Cómo saber si tu perro tiene sobrepeso (y los peligros de la obesidad en las mascotas)

Cómo saber si mi perro tiene sobrepeso.

Desde problemas cardíacos hasta dificultades para moverse, esta creciente epidemia canina puede tener devastadoras consecuencias para tu animal. Pero detectarlo a tiempo —y revertirlo— es menos difícil de lo que parece.




“La obesidad es la principal enfermedad nutricional que afecta a nuestras mascotas”, sentencia David Rodríguez, médico veterinario especialista en gastroenterología. “Es causada por una mayor ingesta de calorías de las necesarias, las que se comienzan a acumular en el cuerpo en forma de adipocitos, que son células de grasas”, profundiza el también nutriólogo animal. Aunque puede ocurrir por varios motivos, los más comunes son los siguientes:

  • No tener claras las raciones de alimento diario de nuestra mascota
  • No saber cuántas calorías aporta el alimento que le damos
  • No tener un control de las calorías de los snack o premios
  • Nula o baja actividad física
  • Falta de ambientes o espacios aptos para los comportamientos de los perros
  • Humanizar a los perros, dándole de comer lo mismo que nosotros
  • Enfermedades que afectan al metabolismo

“También hay otros factores que predisponen”, dice Karen Valenzuela, coordinadora de vinculación con el medio de la facultad de Medicina Veterinaria de la U. de Las Américas. “Hay ciertas razas que tienen una predisposición genética al sobrepeso”, como los dachshund —o salchichas—, los beagle, los labradores o los braquicéfalos (pugs y bulldogs).

También aclara que, por un tema hormonal, esta enfermedad se manifiesta más en hembras que en machos, sobre todo si están esterilizadas. “Pacientes con hipotiroidismo también tienen mayor probabilidad de producir sobrepeso”, cuenta.

Otro grupo que puede ser afectado por la obesidad son aquellos con una condición de plejía, es decir, perritos con discapacidad de movimiento. “De por sí, al tener menos actividad física, también están más predispuestos”, agrega Valenzuela.

¿Cuál es la diferencia entre obesidad y sobrepeso en un perro?

Ambos conceptos están relacionados, pero no son lo mismo. “La obesidad se define como un estado inflamatorio crónico, donde los individuos tienen sobre un 40% de grasa corporal en exceso, mientras que el sobrepeso se determina cuando es hasta un 20% de exceso de grasa”, aclara Rodríguez. Valenzuela complementa que se habla de sobrepeso cuando un perro tiene entre un 5% y un 20% más de peso que el ideal.

“Lamentablemente, hoy en día no existe en Chile una máquina DEXA (para medir grasa corporal) que pueda determinar estos porcentajes de forma acertada en los perros”, explica el veterinario. Para llegar a esos porcentajes, actualmente, se hace basándose en una clasificación que incluye condición corporal, raza, edad, la experiencia de la evaluación clínica del médico veterinario y ciertas fórmulas empíricas de cálculo de grasa.

Qué consecuencias tiene la obesidad y el sobrepeso en los perros

Tal como sucede en los humanos, la obesidad también puede ser mortal para los perros. “Es muy peligroso, ya que la grasa libera una serie de mecanismos inflamatorios”, dice Rodriguez, por lo que puede alterar la producción de enzimas, citocinas y hormonas.

Asimismo, “van a generar una inflamación en todos los órganos donde estas se acumulen”, advierte, algo que por lo general se da en el corazón, los riñones, el hígado y las articulaciones, “generando que la funcionalidad de dichos órganos no sea correcta. Eso eleva mucho la probabilidad de sufrir colapsos cardiorrespiratorios, enfermedades nefrourinarias, ortopédicas o digestivas”, explica.

Controlar la cantidad y calidad del alimento es clave para prevenir la obesidad.

“Un perro con sobrepeso también aumenta su riesgo de tener artrosis, lo que puede derivar en enfermedades degenerativas”, comenta Valenzuela, además de otras crónicas, como la diabetes, o muy graves, como el cáncer.

La obesidad también complica las cosas si es que ocurre cualquier otro accidente de salud. “Si un perro obeso se fractura o tiene cualquier tipo de lesión que requiera de una intervención, la operación resultará más riesgoso que si estuviera en su peso ideal”, señala. El estado inflamatorio generalizado puede generar complicaciones con la anestesia, algo que tiene un riesgo mortal.

Otro peligro puede aparecer a nivel respiratorio: hay perros, señala Valenzuela, que pueden acumular mucha grasa en la zona del tórax, “y no pueden expandir totalmente su caja toráxica. En el ducto respiratorio alto también pueden haber acumulaciones de grasa, algo que se da con frecuencia en los pacientes braquicéfalos”.

En estos últimos, la obesidad puede resultar fatal. “Como sus narices de por sí son muy angostas, y tienen problemas en la tráquea y en el paladar, si le sumas obesidad entonces se trata de una bomba de tiempo”, analiza.

¿Cómo me doy cuenta de que hay un problema?

A pesar de que pueda parecer evidente a simple vista, muchas veces los dueños no se dan cuenta de que sus perros tienen sobrepeso u obesidad. Al verlos y compartir con ellos todos los días, es común que se pierda la perspectiva y que no noten los cambios en las condiciones físicas de su mascota. Además, no siempre es fácil reconocer y aceptar que tu perro está teniendo un problema con su nutrición o estilo de vida.

Pero hay algunas cosas que no mienten. Rodríguez señala algunas:

  • El arnés para salir a pasear les queda apretado
  • Se cansan más y más rápido en los paseos
  • Jadea o respira aceleradamente en reposo
  • Camina de manera extraña, abriendo sus patas
  • Ya no puede subir fácilmente a camas o sofás

Esas son señales de comportamiento fáciles de identificar. Pero también hay otras más físicas, como las que enumera Valenzuela:

  • No se le siente la espina vertebral al tocarle el lomo
  • No se ven las costillas (que deben ser ligeramente visibles)
  • No se le marca la cintura

“Contar con fotografías anteriores ayuda micho, porque puedes comparar cómo estaba hace un año y si realmente hay un cambio o no”, aconseja la veterinaria.

Otros comportamientos que pueden delatar al sobrepeso o la obesidad con una falta de efusividad, menos tolerancia al ejercicio y los juegos, sueño interrumpido e “incluso mal humor”, comenta Valenzuela.

Prevención y hábitos

Lo más importante frente a este problema, dicen los especialistas, es informarse bien y así poder prevenir. “Me preocupa mucho el antropocentrismo que existe entre los tutores” plantea Rodríguez. “Se deben respetar las características propias de cada especie, ya sea canino o felino. “Muchas personas, en cambio, piensan que lo que es saludable o normal para ellas también lo será para la mascota, dejando de lado consideraciones fisiológicas y bioquímicas esenciales. No por que algo sea natural quiere decir que resultará nutritivo para nuestra mascota”.

¿Cómo evitarlo? Aquí algunos consejos:

  • Control de la alimentación: ser rigurosos con las porciones y las condiciones del perro. “No es lo mismo si está castrado o no, o si es adulto o senior”, dice la veterinaria. Si se trata de una mascota que requiere alimento especial recetado por un médico veterinario, no hay más opción que ser constantes y mantenerse firmes. “Es vital que el tutor se comprometa con este cambio, porque probablemente al perro no le va a gustar la comida al principio, o va a pedir más”, por lo que hay que armarse de paciencia y firmeza. Es muy probable que el perro pida premios y snacks todo el día, “y sabemos que es una dificultad, porque los perros pueden ser muy insistentes. Pero si el tutor se compromete con esta dieta formulada y sigue las indicaciones del médico, que serán vitales para una recuperación, pronto verán la recompensa”, expresa.
  • La importancia del paseo y actividad física: por lo general, se recomienda que los perros salgan al menos dos veces al día. Además, este es un ejercicio no solo de movimiento sino también de estimulación cognitiva a través del olfato. “Salir a caminar es una maravillosa forma de quemar calorías sin generar mayores impactos”, dice Rodríguez. Si no se puede, hay que compensarlo con juegos y actividades de movimiento. Si el perro ya tiene sobrepeso, hay que tener cuidado de no exigirlo demasiado, porque existe mayor riesgo de lesiones ortopédicas. “Para quienes tienen la posibilidad de nadar —en lagos o lagunas, por ejemplo—, lo recomiendo, ya que es un excelente ejercicio de bajo impacto”. Pero el paseo sigue siendo lo más fácil y muy estimulante. “Ojalá el perro pueda caminar unos 30 minutos diarios”, dice Valenzuela, ya que a través de esta actividad también puede regular y aliviar su estrés”.
  • Atención veterinaria regular: “si una persona lleva a su mascota a control veterinario dos veces al año, el médico debería ser capaz de detectar y atajar el problema a tiempo”, analiza la académica de a UDLA. Por eso, estos chequeos rutinarios resultan tan importantes. Si es diagnosticado a tiempo, más fácil será revertirlo.

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