Javier Barría: el autoboicot

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Parecía que por fin lo lograba, después de 10 años de carrera, en 2015 la crítica se rendía ante su oficio de compositor de canciones tarareables. Pero se abrumó y decidió registrar Estación Pirque, un disco sin batería y con guiños de jazz que se contrapone a todo lo que había hecho antes. Un quiebre que hay que escuchar.




Paula 1206. Sábado 13 de agosto de 2016.

Durante todo 2014 no escribió ni una sola línea. Para un compositor prolífico que publicaba un disco por año era una sequía preocupante. Todo su tiempo se iba en promocionar Folclor, su trabajo más acabado, el que acuñó su mayor hit hasta el momento (El día en que dejaste de quererme), el que le valió el premio Pulsar 2015 a mejor cantautor e hizo que la crítica se fijara en él luego de una década y nueve discos.

En paralelo, se obsesionó con la foto de la Estación Pirque que encontró en Facebook. El terminal ferroviario que quedaba donde hoy comienza el Parque Bustamante que se construyó en 1911 y se demolió en 1942. Un edificio que apenas permanece en la memoria colectiva. "Me fascinó la idea de un lugar destinado a no perdurar. Porque siento que hay dos caminos: la memoria o el olvido. Y eso me enfrentó a mí misma obra, a qué cosas olvidé de mi propia historia; había canciones que me daba lata cantar porque no me reconocía en ellas".

Entonces se autoboicoteó. Si tenía pensado hacer un disco aún más "radiable" que Folclor e ir por el botín, abandonó la idea y retomó un desafío que se planteó en 2009 y jamás concluyó: hacer canciones sin batería. "Saqué el rock y el pop y quedó esto. No es que no estuviera antes, pero a veces necesitas sacar cosas para que se develen otras".

El resultado es un disco de 11 cortes que recuerda en momentos a Pedro Aznar y que coquetea con el jazz. Un disco lleno de referencias al Santiago de comienzos del siglo XX, a lugares que permanecen tenues en la memoria como el Camino cintura, o Cajitas de agua, todo registrado con una moral análoga armada a propósito en estudio, con ruido de vinilos, fizz y cintas avejentadas. Un salto al vacío en lo musical y lo más cercano a un disco conceptual que ha estado.

Dejar de estar solo

Este es el primero de sus 10 discos que cuenta con colaboraciones, la más llamativa es con el dúo peruano Alejandro y María Laura en Celoso. Cuenta también con la voz de Natisú (Cajitas de agua), el saxo de Franz Mesko (Un país, un solo habitante) y trompetas de Felipe Cadenasso (Campo quemado). Su lanzamiento quedará en puntos suspensivos porque se embarcará desde agosto a noviembre a México donde será parte de la obra La heroica república del sillón rojo, donde interpretará la música junto a los compositores nacionales Carolina Nissen y Benjamín Walker.

Estación Pirque se puede escuchar y descargar desde javierbarria.bandcamp.com

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