La columna de Francisca Jünemann: “El retroceso en adaptabilidad laboral impuesto por la Dirección del Trabajo”

La columna de Francisca Jünemann: “El retroceso en adaptabilidad laboral impuesto por la Dirección del Trabajo”

"Para quienes trabajamos hace décadas en fortalecer el marco de los acuerdos que permitan a las condiciones laborales adaptarse de mejor manera a las necesidades de las personas; que sabemos lo que cuesta aprobar buenas leyes; y que participamos en la redacción y en el debate legislativo, sentimos avasallador este acto administrativo que no se ajusta al texto de la ley ni a los acuerdos del proceso democrático en el Congreso".


Al momento de ser publicada esta columna habremos, hace tan solo algunos momentos, terminado el comité mensual de RedActiva, donde las empresas de esta comunidad convocada por La Tercera Pulso y ChileMujeres, en colaboración con PwC Chile, habrán conversaron con el Subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, buscando aclarar las incertidumbres y exponer sus preocupaciones por el dictamen de la Dirección del Trabajo sobre la exclusión de la limitación de jornada.

Se trata del dictamen 84/04 de febrero de este año (periodo de vacaciones) el cual determina que solo las cúpulas de las empresas -gerentes, subgerentes y personas con poderes de administración y representación- tendrán derecho a acordar trabajar presencial y teletrabajar sujeto a jornada o bien exento de ella, excluyendo a todas las demás personas de la facultad de acordar estas posibilidades, imponiéndoles el deber de “marcar tarjeta”, con el control de parte de la empresa y la carencia de flexibilidad que implica.

Para quienes trabajamos hace décadas en fortalecer el marco de los acuerdos que permitan a las condiciones laborales adaptarse de mejor manera a las necesidades de las personas; que sabemos lo que cuesta aprobar buenas leyes; y que participamos en la redacción y en el debate legislativo, sentimos avasallador este acto administrativo que no se ajusta al texto de la ley ni a los acuerdos del proceso democrático en el Congreso.

Por su parte, a la ministra del Trabajo Jeannette Jara, en el Encuentro RedActiva -que tuvimos junto a Polo Ramírez en La Tercera TV con los presidentes de la CPC, Ricardo Mewes y de Pivotes, Bernardo Larraín, conocido por el “Paguen mejores sueldos”- le pregunté sobre esta decisión de la Dirección del Trabajo y su respuesta fue de apoyo al dictamen porque, en su opinión, la jornada laboral es un derecho y el no tener jornada, es decir, no rendir control horario, es vulnerar el derecho de las personas.

Tenemos una diferencia profunda con la ministra en esta materia. Tengo la convicción que la adaptabilidad implica confianza, buena voluntad y libertad en los acuerdos; lo contrario a que el Estado decida por las personas, intervención poco deseable sobre todo en un acto privado, como es el contrato de trabajo.

Sorprende aún más el momento de esta imposición recién aprobada la Ley de Conciliación de la Vida familiar, Personal y Laboral, la cual justamente busca mayor adaptabilidad espacial (teletrabajo) y horaria.

Cuando aportamos en la redacción de la ley de teletrabajo del año 2020, plenamente vigente, nos preocupamos de que en los artículos de teletrabajo quedará explícita la posibilidad de acordar teletrabajar con jornada o exento de ella, de manera que de eliminarse en algún momento el teletrabajo del artículo 22 inciso 2° del Código del Trabajo (el cual precisa quiénes quedan excluidos de la limitación de jornada) esta alternativa se mantuviera en las normas específicas. Así, el artículo 152 quáter J señala: “Con todo, en el caso del teletrabajo, las partes podrán acordar que el trabajador quede excluido de la limitación de jornada”.

Luego, al participar en el debate de la Ley de 40 horas, existió interés y riesgo que el teletrabajo quedase solo limitado a control horario, lo que finalmente no se logró, debate en el cual también participamos activamente.

Todo, para que este arduo trabajo de acuerdos en el Congreso y con el gobierno del Presidente Gabriel Boric, se pase a llevar por un dictamen.

Ahora, ¿Les cabe a las empresas responsabilidad en este retroceso (que esperamos revertir)? Por supuesto. Algunas abusaron, imponiendo exclusión de jornada a personas que debían tener horarios para hacerlas trabajar más del límite legal semanal y no pagar horas extraordinarias.

Las malas prácticas empresariales tienen consecuencias y aquí la importancia y responsabilidad de los gremios. Sin embargo, esta no es razón suficiente para quitar a la mayoría de las personas trabajadoras el derecho a decidir y pactar más libertad horaria y menos control de las empresas.

*La autora de la columna es presidenta ejecutiva de ChileMujeres

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