José Manuel Mena, presidente de la Abif: “Los bancos tuvimos en 2020 la utilidad históricamente más baja en los últimos 30 años”

JOSE MANUEL MENA

El timonel de la Asociación de Bancos asegura que la industria no ha sido inmune a la pandemia y que han visto un descenso en las ganancias, respondiendo a críticas de parlamentarios al respecto. Argumenta que si en el último tiempo la generación de utilidades de la industria frente a los activos gestionados era de 1%, en 2020 esa cifra cayó a 0,38%.


Las utilidades que ha registrado la banca en medio de la pandemia han sido blanco de críticas por parte de los parlamentarios. El año pasado la industria ganó $1.179.315 millones (unos US$1.590 millones), lo que significa un descenso de 55% respecto al año anterior. Y en el primer semestre de este año la industria acumuló ganancias por $1.814.128 millones (US$2.467 millones), un alza de 439,96% versus igual periodo de 2020.

Sin embargo, en el sector hicieron un informe donde señalan que no han sido inmunes a la pandemia, pues argumentan que las utilidades que han obtenido “se encuentran en niveles históricamente bajos”. Para ilustrar lo anterior, muestran que la rentabilidad como proporción del patrimonio alcanzó niveles mínimos de 5,57% en diciembre de 2020, registrando en lo más reciente una recuperación a 12,86%, lo cual se compara con niveles similares a los registrados antes de la crisis.

En esa línea, recuerdan que el principal rol que tienen es intermediar recursos, canalizando los ahorros de los depositantes en créditos. De hecho, de cada $10 que presta la banca, $9 son financiados por depositantes. “Es decir, es clave la gestión y cautela en la administración de estos recursos”, dice el documento.

Para dimensionar este rol, recuerdan que la banca administra activos por US$440.000 millones, lo que equivale a 10 veces los activos totales de Codelco (US$42.896 millones). Es por esto que, al analizar las utilidades, creen adecuado tener en cuenta el tamaño de los activos, y medir la rentabilidad en función de estos, es decir, la generación de utilidades frente a los activos gestionados.

Sobre las críticas a las utilidades que obtiene la industria, el presidente de la Asociación de Bancos (ABIF), José Manuel Mena, piensa que son “juicios, prejuicios, y eslóganes, y me parece muy importante entregar antecedentes, porque esta industria es importante para el país, es necesaria y le hace bien al país que profundicemos los productos y servicios financieros”.

¿Por qué entonces muchas veces se habla de las “escandalosas utilidades” de la banca?

-Las utilidades se deben entender de acuerdo al tamaño y el tipo de negocio. En el caso de los bancos, a la composición de los activos. Los bancos manejamos US$440.000 millones en activos, eso supera el Producto Interno Bruto del país, es del orden de 1,3 veces el PIB. ¿Eso significa que es bueno o malo? Significa que es un país que está avanzando en el uso de productos financieros de acuerdo a la comunidad de este siglo. Estamos aún a mitad de camino de lo que es un país europeo, nórdico, canadiense o australiano, incluso en estos indicadores (...) Las utilidades fluctúan en torno a un 1% de los activos que se gestionan. Y ahí viene la afirmación: estas son utilidades grandes.

¿Y su respuesta es...?

-Si hago un análisis riguroso respecto al tipo de industria, los riesgos que se deben gestionar y a las cifras comparativas a nivel internacional, nos encontramos que las utilidades de la banca chilena se encuentran dentro de las más bajas de Latinoamérica, por mucho, respecto de otros países, que nos superan 5 o 7 veces (ver gráfico). Y comparables a países desarrollados, que son equivalentes a Suiza y Australia. De hecho, tenemos una menor rentabilidad comparativa con República Checa, Reino Unido, Luxemburgo, por nombrar los que están más cerca, y por supuesto todavía hay un espacio de mejora, estamos hablando de decimales respecto a Dinamarca o EE.UU., pero estamos en un segmento que uno podría decir, para el tamaño de desarrollo de nuestro país, para el tamaño de riesgos que debemos gestionar, que la banca está bastante ajustada a las mejores prácticas que uno observa a nivel internacional.

¿Por qué cree que se parecen estos niveles a los de países desarrollados?

-En este caso se dan elementos a favor y en contra. Un elemento en contra tiene que ver con el tamaño de la economía: estos son muchos activos, pero en términos absolutos, nuestro tamaño de Producto asociado a EE.UU. o Inglaterra son menores. Ahí uno diría: nos falta escala, sin embargo, por otro lado, tenemos una situación que no siempre se da en los otros países. La primera, es que tenemos una industria extremadamente competitiva (...) En Chile se ha dado este último tiempo una lucha por competencia que nunca en la historia hemos visto, y se ha reflejado esto una baja sustantiva de los spread, en definitiva, de la rentabilidad de la banca. Por otro lado, los niveles inflacionarios en Chile son bajos desde hace bastante tiempo, y en algunos de los países de Latinoamérica que están más arriba en la generación de rentabilidad, la inflación es más alta (...) Entonces, hay una estabilidad de variables macro que hace que las áreas de mesa de dinero, de intermediación financiera, sean menores respecto a las volatilidades que hay en otros países donde es posible hacer ganancias por esa intermediación.

En la pandemia vimos varias empresas afectadas en utilidades y otras que ganaron luego de los retiros y la mayor liquidez en la economía. En la banca hubo cifras históricamente bajas de morosidad, pero más allá de eso, ¿cómo les afectó en las utilidades?

-Los bancos tuvimos en 2020 la utilidad históricamente más baja en los últimos 30 años, y eso demuestra que la industria bancaria sigue la suerte de los clientes, no es inmune. En nuestro caso, eso se reflejó en que en los últimos cinco o seis años (las utilidades) fluctúan en torno al 1% de los activos, mientras que en este otro caso (2020), las cifras se fueron mucho más abajo y alcanzaron un 0,38% de los activos.

¿Y en términos absolutos, fueron las utilidades más bajas de los últimos años?

-Sí, lejos (...) Cuando digo que la generación de la banca es del orden del 1% de los activos, es bueno hacer el énfasis, porque eso no era así 20 años atrás, era más alto, pero por eso en parte los juicios y prejuicios se guían en cifras que hoy no existen. Nuestra realidad ya de una década, la década del 10` y obviamente la del 20`, es que están del orden del 1%. Estamos hablando que uno toma decisiones de riesgo todos los días sobre el volumen de activos que maneja, tomo decisiones como banco sobre los créditos y la inversión, tengo que decidir si dar o no dar, cobrar o no cobrar, renovar o invertir en tal cosa, en tal plazo, en tal moneda. Son decisiones todos los días. Equivocarse en el 1% del activo, es un margen muy pequeño. Eso significa que por cada $100 que debo en crédito, me debo equivocar en menos de $1 para tener este orden de magnitud. La posibilidad de equivocaciones está muy acotada. Cuando este porcentaje cayó a 0,38% promedio en 2020, en algún momento hubo dudas respecto a la solvencia de la banca, pero este es un indicador. El otro indicador son los capitales que están respaldando todo esto, llamémoslos colchones, para hacer frente a situaciones que no están previstas (...) Solo hacer un énfasis: los bancos en la historia, su problema de quiebras, es por liquidez, no porque pierden plata. Por eso es importante que exista solvencia en la banca, expresado como capitales de respaldo, pero al mismo tiempo, una capacidad de generación que no se aleje de parámetros internacionales.

¿Y Chile está bien comparado con parámetros internacionales?

-Nuestros parámetros están dentro de los mejores, pero si uno mira esta misma tabla (ver gráfico) y vamos al último que es Grecia, que pierde un 0,6%, bueno, no quisiera ser ahorrante de un banco griego.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.