Cómo cambió la cultura de la oficina durante la pandemia en Estados Unidos, según antiguos trabajadores

Los miembros del personal han regresado a la oficina a tiempo completo en el Centro de Tecnología de Manufactura de Michigan desde mayo de 2020; algunos se mostraron reacios a regresar tan temprano, pero se sintieron más cómodos, afirmó la compañía. Fotografía por Nick Hagen para The Wall Street Journal.

Algunos empleados han estado trabajando en cubículos durante meses, mientras las oficinas privadas están vacías; reglas cambiantes y donas de sorpresa.


Un año y medio después de la pandemia, y muchos trabajadores aún no han regresado a las oficinas. Pero muchos otros han estado yendo desde los primeros días del covid-19, y tienen mucho que decir sobre qué esperar.

Algunos trabajadores regresaron porque sus descripciones de trabajo lo requerían, otros porque sus jefes temían que la cultura de la empresa se erosionara si no lo hacían. Algunos nunca se fueron. Muchos dicen que han aprendido a vivir con una incertidumbre constante mientras navegan por protocolos de seguridad cambiantes, cuarentenas repentinas y brotes ocasionales.

A pesar de los tropiezos, dicen que su experiencia es evidencia de que las oficinas pueden funcionar en medio de los riesgos del covid-19. En algunos casos, dicen que la vida en la oficina durante la pandemia los ha acercado a ellos y a sus colegas.

“’Esto es lo que sabemos hoy. Mañana podría ser diferente ‘; eso lo hemos dicho mucho“, afirma Sherry Leggett, directora de personas y cultura de Certified Angus Beef LLC, una marca de carne de res propiedad de ganaderos que ha tenido alrededor de 130 personas trabajando a tiempo completo en su sede en Wooster, Ohio, Estados Unidos, desde agosto del 2020.

Ella y sus colegas son parte de una vanguardia, ya que el aumento del covid-19 impulsado por la variante Delta retrasó, nuevamente, muchos planes de reapertura de oficinas. Entre los trabajadores de oficina, el 64% todavía trabaja desde casa al menos parte del tiempo, según datos de la encuesta de Gallup recopilados entre mayo y agosto.

Para facilitar la transición el año pasado, Certified Angus Beef les dio a los trabajadores dos meses para volver gradualmente a su propia discreción antes de ingresar a tiempo completo. Exigió mascarillas en áreas comunes y ofrecía, pero no obligaba, pruebas de covid-19 (PCR) en las instalaciones. Una política clave, afirma Leggett, era informar al personal cada vez que alguien se enfermaba, para que los trabajadores tuvieran la seguridad de que no quedarían al margen.

Leggett dice que la compañía no experimentó tasas de covid-19 por encima del promedio de la población de Estados Unidos. Cuando alguien se enfermaba, la compañía realizaba un rastreo de contacto para asegurarse de que cualquier persona expuesta fuera examinada y puesta en cuarentena según fuera necesario. “Fueron mínimas las interrupciones”, afirma.

El personal de 50 miembros del Centro de Tecnología de Manufactura de Michigan en Plymouth, Michigan (Estados Unidos), han estado de regreso en sus escritorios a tiempo completo desde mayo del 2020. Traer a la gente de regreso era una prioridad urgente, afirma Jamie Headley, directora de desarrollo comercial: “Algunos no lo hicieron bien con el aislamiento o tenían una conexión a Internet terrible y nunca estuvieron completamente presente en Zoom“. Aunque algunos trabajadores no querían regresar tan pronto, “una vez que la gente regresó y vio lo que estábamos haciendo, se calmaron bastante rápido”.

Antes de su regreso, el centro actualizó su sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado y agregó un robot que se mueve por la oficina con una luz ultravioleta para desinfectar el espacio. “Es como un Roomba”, afirma Headley. Otros miembros del personal lo han apodado “Fido” y “Rover”. El centro también requería mascarillas en las áreas comunes, desinfección diaria del escritorio por parte de los empleados y controles de temperatura todos los días a medida que llegaban los empleados.

En Bar-G Feedyards, una empresa de gestión de ganado con sede en Hereford, Texas, el personal de la oficina de seis miembros se ha presentado durante toda la pandemia para apoyar a los 100 empleados de campo de la empresa, ya que ellos también fueron clasificados como trabajadores esenciales. La mayoría de ellos ahora están vacunados, afirma el presidente de Bar-G Feedyards, Johnny Trotter, incluido él mismo.

Se contagió y tuvo síntomas leves este verano después de asistir a un juego de béisbol, el único caso de la oficina que dice conocer. Durante ese tiempo, trabajó en la oficina por la noche, con mascarilla, para evitar exponer a sus colegas.

“Nunca lo pensamos dos veces”, dice, sobre la presencialidad de la oficina de la empresa. La compañía ha perdido a tres empleados que no son de oficina debido al virus, casos que, según dice, fueron contraídos por miembros de la familia y no relacionados con el lugar de trabajo.

Algunos dicen que ha habido beneficios inesperados a la hora de estar en la oficina durante una pandemia. En Branson, Fowlkes & Co., una empresa de gestión de patrimonio de Houston cuya oficina ha estado abierta durante la pandemia, sus nueve empleados comenzaron a almorzar en la oficina para minimizar la exposición en restaurantes o establecimientos de comida para llevar. Durante el descanso del mediodía, vieron juntos la serie “Billions”. “La colaboración y la química son mucho mejores”, afirma el presidente Jay Branson.

En Dayton, Ohio, Megan Randall, especialista en marketing de AmeriWater LLC, dice que regresar a la oficina en mayo pasado fue agridulce después de más de un año de trabajo mayoritariamente remoto. Los protocolos de distanciamiento social, y saber que ella y muchos colegas están vacunados, han aumentado su nivel de comodidad.

Uno de los momentos más brillantes fue cuando alguien trajo donas a la oficina en junio. Dados los temores generales sobre compartir alimentos, al menos en la primera parte de la pandemia, “me sorprendió”, afirma. Luego se dio cuenta de que la caja ya estaba parcialmente vacía: el hecho de que sus colegas las tomaron, tal como lo habían hecho antes de la pandemia, la animó, dice.

“Definitivamente noté su presencia”, afirmó, refiriéndose a los dulces de la oficina.

A las oficinas de muchos Estados se les permitió reabrir hasta cierto punto poco después de las primeras cuarentenas por covid-19, siempre que siguieran ciertos protocolos de seguridad. Las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para oficinas incluyen la reducción del uso de espacios compartidos, controles periódicos de síntomas y mascarillas cuando sea apropiado. Sin embargo, muchas empresas han retrasado el retorno a las oficinas, en parte porque el trabajo remoto ha funcionado bastante bien.

Para los trabajadores de oficina que regresaron hace mucho tiempo, el año pasado estuvo marcado por reglas cambiantes. En Portland, Oregón, el personal de la oficina de ocho miembros de Lancaster Mobley, una empresa de consultoría de transporte, regresó de forma voluntaria el verano pasado. Tener oficinas individuales ayudó, dice el propietario Todd Mobley. La gente dejó de usar mascarillas en las áreas comunes después de que todos se vacunaron; ahora, con la variante Delta, la compañía ha ordenado que se vuelvan a poner las mascarillas.

“Simplemente nos adaptamos a lo que viene”, afirma Mobley.

La mayor parte de su personal va unos días a la semana. Para que el acuerdo híbrido funcione, la oficina ha invertido en un monitor equipado con una cámara de vídeo que se conecta a un carro con ruedas. Se puede dejar en el borde de una mesa de conferencias para reuniones con participantes tanto en persona como remotos.

Un desafío para los empleadores ha sido identificar dónde se originan los casos de covid-19 cuando ocurren.

“No puedo garantizar nada”, afirma Taseer Badar, director ejecutivo de ZT Corporate, una firma de capital privado de Houston, aunque “nuestra oficina es bastante segura”. Considerado un negocio esencial debido a la naturaleza de sus participaciones, que incluyen portafolios de atención médica y de la industria automotriz, ZT Corporate ha tenido 200 empleados trabajando en su sede durante toda la pandemia. Exigió que el personal se hiciera pruebas de covid-19 (PCR) mensualmente y, desde julio, ha exigido vacunas para el personal de la oficina.

Alrededor de una docena de empleados en su sede han contraído el virus durante los últimos 18 meses, aunque la empresa no puede confirmar si la transmisión ocurrió en la oficina. Cada vez, enviaban al personal a casa si habían tenido contacto cercano con el colega infectado para ponerlo en cuarentena. Pero el resto del personal se mantuvo trabajando.

“No tuvimos que cerrar toda la oficina”, sentenció.

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