¿Una píldora para tratar la depresión postparto?

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el primer fármaco oral para tratar la depresión postparto. Un avance significativo pero que no alivia de momento este trastorno que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.




La noticia fue recibida como un hito en la historia de la salud mental materna.

El 4 de agosto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el primer fármaco oral para tratar la depresión postparto, que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.

En Chile, entre un 10% y un 15% de las mujeres desarrollan este trastorno, siendo el más común de este tipo en la etapa de puerperio, que va desde el parto hasta los siguientes 40 días. En madres primerizas esta incidencia puede ser aún mayor (de 12% a 25%) y en algunos grupos de riesgo, esa cifra llega al 35%.

“Es una afección grave y potencialmente mortal en la que las mujeres experimentan tristeza, culpa, inutilidad e incluso, en casos graves, pensamientos de hacerse daño a sí mismas o a sus hijos”, dijo Tiffany Farchione, jefa de psiquiatría en el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA, al lanzar la noticia.

Con el tiempo, se ha logrado tomar conciencia en lo importante de tratar este trastorno. Y es que la depresión postparto puede alterar el vínculo materno-infantil y puede generar consecuencias para el desarrollo físico y emocional de los niños y niñas. Las madres pueden experimentar tristeza, culpa, soledad, pérdida de energía y pensamientos suicidas, así como también deterioro cognitivo, entre otros síntomas.

El trastorno suele tratarse con terapia psicológica y medicamentos, principalmente antidepresivos. Pero este nuevo fármaco –llamado Zuranolona– pertenece a una clase de medicamentos que actúan sobre el cerebro llamados esteroides neuroactivos.

Llama la atención por distintas variables. Primero, porque los antidepresivos que se utilizan en esta etapa pueden tardar varias semanas, e incluso meses, en hacer efecto. Este medicamento en cambio, puede ayudar a reducir significativamente los síntomas del trastorno en pocos días. De hecho, se toma una vez al día durante dos semanas y luego se suspende.

Luego, porque hasta ahora el único tratamiento específico para la depresión postparto se administraba a través de una inyección intravenosa, por lo que no se utilizaba de forma masiva.

Según el New York Times, que la píldora esté diseñada para tratar este trastorno específico podría provocar que más mujeres busquen ayuda durante este período. “Hay mucho estigma en torno a tomar medicamentos antidepresivos. Que sea un tratamiento específico para la depresión postparto podría hacerlo más atractivo”, explicó la psiquiatra Ruta Nonacs.

“Lo atractivo de este medicamento es que es de administración oral”, explica Enrique Jadresic, académico de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile. “También que los efectos beneficiosos se ven ya al tercer día, es de acción rápida y en general es bien tolerado. Pero siendo realista, es poco probable que pase a ser un medicamento cuyo uso se vaya a imponer rápidamente y sea de primera línea”, agrega.

El especialista no es el único en hacer un llamado a guardar cautela frente a este avance, que reconoce como importante. Hay varias razones.

Los fabricantes de Zuranolona, las empresas Sage Therapeutics y Biogen, adelantaron que la píldora podría estar disponible en Estados Unidos a finales de este año. Se desconoce, entonces, cuándo podría llegar a otros países como Chile.

Otro punto de inflexión será su costo. Se desconoce cuál es el valor inicial que manejaban las empresas, pero analistas de la industria estiman que Sage y Biogen podrían aumentar hasta tres veces el precio de este medicamento luego de que no obtuvieron la aprobación para que tratara también el trastorno depresivo mayor. Esta enfermedad afecta a 15 millones de personas en Estados Unidos, frente a 500.000 casos diagnosticados de depresión postparto. “Probablemente el precio va a ser alto, va a ser un tema el costo. Entonces no va a estar disponible para muchas pacientes”, dice Jadresic.

Otro factor que es importante considerar es que este fármaco no fue testado en mujeres lactantes, por lo que se desconoce si podría tener algún efecto negativo para quienes están amamantando. “En los ensayos clínicos que se hicieron se les pidió a las pacientes que no amamantaran. Esa es una tremenda limitante, sobre todo a la luz de que los antidepresivos que se usan actualmente para la depresión postparto sí se pueden usar en la lactancia”, explica Jadresic.

Algunos sectores de la salud perinatal en Estados Unidos destacaron también que el medicamento fue testado en mujeres con depresión postparto severa, no moderada o leve. La guía para estos últimos casos es considerar en primera instancia la psicoterapia para tratar el trastorno.

“Una pastilla no va a acabar con el problema. La depresión postparto en general obedece más a factores psicosociales que hormonales. También son importantes los factores genéticos, es decir, si una persona ha tenido episodios depresivos antes o tiene familiares con antecedentes, hay más riesgos. Pero hay depresiones leves o moderadas que no es necesario tratar con medicamentos, sino con psicoterapia”, explica Jadresic.

Paz Bravo, psicóloga del Centro Ser Mujer y miembro de la Red Chilena de Salud Mental Perinatal, explica que hay muchos determinantes sociales que impactan en la salud mental maternal. “La maternidad se evalúa como algo que no debe tener mucho cuestionamiento, debes disfrutarlo, no te puedes arrepentir y se instala la idea de que no debería haber malestar asociado a eso”, dice. “Hay que preguntarnos cuáles son las condiciones en las que maternamos”, agrega.

Entre ellas, puede tener una gran influencia las condiciones económicas y laborales a las que tenga que adaptarse esa persona y también, cuál sea su nivel de carga en las labores de cuidado.

Una mujer que empieza a maternar necesita una estructura sólida que pueda sostenerla para que no se desmorone. Entonces hay mujeres que a lo mejor sí tienen antecedentes de salud mental y podrían anticiparse. Pero también hay otras variables que pueden afectar en cómo impacta ese parto y ese postparto como la violencia obstétrica, los duelos gestacionales y las limitantes económicas”, explica.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.