Cuando Apple llama, “es el beso de la muerte”

Tim Cook, director ejecutivo de Apple, presenta el Apple Watch Series 7 en un evento en 2021. Muchas de las batallas de patentes de Apple con empresas más pequeñas giran en torno a la tecnología utilizada en el Apple Watch. Foto: Apple Inc/Reuters

Los aspirantes a socios acusan al gigante tecnológico de copiar sus ideas; Apple dice que cumple las normas.


Sonaba como una asociación de ensueño cuando Apple Inc. se puso en contacto con Joe Kiani, fundador de una empresa que fabrica dispositivos de medición de oxígeno en sangre. Pensó que su tecnología encajaba perfectamente en el Apple Watch.

Poco después de conocerlo, Apple empezó a contratar a empleados de su firma, Masimo Corp, incluidos ingenieros y su director médico. Apple ofreció duplicar sus salarios, contó Kiani. En 2019, Apple publicó patentes bajo el nombre de un exingeniero de Masimo para sensores similares a los de Masimo, muestran los documentos. Al año siguiente, Apple lanzó un reloj que podía medir los niveles de oxígeno en la sangre.

“Cuando Apple se interesa por una empresa, es la traición”, dijo Kiani. “Primero, te emocionas. Luego te das cuenta de que el plan a largo plazo es hacerlo ellos y quedarse con todo”, agregó.

Kiani es uno de los más de dos docenas de ejecutivos, inventores, inversores y abogados que describieron encuentros similares con Apple. Primero, señalaron, hubo conversaciones sobre posibles asociaciones o la integración de su tecnología en los productos de Apple. Luego, las conversaciones cesaron y Apple lanzó sus propias funciones similares.

Apple, por su parte, indicó que no roba tecnología y que respeta la propiedad intelectual de otras empresas. Sostuvo que Masimo y otras firmas citadas en este artículo están copiando a Apple, y que lucharía contra las reclamaciones en los tribunales.

Apple ha intentado invalidar cientos de registros de propiedad de compañías que han acusado a Apple de violar sus patentes. Según abogados y ejecutivos de algunas firmas más pequeñas, Apple a veces presenta varias peticiones sobre una misma reivindicación de patente e intenta invalidar patentes no relacionadas con la disputa inicial.

Muchas grandes empresas, sobre todo del sector tecnológico, son conocidas por hacerse con empleados y tecnología de rivales potenciales más pequeños. Los desarrolladores de software han dado un nombre a lo que describen como el comportamiento de Apple en estos casos: sherlocking. El término hace referencia a un episodio de hace unas dos décadas, cuando Apple lanzó un producto de software llamado “Sherlock”, que ayudaba a los usuarios a encontrar archivos en sus computadores Mac y a realizar búsquedas en Internet.

Joe Kiani, fundador y CEO de la empresa de biotecnología Masimo, dijo que tras reunirse con él para hablarle de la tecnología de medición de oxígeno en sangre de su empresa, Apple empezó a contratar a empleados de Masimo. Más tarde, Apple lanzó un reloj capaz de medir los niveles de oxígeno en sangre. Foto: Philip Cheung/ The Wall Street Journal

Después de que una empresa externa construyera una herramienta con algunas capacidades más, a la que llamó “Watson”, Apple lanzó una versión actualizada de Sherlock con muchas de las mismas funciones. Según el ingeniero que construyó Watson, que posteriormente vendió, el cofundador de Apple, Steve Jobs, lo llamó personalmente para defender la jugada.

Las empresas que alegan que Apple les ha copiado, se defienden de dos maneras: quejándose públicamente para llamar la atención de los reguladores interesados en el poder de mercado de Apple, o presentando demandas contra Apple.

El desarrollador de aplicaciones Blix Inc. ha alegado que Apple robó su técnica para anonimizar direcciones de correo electrónico durante el registro de servicios en línea cuando la compañía lanzó su función “Iniciar sesión con Apple”, en 2019. Tile Inc, el fabricante de dispositivos de seguimiento de objetos que en su día se integraban a la perfección con el iPhone, se ha enfrentado a Apple después de que la empresa lanzara un producto similar llamado AirTag en 2021.

Actualmente, el Departamento de Justicia de EE.UU. está investigando si Apple favorece sus propios productos frente a los de desarrolladores de terceros como Tile, según personas familiarizadas con el asunto.

Muchas de las batallas de patentes se centran en tecnología que firmas más pequeñas dicen haber desarrollado y de la que Apple se apropió para su reloj. Apple afirma que muchas de las demandas por violación de patentes a las que se enfrenta se basan en patentes demasiado amplias de sus rivales.

“La verdad es que estas empresas están copiando descaradamente nuestros productos o ahogando la competencia mediante el uso de patentes no válidas”, respondió una representante de Apple. “Seguiremos luchando contra estas demandas infundadas en los tribunales y haciendo avanzar las tecnologías en nombre de nuestros clientes y de la salud pública”, añadió.

Desde su fundación, Apple ha tenido fama de innovadora y gasta enormes cantidades de dinero en desarrollar su propia tecnología. En su ejercicio fiscal 2022, finalizado en septiembre, su presupuesto de investigación y desarrollo fue de US$ 26.000 millones, casi un 20% más que el año anterior.

Bajo la dirección de su director ejecutivo, Tim Cook, Apple ha tratado de aumentar los márgenes de beneficio y diferenciar sus productos diseñando internamente más componentes de sus productos. A veces recurre a adquisiciones para acceder a la tecnología y suele evitar acuerdos de licencia con operadores más pequeños, según ejecutivos y abogados de patentes que han intentado llegar a acuerdos con Apple.

Apple dijo que paga derechos de licencia a muchas empresas de distintos tamaños. La representante detalló que han concedido licencias de más de 25.000 patentes a firmas más pequeñas en los últimos tres años.

Un modelo de sensor de pulsioximetría en el laboratorio de Masimo. Foto: Philip Cheung / The Wall Street Journal

En 2016, una empresa llamada AliveCor Inc., anunció un accesorio de pulsera para realizar electrocardiogramas que podría emparejarse con el recién lanzado Apple Watch. Antes del lanzamiento del producto, el fundador de AliveCor, David Albert, fue invitado a la sede de Apple en Cupertino (California), donde se reunió durante 45 minutos con el director de operaciones de la gigante tecnológica, Jeff Williams, responsable de las iniciativas sanitarias de Apple.

Albert señaló que colocó un prototipo del dispositivo en la muñeca de Williams y comprobó su ritmo cardiaco. Albert recordó que Williams le dijo: “Nos gustaría encontrar una manera de trabajar con usted, pero podríamos competir con usted”. Williams no hizo comentarios.

En 2017, AliveCor se convirtió en el primer accesorio médico para el Apple Watch aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos.

En 2018, Apple lanzó su reloj Series 4, que podía realizar un electrocardiograma sin el accesorio AliveCor. Alrededor de ese tiempo, Apple cambió su sistema operativo de tal manera que la integración de hardware y software de AliveCor ya no funcionaba con el reloj. Un año después, AliveCor dejó de vender el accesorio para el Apple Watch.

La representante de Apple aseguró que la empresa había estado desarrollando su propio electrocardiograma para el Apple Watch desde 2012, tres años antes de lanzar el reloj.

En 2021, AliveCor presentó una denuncia por violación de patente ante la Comisión de Comercio Internacional, organismo federal que investiga las prácticas comerciales desleales, alegando que Apple había violado tres de sus patentes. En diciembre, la Comisión falló a favor de AliveCor, prohibiendo las importaciones en EE.UU. de todos los Apple Watch con funciones de detección cardíaca.

Por otra parte, Apple llevó el litigio ante el Tribunal de Apelación de Patentes, creado para invalidar las patentes defectuosas y ayudar a las empresas a defenderse de los denominados “trolls de patentes”, litigantes que presentan amplias patentes sobre numerosas tecnologías sin fabricar ningún producto real. Esa junta invalidó las patentes de AliveCor objeto de litigio, anulando así la prohibición de importación. AliveCor ha recurrido la sentencia.

Apple también ha tratado de invalidar otras siete patentes de AliveCor, dijo esa firma.

Apple manifestó que cuando presenta múltiples peticiones a la junta de patentes contra empresas, todas se derivan de la disputa original.

Vinod Khosla, presidente del consejo de administración de AliveCor e inversor de capital riesgo, dijo que ahora evita que las empresas en las que ha invertido mantengan conversaciones con Apple. “Apple hablará con todo el mundo y luego intentará robar a los mejores que están desarrollando la tecnología”, acusó.

Apple said that it doesn’t steal technology and that it respects the intellectual property of other companies. Above, Apple employees at an event last fall.
Apple dice que no roba tecnología y que respeta la propiedad intelectual de otras empresas. Arriba, empleados de Apple en un evento el pasado otoño. Foto: Carlos Barria/Reuters

Desde 2012, Apple ha intentado invalidar más reivindicaciones de patentes ante la Junta de Juicios y Apelaciones sobre Patentes que cualquier otro demandante, según la empresa de investigación sobre propiedad intelectual Patexia.

Ejecutivos y abogados implicados en estos casos dijeron que puede costar alrededor de medio millón de dólares defenderse contra cada petición, un costo elevado para las pequeñas firmas tecnológicas.

Apple sostuvo que es selectiva a la hora de utilizar el sistema de patentes y que su intención no es ahogar a ninguna empresa en demandas judiciales. La representante de Apple precisó que su uso del sistema de peticiones es coherente con el de otras empresas en situación similar.

Andrei Iancu, que renunció como director de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos en 2021, afirmó que el sistema de patentes “está inclinado a favor de las mayores empresas establecidas. Esto no es una coincidencia. Es el resultado de décadas de presión política para aplicar una serie de políticas en el sistema de patentes que hacen cada vez más difícil hacer cumplir las patentes”.

Un representante de la Oficina de Patentes y Marcas indicó que está comprometida con un sistema de patentes que sirva a todos los innovadores de Estados Unidos, y que la junta de apelación es un “órgano judicial neutral”.

En 2013, un directivo de Apple se puso en contacto con Valencell Inc. sobre una posible asociación, según Valencell. La compañía, con sede en Raleigh (Carolina del Norte), había desarrollado una tecnología de detección que permite monitorizar la frecuencia cardiaca cuando un usuario está en movimiento, por ejemplo al correr. Esta tecnología es esencial para los dispositivos portátiles que registran datos sobre ejercicio y salud.

En las conversaciones subsiguientes, Apple solicitó repetidamente información a Valencell sobre su tecnología y discutió la posibilidad de concederle una licencia, probando un prototipo durante varios meses, relató este. Poco antes del lanzamiento del Apple Watch en 2015, con su propia función de monitorización cardíaca, Apple puso fin a las conversaciones con Valencell.

Al año siguiente, Valencell demandó a Apple ante un tribunal federal de distrito en Carolina del Norte, alegando que Apple había violado cuatro de sus patentes. Apple presentó peticiones ante el tribunal de apelación de patentes para invalidar esas cuatro patentes. Apple también presentó otras siete peticiones contra patentes de Valencell en áreas no relacionadas con el caso inicial, según Valencell.

El presidente de Valencell, Steven LeBoeuf, dijo que la compañía, cansada de luchar contra Apple, llegó a un acuerdo extrajudicial con ella en 2019. Se negó a revelar los términos del acuerdo.

Un empleado trabaja en la tecnología de sensores en las oficinas de Masimo. Foto: Philip Cheung/The Wall Street Journal

Masimo, desarrollador de dispositivos de medición de oxígeno en sangre, presentó el pulsioxímetro móvil diseñado para funcionar como accesorio con dispositivos Apple en una feria comercial en 2013.

Adrian Perica, entonces jefe de fusiones y adquisiciones de Apple, señaló a los ejecutivos de Masimo en un correo electrónico visto por The Wall Street Journal, que Apple quería “profundizar” en la tecnología de Masimo y lo que la compañía tenía por venir. “Vamos a discutir cualquier idea que tenga sobre cómo Apple podría o debería integrar algunas de estas tecnologías en nuestros productos”, escribió Perica.

Unos meses más tarde, contó Kiani, recibió una llamada de su director médico, Michael O’Reilly, informándole de que se incorporaba a Apple, que, según él, había acordado duplicar su salario y pagarle millones en acciones de Apple. O’Reilly no hizo comentarios.

Kiani dijo que Apple le instó a no preocuparse por la contratación de O’Reilly, y las dos empresas siguieron hablando de posibles planes. Apple llegó a contratar a 30 de los empleados de Masimo, detalló.

En 2014 Apple contrató a Marcelo Lamego, un antiguo empleado de Masimo que fue director técnico de la empresa derivada de Masimo, Cercacor Laboratories Inc, que licencia la tecnología esta. En un correo electrónico antes de ser contratado, Lamego dijo a Cook que podría “añadir un valor significativo” a Apple, “sin entrar en conflicto con la gran propiedad intelectual que he desarrollado para Masimo y Cercacor durante el mismo período.” Lamego, sin embargo, no hizo comentarios.

En 2020, Masimo demandó a Apple en el tribunal federal de distrito en el sur de California, acusando a la compañía de obtener acceso a información propietaria mediante la contratación de empleados de Masimo. El juicio está en marcha ahora.

En 2021, Masimo también presentó una denuncia por infracción de patente contra Apple ante la Comisión de Comercio Internacional. En enero, un juez de la comisión emitió una conclusión inicial de que algunos modelos del Apple Watch habían infringido una de las patentes de Masimo. Se espera que la investigación concluya el mes que viene.

Según Kiani, Apple sigue intentando contratar a empleados de Masimo. Apple, por su parte, aseguró que no se dirige específicamente a los empleados de Masimo.

Kiani dijo que Masimo ha gastado hasta ahora US$ 55 millones en sus demandas contra Apple y en la defensa de sus patentes ante el tribunal de apelación. Estima que es probable que al final le cueste a su empresa más de US$ 100 millones.

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