Lucía Serrano, autora de ‘Tu cuerpo es tuyo’: “Para evitar el abuso sexual infantil hay que normalizar ciertas palabras en casa”

Lucía Serrano, autora de ‘Tu cuerpo es tuyo’: “Para evitar el abuso sexual infantil hay que normalizar ciertas palabras en casa”

La escritora española publicó la primera edición del libro en octubre de 2021 y ya va en la duodécima edición. Un éxito que atribuye a que el proyecto surge de una inquietud genuina que tuvo siendo madre: cómo hablar de sexualidad a los más pequeños y así poder enseñarles de límites; prevenir los abusos y contactos no deseados.




En junio de 2022 se hizo viral en España un video del cómico y guionista Raúl Massana en donde conversa con su hija María, de cinco años, sobre sexualidad. En realidad es ella, la niña, la que le da una lección sobre consentimiento, con frases como ‘tu cuerpo lo manejas tú’ o ‘no, es una palabra muy importante’.

María aprendió estos conceptos en el libro infantil Tu cuerpo es tuyo de la escritora e ilustradora Lucía Serrano, que se publicó por primera vez en octubre de 2021 y que ya va en su duodécima edición. Un éxito que, según la propia Lucía, tiene que ver con que surge de una inquietud genuina que tuvo siendo madre. “Este tema me interesaba desde hace tiempo porque de adulta he conocido a víctimas de abuso sexual infantil y por lo tanto sé de las consecuencias que tiene para toda la vida de quienes lo sufren”, comenta.

Por eso, cuando se convirtió en madre y, especialmente cuando sus hijos comenzaron a crecer –tenía tres de 1, 3 y 5 años cuando publicó la primera edición–, se enfrentó a situaciones que no supo manejar, como cuando venía una persona adulta y los saludaba de beso aunque ellos no quisieran. “Ahí se transformó en una urgencia para mí el tener respuestas para esos momentos. Y la mejor manera que conozco para explicar cosas, es mediante cuentos”, agrega.

Tu cuerpo es tuyo – en Chile comercializado por Editorial Contrapunto– es un libro que habla a los niños y niñas de sexualidad y prevención de abusos a través de un lenguaje sencillo y directo. Pero es también un libro para los padres porque, como dice la autora en esta entrevista, somos a veces nosotros, los adultos, los que nos atragantamos o nos ponemos colorados con ciertos temas.

¿A qué crees que se debe el éxito de este libro que en solo dos años ya va en la duodécima edición?

Este libro partió de una necesidad propia como madre y me imagino que esa misma inquietud que tuve yo, la comparten las madres y los padres en general. Cuando comencé la investigación me encontré con que hay libros sobre este tema pero no son muchos y al menos en los que yo encontré, se habla más desde la metáfora. Lo que yo necesitaba para explicarles ciertas cosas a mis peques, era un lenguaje literal. Que así como le explico que no cruce la calle cuando viene un coche, le pudiera decir directamente que sus partes privadas no las debe tocar ningún adulto.

Para eso hay que nombrar las “partes privadas”.

Sí, este es un libro muy infantil, un contenido pensado y trabajado para la primera infancia, pero aquí no hay metáforas, se nombra cada cosa, como es. Me pasó cuando se los leí a mis hijos por primera vez, que hasta yo misma me atragantaba leyéndolo, mientras que ellos lo recibieron con naturalidad. Ahí uno se da cuenta de que el problema lo tenemos los adultos que no nos atrevemos a hablar con los niños de esto.

Claro, si ni los adultos las nombramos.

Sigue siendo un tema tabú. Una vez llevé a mis hijos a control y nuestra enfermera nos dijo que los genitales deben llamarse por su nombre, que esa es una manera de empezar a trabajar la prevención de los abusos. Cuando mi hija de 3 años dijo vulva pensé: ¡qué palabra más grande! Parece una palabra enorme para alguien tan pequeño. Al principio se me hacía rarísimo. Pero después lo naturalizamos y te das cuenta de que está bien, que hay sacar ese primer tabú de no poder ni nombrar los genitales. No somos conscientes, lo hacemos porque nos parece que es más cariñoso hacerlo de otra manera, pero al final, es un peligro.

La sexualidad comienza en la infancia

“A veces, nos gusta analizar nuestro cuerpo y explorarlo. Esto es un acto privado, aunque puede ser que alguna vez lo hagamos con otra niña o niño. Pero si uno no se siente cómodo, tenemos que parar. Si dices que no, te tienen que hacer caso y si no te hacen caso, pide ayuda”. Este es uno de los mensajes que están en el texto, acompañado de las ilustraciones de Lucía.

En el libro no sólo hablas de las partes del cuerpo si no que describes situaciones que son normales, como que los niños también se tocan, que para los padres son difíciles de abordar.

Todavía hay padres que les dicen a los niños y, sobre todo a las niñas: “no te toques ahí”, como si fuese algo malo. La consecuencia de haber hecho esto por años es que lo ven como algo malo o sucio. Los niños y niñas no tienen esa connotación que tenemos los adultos del sexo, y tampoco tienen tan claro que es lo privado o no, cuando ven un chocolate van y se lo comen, acá pasa igual. No podemos negar que eso ocurra, lo que podemos hacer es enseñarles que eso no puede ocurrir con niños mayores, con personas adultas.

Cuando mencionas las partes del cuerpo, en el caso de las niñas, mencionas el clítoris. Es interesante que en un libro infantil se nombre considerando que, hasta hace poco, no estaba ni siquiera en los libros de medicina.

Sí, ahí se nota que la autora es mujer. En el momento en el que se describen los genitales, en el caso de la niña, puse que coja un espejo, que lo puede mirar. Y es que como mujeres, nosotras sabemos que se nos ha invisibilizado una zona del cuerpo hasta el punto de que a veces parece que no existe. Cuando hablamos de normalizar que los niños se tocan, también habló de las niñas. Ojala todas las niñas crezcan sabiendo, que conozcan su cuerpo.

También hablas mucho sobre consentimiento.

Sí, porque es importante hacerlo, desde muy pequeños. Y como nuestra generación no lo aprendió, como madres y padres también tenemos que desaprender la manera de tratar a los niños y niñas. Poner a los peques delante de los adultos. Me pasa aún, que cuando una persona adulta les dice “cómo no me vas a dar un beso”, lo primero que me sale es decirles “dale un beso”. Por eso de agradar a los demás. Lo confundimos con buena educación, pero no es eso.

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