales y largas en su juventud pero, en paralelo, siempre había alguien más.

Su sueño siempre fue conformar una familia, tener hijos y una pareja estable, así que cuando encontró al hombre correcto, decidió casarse. Pero el tema de la infidelidad era algo que conocía de cerca no solo por sus experiencias, también porque sus padres habían mantenido un matrimonio muy largo pero con muchas situaciones de infidelidad que se hablaban de forma más bien abierta dentro de la familia.

Por eso, cuando Alejandra conoció a otro hombre del que se sintió enamorada, no fue una completa sorpresa. A diferencia de todas sus relaciones paralelas anteriores, esta vez decidió irse con su nueva pareja y eso generó un quiebre todavía más grande entre ella y su marido. Pero la nueva relación duró poco y, tal como había ocurrido en ocasiones anteriores, entendió que esto había sido más bien un “amor de verano” como muchos otros y que la había llenado de experiencias y sensaciones nuevas. “Siempre he sido de mente bien abierta pero sobre todo, siempre me ha gustado vivir emociones intensas”, explica Alejandra.

Por eso, cuando esa chispa inicial que la llevó a dejar a su marido se comenzó a desvanecer, se dio cuenta de que realmente estaba enamorada del hombre con quién se había casado y que, para ella, las relaciones o encuentros paralelos no tenían que ver con una falta de satisfacción en el matrimonio, ni mucho menos falta de amor. “Mi marido siempre fue muy atento conmigo, me hacía sentir atractiva y nuestra vida sexual siempre fue dinámica y entretenida”, explica. El problema de fondo era la monogamia y comenzaron a cuestionarse por qué no podían buscar placer en otros espacios además de su matrimonio.

Hace poco menos de un mes la psicóloga clínica Carolina Ulloa (@terapiafamiliaryparejas) experta en terapia de parejas lanzó su primer libro Parejas en terapia: aprendizajes para relaciones saludables. En el texto, la especialista aborda a través de casos clínicos los 10 temas más comunes que suelen llevar a las parejas a terapia. Uno de ellos es la idea de abrir una relación que antes era entre dos o verse enfrentado a la propuesta de una potencial pareja de comenzar un vínculo abierto. “Creo que es relevante visibilizar esta realidad considerando el boom que he podido ver en el último tiempo en cuanto a las distintas formas de mantener vínculos afectivos. Formas que hace unos años eran consideradas tabú por la sociedad pero que, ahora, se habla de ellas con mayor naturalidad”.

Y es que tal como enfrentaron esa conversación un tanto incómoda Alejandra y su marido, hoy son muchas parejas las que se atreven a poner el tema sobre la mesa —no solo las más jóvenes— y despejar lo que realmente implica para ellos mantener un vínculo sano, que perdure y muchas veces deciden acompañar el proceso con un terapeuta especialista que los pueda guiar en este camino que, para muchas generaciones en la cultura occidental, fue completamente vetado.

Para Alejandra lo más importante de abrir su relación no es tener sexo con otras personas, sino la fase de conocer, atraer y sentirse atraído por otra persona.

Carolina explica que uno de los puntos más interesantes para ella ha sido el ver cómo parejas de todas las edades llegan a consultar por distintas dinámicas de relación que incluyen potencialmente relaciones sexuales con terceros. “Esto no solo se da en parejas jóvenes, he visto un cambio transversal en relación a la edad, es un cambio que está generando que veamos el amor de una manera diferente, lo que provoca muchas más dudas que certezas, porque es algo nuevo para la mayoría de las parejas que se están atreviendo a probar y no hay un manual para hacerlo, ni puedes saber si te hará sentir mejor o terminará perjudicando tu relación”, aclara Carolina. Y es que, precisamente las nociones del amor romántico y el concepto de matrimonio aluden a una única pareja para toda la vida que, hoy, es una realidad cada vez menos frecuente. Y son muchos los que, en vez de entender esto como una falla, un error o un defecto que les impide mantener una relación de pareja en los términos tradicionales, ha decidido cuestionar ese estatus quo. Carolina y Alejandra concuerdan con que las opciones son casi infinitas y que lo importante es la honestidad y la valentía para expresar nuestras emociones, positivas o negativas, sin esperar que la pareja lo intuya, interprete o simplemente adivine a partir de señales.

Porque abrir una relación no significa necesariamente un “chipe libre” o un comodín que permite hacer cualquier tipo de jugada. Alejandra explica que para ella, por ejemplo, una de las partes más importantes de tener una relación abierta no es tener sexo con otras personas sino más bien la fase de conocer, atraer y sentirse atraído por otra persona. En el caso de Alejandra por, ejemplo, a través de la terapia llegaron a una serie de acuerdos con su marido respecto de lo que consideraban una relación abierta. Discutieron uno a uno los puntos en los que se sentían cómodos con ceder y establecieron reglas claras. “Creo que finalmente es cosa de ponerlos las cartas sobre la mesa y de hablar de sexo, hablar hombres y mujeres de las sensaciones que producen, quizás mirar a otro hombre, tener un enganche o algo con otro hombre o otra mujer. Creo que en este tiempo ya es mutuo, no es una cosa solo de hombres”, explica Alejandra.

En general, la terapeuta Carolina Ulloa explica que llegan a consultar parejas que ya abrieron la relación y que para algunas se vuelve un problema. “Vienen por eso, pero también existen las que abrieron su relación y que no tienen problemas en este sentido y es parte de una práctica puntual, como incluir a una tercera persona de vez en cuando en su relación sexual, o también están las que decidieron buscar una nueva forma de vincularse para resolver algún conflicto subyacente”, explica.

Al igual que Alejandra, Carolina no ha observado una mayor tendencia en hombres o mujeres, pero sí lo observa con mayor frecuencia en parejas homosexuales ya que se permiten con menor prejuicio salir de los estándares tradicionales”, aclara. Alejandra explica que para ella y su marido la clave fue decir “conversemos”. “Él me dijo que creía que quizás deberíamos abrir la relación. Somos jóvenes y con ganas. Y de repente a cualquiera le puede pasar la tentación. Si existe ese deseo es mejor que lo hagamos de forma abierta y no estar ocultando y mintiendo”, explica.

A Alejandra le hizo muchísimo sentido esta idea de poner reglas claras que se ajustasen a lo que a ambos les hacía sentir plenos y satisfechos. Hoy, ad portas de cumplir 30 años de matrimonio, Alejandra se siente feliz. Ya no sale tanto con otras parejas como en un principio y los encuentros de su marido con otras mujeres son algo de lo que no hablan porque así les acomoda a ellos. Su matrimonio sigue siendo comprometido y recalca que no siente que ha perdido atención, cariño, amor o cuidado por parte del hombre con el que se casó. Con el tiempo y dejando las cosas claras, su relación hoy tiene todavía más complicidad, confianza y se siente segura de su vínculo.

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