La columna de Arturo Cifuentes: “Kahneman, Cortázar y Narbona”

La columna de Arturo Cifuentes: “Kahneman, Cortázary Narbona”. En la foto: Gabriel Boric fue consultado, por primera vez, sobre su enigmática frase "Más Narbona, menos Craig".

"Confundir Narbona y Fontbona no es una falla del sistema 1. Es una falla sistémica, más allá de pensar lento o rápido, es simplemente no pensar".


No tuve el gusto de conocer personalmente a Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía del año 2002, y que murió el mes pasado. Pero a raíz de su muerte, me acordé de una situación muy divertida: unos correos electrónicos que intercambiamos el año 2011 a raíz de la publicación de su libro más popular, Thinking, Fast and Slow (la versión en castellano, bajo el título Pensar Rápido, Pensar Despacio, que apareció un año después). La primera edición venía con un pequeño error—minúsculo, pero decidor—que, irónicamente, avala la veracidad de sus teorías. Cuando se lo hice saber, me lo agradeció, y me aseguró que en la próxima edición lo iba a corregir. Como no he tenido otra ocasión en mi vida (y tampoco espero tener) para corregir un error a un premio Nobel, no la olvidaré.

Kahneman se dedicó a estudiar la toma de decisiones bajo condiciones de incertidumbre, es decir, las que ocurren en la vida real. Y demostró que las personas casi nunca actúan como agentes racionales que buscan maximizar su utilidad, un supuesto básico de la mayoría de los modelos económicos.

En términos más específicos, demostró, entre otras cosas, que las decisiones que toman los seres humanos se apoyan frecuentemente en razonamientos ilógicos, en estimaciones incorrectas de probabilidades, y están dominadas por sesgos y prejuicios culturales. Más aún, mostró como la manera en que una pregunta se formula afecta la respuesta. Y, finalmente, relevante en nuestro caso, como el contexto puede alterar la percepción. Por ejemplo, como muchas veces vemos lo que queremos o esperamos ver, y no lo que realmente se muestra.

En el capítulo 17 del libro hay un ejemplo basado en el promedio de notas de Julie, una estudiante universitaria. El promedio de notas en inglés se designa con la sigla GPA (grade point average). Un término “parecido” a GPA, al menos visualmente, y tal vez esperable en un libro de un Nobel de Economía, es GDP (gross domestic product).

Pues bien, ¿Qué sucedió? El ejemplo partió con el GPA de Julie, y en algún momento se transformó en el GDP de Julie. Y nadie se dio cuenta. Ni Kahneman ni los revisores del texto. Un claro ejemplo de una revisión hecha solo bajo la influencia del “sistema 1″ (para los que leyeron el libro).

Una situación parecida le ocurrió a Gregory Rabassa, el traductor de Julio Cortázar. También lo traicionó el “sistema 1″ al traducir “huevo frito” por “fired egg” (en vez de “fried egg”). Cortázar descubrió el error, pero le gustó. Y la versión en inglés salió con “fired egg”.

Por último, una aclaración importante: confundir Narbona y Fontbona no es una falla del “sistema 1″. Es una falla sistémica, más allá de pensar lento o rápido, es simplemente no pensar.

*El autor de la columna es investigador principal en Clapes UC

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