El poder curativo de los psicodélicos: Cómo sané mi trastorno de estrés postraumático

El poder curativo de los psicodélicos.

El uso de psicodélicos en salud mental a nivel mundial sería una revolución farmacológica. Un cambio de paradigma en el abordaje de afecciones como los trastornos del ánimo o el estrés postraumático, dicen los expertos. Hace más de 30 años en EE.UU, se estudian los beneficios asociados al uso de Hongos Psilocibes, LSD, MDMA y Ayahuasca en el contexto terapéutico. Los resultados son sólidos y esperanzadores.




“Viví décadas en la angustia y el miedo sin saber qué me pasaba”

Su padre fue un importante dirigente de izquierda, disidente de la dictadura de Pinochet. Fue detenido en 1973, torturado y relegado al sur de Chile, junto con su familia.

Su hija Magdalena –quien prefiere solo dar su nombre– nació en 1981. Desde niña escuchó relatos de atroces torturas de familiares y desapariciones de cercanos, como el pololo de su tía que apareció muerto en las orillas del Mapocho el mismo 11 de septiembre. La incertidumbre y el miedo, fueron parte de la infancia de Magdalena.

“Vi a mi padre entrar y salir de la cárcel numerosas veces. Vi por la ventana cómo un auto de agentes del Estado vigilaba mi casa. Un día abrimos la puerta y más de una docena de hombres armados tomaron a mi padre detenido”, relata.

“Después, lo mandaron bien lejos para que no metiera ruido”, agrega. “Primero a Corral y después a Chaitén, donde lo acompañamos con mi madre y mi hermana. Nunca sabía si él iba a volver”, recuerda Magdalena quien vivió por años en constante estado de alerta.

De adolescente la perseguía un pavor irracional de estar frente a un peligro que parecía inminente. Se preguntaba: ¿Qué era esa sensación de desasosiego que jamás se iba? Se hizo psiquiatra para entender la mente y su mente.

“Cuando estudiaba medicina comprendí”, dice. Se trataba de un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), gatillado por sucesos intensos altamente estresantes. En su caso sostenidos en el tiempo.

“Tú revives en presente –con angustia extrema y sufrimiento emocional– situaciones traumáticas, como si te estuvieran pasando de nuevo. Te vuelves insensible a las emociones placenteras como la alegría y muy sensible a emociones protectoras como el miedo”, cuenta Magdalena. En mucho casos el TEPT, se puede presentar por primera vez años después de experimentados los hechos.

“Estuve en terapia entre 2008 y 2022. Estudié filosofía centrada en corrientes orientales, aprendí sobre cuidado emocional y me acerqué a la práctica del mindfulness”, relata.

En 2016 le sugirieron complementar la terapia con antidepresivos. Pasó por el Bupropión, la Venlafaxina y la Sertralina que si bien lograron sacarla a flote, no fueron efectivos con el TEPT.

“Los antidepresivos adormecen la percepción de lo malo y lo angustioso pero, a veces, también de lo bueno y lo bonito. No te permiten sentir plenamente la vida”, cuenta la doctora.

Magdalena se dio cuenta que había completado un ciclo de décadas de búsqueda de sanación transitando múltiples caminos. En 2017, decidió partir al extranjero para tener su primera experiencia con MDMA que tenía suficiente evidencia científica que apoyaba su poder curativo en trastornos de estrés postraumático.

“Estás recostada con los ojos cerrados. Tomas un comprimido que contiene los miligramos establecidos por estudios clínicos. A los veinticinco minutos sientes el efecto que en mí duró unas cuatro horas. No te duermes. Estás atenta todo el tiempo”, cuenta. El MDMA, no es un psicodélico como tal, es un “empatógeno” que facilita la experiencia de conexión interna y con el entorno.

Magdalena rememora las sensaciones vividas: “Te sientes en paz. Los pensamientos que aparecen van acompañados de confianza y amabilidad. El ruido mental desaparece. Se diluye la idea de que el mundo es un lugar amenazante. Yo lo describiría como un sentimiento de “amorosidad”, junto a una completa aceptación de mí misma y mi historia”.

“Te das cuenta que el MDMA empieza abandonar tu sistema porque aparece la mente juzgadora y va desapareciendo la sensación de que todo es muy simple”, cuenta.

Y aunque el MDMA deje el sistema, los efectos de éste y otros psicoactivos permanecen por semanas, meses y años según reportes de pacientes participantes en evaluaciones experimentales.

“Yo cambié los anteojos empañados y oscuros con los que veía la realidad por unos anteojos claros. Ya experimentaste el bienestar y lo traes de vuelta contigo”, afirma Magdalena.

Unos años después, el levantamiento popular de octubre de 2019 evidenció los vestigios latentes del TEPT de Magdalena. La doctora sabía bien que “era un trabajo de liberación en capas”. La próxima experiencia con psicoactivos sería decisiva.

¿Panacea o realidad?

“La guerra contra las drogas” declarada en EE.UU en los años 70 y su uso desmedido en la época del movimiento Hippie en los 60, ayudó a su desprestigio. Todos los ensayos clínicos sobre su potencial curativo quedaron en la ilegalidad.

El investigador Rick Doblin, fundador de “La Asociación Multidisciplinaria para el Estudio de los Psicodélicos” (MAPS), luchó para que en EE.UU se volviera a indagar su uso en salud mental.

MAPS ha liderado por 37 años investigaciones pioneras sobre los beneficios de los psicoactivos. Hoy en día universidades como Johns Hopkins, Harvard, Stanford, NYU y La Universidad de California en Berkeley tienen departamentos especializados para su estudio.

La investigación a nivel mundial ha demostrado que las “Terapias Asistidas por Psicodélicos” como Psilocibina (presentes en algunos hongos del tipo pcilocibios), MDMA, LSD, Ayahuasca y Ketamina tienen buenos resultados con la depresión resistente, el TEPT, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), adicciones, desórdenes alimenticios y estados angustiosos por la cercanía de la muerte en pacientes terminales entre otras afecciones mentales. Los más estudiados hasta ahora son la Psilocibina, el MDMA, el LSD y la Ayahuasca.

Estás drogas no son adictivas y producen cambios significativos desde la primera experiencia. Según los estudios el MDMA tiene mejores resultados en trastornos del ánimo y el trastorno de estrés postraumático, los hongos psilocibes en depresión y la ayahuasca en adicciones.

Hoy está permitido su uso terapéutico en Canadá, Australia, Israel, Holanda y despenalizado la utilización de hongos psilocibes en el estado norteamericano de Óregon y Colorado.

Y aunque, ningún psicodélico ha sido autorizado por la FDA (agencia de EE.UU encargada de velar por la salud de la población), esta entiende -como declara en su web- “el creciente interés en el potencial terapéutico”, para su uso en tratamientos de salud.

Por su parte, la ONU acaba de publicar el informe: “World Drug Report 2023″, donde por primera destaca a los psicodélicos en un capítulo: “Recent Developments Involving Psychedelics”. Un gran hito para los estudiosos del tema.

De la mano Netflix en 2022, el tema volvió al ojo público con el documental de cuatro capítulos: “Cómo cambiar tu mente” o “How to Change your Mind”, basado en el libro del periodista, activista y profesor de Harvard, Michael Pollan. El documental explora la historia de las sustancias psicodélicas, muestra sus usos, derriba mitos infundados y ejemplifica con casos su acción curativa.

La decisiva experiencia con hongos

El estallido social en 2019, reavivó los trastornos de Magdalena ligados al TEPT, pero sin la misma intensidad. “Me di cuenta que aún había en mí patrones de pena y preocupación muy arraigados”, relata. Una segunda experiencia, esta vez con una macrodosis de hongos psilocibes, la ayudaría a “sacar otras capas” remanentes del TEPT.

“Me encontraba en un espacio seguro de mucha naturaleza. Me recosté, me cubrí la vista con un antifaz y junto a mi terapeuta comencé la experiencia”. Recalca que en este adentrarse a un estado no ordinario de conciencia (ENOC),”nunca se pierde la capacidad de elección, de estar presente y la lucidez”.

“Lo vivido no fue del todo placentero. En algún momento sentí intensamente el miedo”, dice.

Los hongos a diferencia del MDMA, inducen un experiencia psicodélica clásica. “La percepción se intensifica. Hay una cuota de rareza”, cuenta. Con los ojos cerrados se amplifican las sensaciones corporales y los sonidos. Comenta: “El sonido lo veía como patrones visuales que después se texturizaban”.

“Los psicoactivos como amplificadores de la mente crítica traen a conciencia contenidos profundos o traumáticos reprimidos que pueden abrumar por semanas. Te enfrentas a revelaciones asombrosas cargadas de sentido”. explica. “Las terapias asistidas por psicodélicos no son para todo el mundo. Quien se expone a ellas debe estar preparado para abrir, a veces, una caja de pandora”, enfatiza Magdalena.

El desenlace anhelado

-Magdalena, han pasado más de 3 años de tus experiencias con psicoactivos, ¿sanaste tu TEPT?

-Sí, mi TEPT está sanado. Por primera vez me siento intrínsecamente bien. El pasado está bien. El mundo dejó de ser una amenaza para mí.

-¿Ya no hay más miedo?

-No es que sea inmune a sentir algún tipo de angustia o a la tensión corporal, pero en mi cerebro hay recursos creados reales y disponibles para ir a buscar la paz y el equilibrio.

-¿Cómo son los sentimientos o sensaciones físicas de estar curada?

-Transito con una frescura y liviandad que nunca había sentido en mi vida. Me reconecté con el disfrute del momento presente. Volví a sentir la chispa de la vida. Me conecto desde lo bello con el mundo y no desde la amenaza.

-¿Entonces, los psicodélicos sí funcionan?

-En mí funcionaron. Pero me gustaría enfatizar que deben ir de la mano de psicoterapia y del cultivo de una forma vida orientada al autocuidado como una correcta nutrición, ejercicios o prácticas meditativas.

Pasa que la gente que participa en pruebas clínicas, a veces va con todas las expectativas puestas solo en la sustancia. Cuando les va mal se frustran mucho. Es porque no atendieron a otros factores que también son parte del éxito.

¿Qué pasa en Chile?

En Chile, estas terapias aún no están disponibles, pero haciendo eco del interés científico, la Universidad Católica, la Universidad de Chile y la Universidad Adolfo Ibáñez han hecho charlas para el alumnado.

Por otro lado, ya hay psiquiatras y terapeutas chilenos especializados en el extranjero o en entrenamiento en escuelas prestigiosas como Imperial College London, referente europeo en el estudio de los psicoactivos.

Pilar del Río, psiquiatra de la Pontificia Universidad Católica, miembro de “Psychedelic Medicine Association” de Estados Unidos y candidata a Magíster en Psicoterapia Asistida por Psicodélicos, forma parte de un grupo de profesionales de avanzada que están activamente buscando financiamiento para realizar investigación con sustancia psicoactivas en Chile.

La psiquiatra Pilar del Río

“Creo que la psiquiatría mundial tiene una enorme deuda: Durante 50 años se han ocupado los mismos fármacos para tratar las mismas enfermedades. Los antidepresivos no cumplieron las expectativas”, expresa del Río y agrega: “Hay nueva data sobre la neurobiología detrás de la depresión y esa data va acompañada de una nueva forma de abordarla”.

“Encontrar una sustancia que neurobiológicamente sea muy potente, efectiva, con pocos efectos adversos, donde pocas tomas obtienen cambios importantes y además, que estimule la neurogénesis y active la neuroplasticidad cerebral, no se había visto en ningún otro medicamento”, sostiene la psiquiatra.

“El uso de psicodélicos podría transformarse en una revolución farmacológica y un cambio de paradigma en el abordaje de la salud mental en el mundo. Y por ahora, Chile se está quedando abajo de lo que se viene”, asegura del Río.


La neurociencia detrás de los psicodélicos

La red neuronal por defecto

Magdalena, en su rol de psiquiatra explica la relación de los psicodélicos con los estados de consciencia. “Tenemos una red neuronal por defecto (Default Mode Network) que siempre está activa” y es “acallada por la acción psicodélica”.

“La red por defecto, es producto de la evolución. Nos sirve para la sobrevivencia diaria: Toma patrones de experiencias pasadas para saber cómo responder en el presente. Facilita el no tener que descubrir el mundo cada día”, explica Magdalena.

En esta red neuronal se asienta la idea del yo. Es evaluativa-predictiva. “Esta red también es responsable de que estemos más en nuestra mente que afuera. Eso supone una desconexión con el presente, el disfrute y la calma”, argumenta.

Los psicoactivos -al desactivar la red por defecto- acceden a redes neuronales que nunca están disponibles en el estado ordinario de consciencia (modo de consciencia habitual y diaria con la cual percibimos el mundo), posibilitando la entrada a los estados ampliados o no ordinarios de consciencia (ENOC).

Promotores de la neurogénesis y la neuroplasticidad

La psiquiatra Pilar del Río, explica qué se sabe de la interacción de los psicoactivos con nuestro cerebro.

Los psicodélicos llamados clásicos (un subgrupo de sustancias donde está el LSD, la ayahuasca y la psilocibina), activan el receptor de serotonina 5HT2A, el que no es activado por los antidepresivos serotoninérgicos. Los estudios clínicos con estas drogas, afirman que debido a su activación se producen los principales beneficios a nivel emocional, cognitivo y conductual

Por otra parte, inhiben “La Red Neuronal por Defecto”, lo que genera mayor flexibilidad cognitiva y desarma patrones mentales rígidos que potencian estados disfuncionales en salud mental.

La doctora del Río, expone: Los psicodélicos son capaces de impulsar la neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas) induciendo nuevas sinapsis (conexiones entre neuronas), a través de la estimulación del “Factor de Crecimiento Neuronal”, lo que acompañado de psicoterapia, permite la adquisición de nuevos hábitos o conductas saludables y estables en el tiempo”.

Sobre la neuroplasticidad cerebral argumenta: “La neuroplasticidad -como la capacidad del cerebro de generar nuevas conexiones entre sus redes neuronales-, nos permite cambiar nuestra forma de percibir la realidad. Gracias a la neuroplasticidad podemos actuar en base a nuevos patrones cognitivos o resignificar experiencias emocionales traumáticas”.

“Así nuestro cerebro se deshace de patrones antiguos instalados que no son útiles, ni efectivos, ni se conllevan con la realidad donde estamos insertos. Cuando nuestro cerebro crea modelos actualizados para abordar la realidad del momento presente, nos conectamos con los desafíos que la vida nos muestra”, concluye. Esto estaría a la base de la sanación con estas prometedoras sustancias.

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