Trinidad Cerda de ahora en adelante

Trinidad Cerda de ahora en adelante

A principios de julio, Trinidad Cerda, ex concursante de Gran Hermano, hizo una confesión impactante ante sus compañeros y todo Chile, revelando que había nacido con otro género. Este momento televisivo se convirtió en un hito que celebró el amor propio y la identidad. En pantalla, también compartió ser sobreviviente de abuso sexual durante su infancia, una experiencia que ahora impulsa su misión de visitar escuelas y hablar sobre consentimiento y límites. Aquí Trinidad comparte: "tengo algo innato en mí para proteger, enseñar y evitar que otros vivan lo mismo que yo".




Cuando la tripulante de cabina Trinidad Cerda (35) volvió a Santiago tras ser eliminada de Gran Hermano, no pudo estar sola durante semanas. “Fue abrumador para mí”, cuenta la también actriz y cantante. Tras estar dos meses encerrada y rodeada por sus compañeros todo el tiempo, la soledad le resultaba incómoda: “De a poco tuve que instalarme en el mundo real con la ayuda de mi familia y amigos”, recuerda.

Trinidad se hizo conocida por todo Chile cuando, en televisión abierta, habló sobre su identidad: “Yo nací con otro género (...) He vivido toda mi vida, de alguna manera, intentando pasar desapercibida para no causar ruido (...) Pero es una historia que tengo que contar con orgullo”, dijo. Esa escena, que conmovió a las personas en redes sociales y que documentaron varios portales de noticias, fue un hito televisivo el 2023 instalando un antecedente en Chile que celebró la diversidad.

¿Sentiste la ausencia de personas trans en la televisión mientras crecías?

Se me viene al cabeza Daniela Vega, es alguien a quien admiro mucho, pero claro, durante mi crecimiento habría deseado ver mujeres como yo en la televisión. En Argentina existe Florencia de la V, una mujer cercana que pasa los cuarenta años, con una familia hecha, y eso ha sido significativo para muchos. Para mí haber hablado tan abiertamente de mi historia en televisión fue importante porque yo sabía que podría impactar a personas que estaban viviendo lo mismo. Sentí también una responsabilidad conmigo de evitar la hipersexualización, de romper con los estigmas y de ser auténtica y fiel a mis sueños. Quiero desafiar las ideas preconcebidas que hay asociadas a las etiquetas. Creo que el mensaje más importante es que yo no tengo ninguna y no quiero tener ninguna. No quiero que las personas digan ‘Trini, la mujer trans’, eso no me interesa, no me gusta, y no porque no lleve con orgullo mi pasado, porque sí lo hago y defiendo a las personas que comparten mi vivencia, pero yo soy Trini y ya.

Tú mencionas que naciste con otro género, pero no utilizas la palabra trans, ¿fue entonces una elección consciente?

Yo no quiero que me traten así. Yo no quiero tener más etiquetas. Ya viví mi transición, viví mi cirugía de reasignación de género hace años, hice un tránsito y no es tema: soy Trini las veinticuatro horas, los siete días de la semana. Sueño como Trini, hablo como Trini, tengo sexo como Trini. Vivo como una mujer y punto. Yo conozco mi pasado y lo abrazo, acepto mi presente y amo mi futuro. Yo sé quién soy hoy y lo que quiero.

Soy Trini las veinticuatro horas, los siete días de la semana. Sueño como Trini, hablo como Trini, tengo sexo como Trini. Vivo como una mujer y punto.

¿Y quién eres tú hoy?

Una mujer de treinta y cinco años, soltera, y que de alguna manera está sacando adelante una nueva carrera. Me estoy atreviendo a ser importante por primera vez. Ser reconocida con una historia de vida difícil y potente, que representa a un montón de personas, que no solamente tienen la misma experiencia, sino que se están sintiendo aceptadas, se están queriendo y eso me da mucha esperanza. Hoy día soy una persona renovada. Me gusta mi cuerpo. Me veo al espejo y me encanto. Mi cuerpo tal como es: con curvas, rollos, cicatrices. Vivo en él, tiene un corazón, tiene orgasmos y me fascina.

¿Sientes que en Chile existe una comunidad unida y empática LGBTQIA+?

Yo he observado que cuando una persona hace una confesión se arma una red de apoyo con los que han vivido lo mismo. Idealmente esto debería tener una continuidad, pero los chilenos perdemos el ‘estoy siempre contigo’ rápido. Creo que es justo también hacer una reflexión sobre la existencia del clasismo y la discriminación hacia los cuerpos distintos. Tenemos mucho por aprender todavía. Yo sé que estamos ganando terreno en el país y que queda por recorrer, pero no puede segmentarse una comunidad. Cuando entré al reality la producción me preguntó cuál era mi público y yo respondí: no tengo. Yo quería muchísimo que me vieran niños, niñas, niñes, abuelos, mamás, todos.

¿Qué ha aportado el feminismo en tu vida?

Creo que el ver mujeres empoderadas, felices con sus cuerpos y realizadas con sus carreras es muy inspirador. Te inyecta mucha energía. El que hoy se hable de la inclusión y eso esté sobre la mesa es algo que le agradecemos al feminismo. También que se haya instalado el consentimiento y los límites. Estamos avanzando y es muy lindo.

¿Cómo transmites el proceso de reconstrucción que viviste tras ser sobreviviente de abuso sexual infantil en las charlas que das hoy en colegios?

Fueron varios años, hasta que cumplí trece. Y es algo que deja secuelas. A veces sueño que me roban, me maltratan o me hacen daño. He tenido mucha terapia a lo largo de mi vida para superar este miedo a la oscuridad o a que me toquen, creo que aceptar mi cuerpo y la sexualidad fue un tema, lo veía como algo malo. Por eso creo que tengo algo innato en mí de resguardar, enseñar y evitar que otros vivan lo mismo. Si alguien en el colegio me hubiera dicho ‘a ustedes no los pueden tocar, es prohibido’, yo habría levantado la mano y habría dicho que me estaban tocando. Tuve que vivirlo para hoy conversar y compartirlo con los papás.

Desde que salí del reality me he dedicado a recorrer colegios y otras instituciones armando conversatorios con niños, niñas y apoderados para hablar sobre esperanza, los sueños, la aceptación, cómo detener el bullying y por supuesto, el saber poner límites. He recorrido siete escuelas en varios lugares: el centro, Puente Alto, San Bernardo y La Florida”.

He tenido mucha terapia a lo largo de mi vida para superar este miedo a la oscuridad o a que me toquen, creo que aceptar mi cuerpo y la sexualidad fue un tema, lo veía como algo malo.

Si tuvieras que mandar a placa una situación en Chile, ¿a quién le darías tus votos?

Mis primeros dos votos serían a los hombres machistas y mi otro voto es para la falta de goce en nuestra sociedad. Hay una ausencia absoluta. Hay mucha rabia. Todo el tiempo la gente está luchando contra alguna situación, pero ¿cuándo se baila o se aplaude? ¿Cuándo la gente se detiene a hacer lo que quiera hacer? El hecho de sobrevivir lunes a viernes para vivir el sábado y domingo, es una idea que nos enferma como sociedad. A mí me agota. No deberíamos estar así.

Mencionas a los hombres. Post reality, ¿cambió tu manera de vincularte con ellos? ¿Cómo es el mercado de los solteros ahora?

Yo soy muy romántica, pero para mí siempre fue un tema contar mi historia, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Pre reality esperaba mucho tiempo, avanzaba en las relaciones, teníamos sexualidad, nos presentábamos a la familia y no decía nada porque no encontraba relevante hacerlo y me daba miedo. Y si perdí o no perdí a alguien fue porque yo tenía problemas con aceptar esa parte de mí. Pero ahora que me expuse, hay una libertad en el decir ‘no tengo nada que esconder’. Y sí, el mercado de los solteros es superficial, a veces poco empático y muy bruto, te enfrentas a hombres muy acostumbrados a lo inmediato, a decidir quién es mejor que otra y a comparar. Pero desde mi lado, creo que quiebro sus esquemas cuando logran conocerme, cuando los escucho y les demuestro sensibilidad o empatía. Trato mucho de no encasillarlos, pero no pierdo el tiempo con alguien que no abre su corazón, que no quiere escuchar. Yo tengo un filtro y cuando alguien no se la puede, no se la puede no más. Yo tengo claro lo que quiero, gracias a Dios.

¿Crees en Dios?

Mucho. Es como un padre. Es una fortaleza en mi corazón y mi espíritu. Me ha salvado de lo malo y me ha dado lo bueno. Confío en que estará ahí, es mi apoyo. Tengo plena confianza en que me acepta tal como soy. Crecí en la iglesia Evangélica, pero ahora no soy de ninguna religión. Creo que él está en todas partes, me escucha, guía y protege y está para todos quienes lo busquen.

En relación a tu vida profesional y personal, ¿cuáles son tus planes a futuro?

¡Están pasando tantas cosas! Mis metas son posicionarme y poder tener un espacio en la televisión. Me gustaría volver a volar. Tengo muchísimas ganas de viajar. Estoy trabajando en mi música, a mí me gusta cantar y bailar. Quiero publicar un libro y seguir ayudando a la gente desde mi lugar. Dentro de mis sueños también está la maternidad: hay una cosa interna que me dice que entregue todo este amor que tengo adentro a un niño, niña o niñe, junto a una persona con la que podamos ser padres y enseñarle a amar. Quiero seguir yendo a colegios, por Instagram se comunican conmigo profesores y psicólogos para que hagamos más charlas. Espero seguir en contacto con la gente porque estoy muy agradecida.

Trinidad es tal cual como se vio en televisión. Es sensible y se emociona cuando recuerda su infancia o cuando habla de su relación con la fe. Se toma pausas para suspirar y sonríe cuando habla del romance. Se sienta y con ternura repasa su vida: recuerda su niñez en La Florida y los domingos en el mall, yendo al cine y comiendo comida rápida junto a sus padres y hermanas. “A esa niña le dedico todo el amor y las nuevas oportunidades. Estoy preparada para mi vida de ahora en adelante”, afirma segura.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.