Para entender: 1 de junio y coronavirus, comienza la cuenta regresiva para un discurso con metas urgentes en el horizonte

El presidente de la República, Sebastián Piñera, llega a La Moneda. A la entrada, se le toma la temperatura en medio de la pandemia por coronavirus.
El presidente de la República, Sebastián Piñera, llega a La Moneda. A la entrada, se le toma la temperatura en medio de la pandemia por coronavirus.

La inminente embestida del virus definirá el tono de la cuenta presidencial. Más allá de si el mensaje será en Valparaíso, como siempre, o en Santiago, como se ha discutido esta semana; ese día será el primer momento en que se les van a hacer exigibles a Piñera y a Mañalich sus promesas concretas.


En las dos o tres semanas que vienen, el gobierno se juega el cumplimiento de sus promesas sobre la pandemia. Que tendríamos la más alta tasa de testeo de la región; que a ningún chileno o chilena le faltaría una cama; que habrá 1.200 ventiladores mecánicos al 25 de mayo, etcétera.

Dependiendo de lo que pase en este plazo, será buena parte del tono que el Presidente Piñera le pueda dar a su cuenta pública, el lunes 1 de junio.

Más allá de si el mensaje será en Valparaíso, como siempre, o en Santiago, como se ha discutido esta semana; la clave de ese día es que, por los plazos fijados en el combate de la pandemia durante los últimos dos meses, coincidirá con el momento en que se les van a hacer exigibles al Mandatario y al ministro Jaime Mañalich sus promesas concretas.

Y es muy diferente el escenario político si Piñera puede decir que cumplió con todo, o si la inminente agudización del virus en nuestro país colapsa el sistema de salud.

Por ello, La Moneda parece estar tratando de despejar todo aquello que lo pueda distraer: el carnet Covid quedó almacenado sin fecha evidente de regreso, la vuelta a clases presenciales ya no es tema y no se escuchan voces apurando la apertura de grandes comercios. Las únicas promesas son ventiladores, reconversión de camas y pronósticos epidemiológicos que apuntan a un peak, un momento crítico que empezamos a pasar, y para el cual el sistema debiera estar preparado.

Cosas muy concretas y muy exigibles, en un momento donde las certezas a nivel mundial no abundan.

“No hay sistema de salud que pueda tolerar una demanda extrema”, afirmó ayer, eso sí, el ministro Mañalich en su reporte diario, marcando un cambio de tono en la forma en como se ha comunicado el momento que está atravesando el país en relación a la pandemia. No hay dos miradas. Empezó la cuenta regresiva.

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