La columna de Gonzalo Larraguibel: “Educación en la era de IA: un desafío urgente para Chile”

La columna de Gonzalo Larraguibel: “Educación en la era de IA: un desafío urgente para Chile”

"Chile no cuenta con una política educacional consensuada que se haga cargo de la dramática brecha existente y de la disrupción que la IA está generando".


La Inteligencia Artificial ha llegado a un punto de inflexión”, declaró el CEO de Nvidia la semana pasada. Y es que el potencial de GenAI para disrumpir la productividad es enorme, dado el crecimiento geométrico del ecosistema de aplicaciones, incluso ya incorporadas en herramientas de trabajo habitual. No obstante, junto con nuevas oportunidades emergen preocupaciones, entre ellas, cómo la IA impactará el mercado laboral o acrecentará la brecha entre países, empresas y personas, dadas las diferencias en disponibilidad de talento, infraestructura y conectividad.

En Chile, la educación parece hoy un tema urgente y crítico de abordar. Por años nos enfocamos en mejorar la cobertura, pero con una baja sostenida de calidad y un desacople entre la oferta de talento y la necesidad de la economía. Al estancamiento de la productividad y la escasez de capital humano competitivo, se suma un desempeño académico inferior al resto de los países de la OCDE. Con 27% de profesionales titulados con analfabetismo funcional o un 65% que no entienden textos simples entre otras brechas, el desafío antes de la IA ya era dramático y en adelante sólo se agigantará (PISA, 2022, Centro de Microdatos Uch, P. Ortuzar: Sueños de Cartón).

En respuesta a ello, algunas empresas, gremios y organizaciones de la sociedad civil e incluso apoderados a nivel escolar, se han movilizado con esfuerzos puntuales. Aunque loables, el impacto de estas iniciativas es limitado, pues Chile no cuenta con una política educacional consensuada que se haga cargo de la dramática brecha existente y de la disrupción que la IA está generando. A lo anterior se suma nuestro rígido mercado laboral, lo que podría generar desequilibrios económicos e impactos sociales de envergadura. De hecho, una reciente encuesta de Gallup a directores de RRHH de empresas Fortune 500, señala que 3 de cada 4 cree que la IA sustituirá puestos de trabajo en sus empresas en los próximos 3 años, mientras que el FMI sostiene que el 40% de los empleos del mundo se verán afectados.

En este escenario, desarrollar ya una estrategia educacional país, integral y estructurada, que se potencie a través de sucesivas administraciones, es una responsabilidad ineludible y urgente. Con altura de miras, debemos salir de la discusión ideológica y coyuntural que ha primado estos años, ponernos de nuevo los patines y consensuar un norte común que permita impulsar en el corto plazo políticas públicas y acciones efectivas, desde la educación temprana y con una mirada de aprendizaje continuo a lo largo de la vida, que permita a las personas gestionar de mejor manera los desafíos laborales que enfrentarán en la era de la IA.

¿Abordarán nuestros líderes este desafío? ¿Están dispuestos a consensuar una visión país en educación y tomar acciones con los actores involucrados? ¿Qué medidas implementar ya, por ejemplo, introducir herramientas de GenAI en la etapa escolar, partiendo por la enseñanza media, para todos los profesores y alumnos? En paralelo, ¿deben los actores clave del sistema acelerar su adaptación a los nuevos tiempos?

*El autor de la columna es socio de Virtus Partners

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