La OPEP predice un ganador en la transición energética global: la OPEP

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Según el informe entregado por la OPEP, el que los esfuerzos de otras compañías y gobiernos se centren en disminuir las emisiones, les permitirá a ellos seguir siendo el principal distribuidor de petróleo a nivel mundial de aquí a 2045. Al aumentar su participación en el mercado mundial del petróleo, la OPEP también aumentaría su poder para influir en los precios del crudo

El grupo predice que Medio Oriente distribuirá el 57% de las exportaciones de crudo del mundo para 2045.


La OPEP pronostica un improbable ganador en medio de un cambio de energía que se aleja de los hidrocarburos, y predice que el cartel en sí aumentará drásticamente su influencia en el mercado mundial del petróleo durante las próximas dos décadas.

En su informe anual sobre las tendencias energéticas a largo plazo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo dijo que espera que la demanda mundial de petróleo crezca de manera constante durante las próximas dos décadas.

Para 2045, predice que el petróleo de sus miembros constituirá el 39% del consumo mundial de crudo, frente al 33% actual. El grupo dijo que espera que Medio Oriente, —dominado por miembros de la OPEP como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos—distribuya el 57% de las exportaciones de crudo del mundo para 2045, por sobre el 48% en 2019.

Las ganancias de participación de mercado del grupo vendrán a medida que la producción de otros grandes productores, incluido Estados Unidos, disminuya en medio de la caída de la inversión en nuevos desarrollos de hidrocarburos, según el informe.

Se pronostica que el suministro fuera de la OPEP “se estabilizará y alcanzará un peak” a fines de la década de 2020, afirmó la OPEP. Se espera que la producción de petróleo estadounidense caiga 1,5 millones de barriles por día para 2045 en comparación con 2019, según el informe.

El pronóstico, contenido en el World Oil Outlook (Perspectivas del Petróleo en el mundo) de la OPEP, que se sigue de cerca por el mundo, subraya lo que algunos ejecutivos de compañías petroleras y analistas del mercado energético dicen que es una subestimada dinámica detrás del impulso de muchas economías más ricas para hacer la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía de bajas emisiones.

A pesar de ese cambio, se espera que la demanda de petróleo y gas natural continúe durante los próximos años.

A corto plazo, eso tiene beneficios potenciales para los actores que no se han comprometido a reducir su propia producción de petróleo y gas, como la OPEP.

“La OPEP será quizás más vital para los mercados petroleros que en cualquier otro momento de su historia”, afirmó Neil Atkinson, consultor energético independiente y exjefe de investigación del mercado petrolero de la Agencia Internacional de Energía (o IEA por sus siglas en inglés), un organismo de control de la energía que cuenta con gobiernos ricos como como Estados Unidos entre sus miembros.

Al aumentar su participación en el mercado mundial del petróleo, la OPEP también aumentaría su poder para influir en los precios del crudo. A diferencia de la mayoría de los productores, Arabia Saudita y varios otros miembros tienen lo que se llama capacidad excedente: reservas de petróleo que pueden extraerse rápidamente del suelo.

Eso permite que el grupo aumente y disminuya su producción colectiva en función de la demanda global, actuando como un banco central para los mercados petroleros y, a menudo, moviendo los precios con sus acciones.

El mes pasado, por ejemplo, la administración Biden pidió a la OPEP que acelerara sus planes para impulsar la producción de crudo para ayudar a satisfacer la demanda de después de las cuarentenas.

La solicitud se produjo en un momento en que los precios de la gasolina en Estados Unidos aumentaban bruscamente. La OPEP se negó a moverse más rápido.

El pronóstico se produce cuando los precios del petróleo alcanzan récords de varios años. Los precios internacionales del crudo se acercaron a los US$ 80 el barril el martes, su nivel más alto en tres años.

La OPEP, con un interés existencial en la demanda mundial de petróleo, emplea un equipo de economistas profesionales que analizan minuciosamente los datos de los miembros y de fuentes externas.

El grupo publica una serie de informes influyentes que muchos utilizan para medir la oferta y la demanda fundamentales.

En su informe, la OPEP afirmó que la demanda global de petróleo aumentará un 8% en las próximas dos décadas a 108,2 millones de barriles por día, frente a unos 100 millones de barriles por día en 2019, antes de que la pandemia frenara la demanda. La OPEP, cuyos miembros se han reunido durante décadas para asegurar precios cómodos para sus gobiernos, pronosticó que el grupo aumentará su propia producción en más del 23% durante ese período.

Dijo que la mayor parte del nuevo crecimiento de la demanda de petróleo provendrá del mundo en desarrollo, donde se espera que la demanda de petróleo suba un 52% en ese período.

La OPEP pronostica que la energía eólica y solar se cuadriplicará en términos de participación en el mercado energético global y cubrirá alrededor del 10% de la demanda mundial de energía para 2045, frente al 2,5% actual.

Eso afectaría la influencia general de la OPEP en los mercados energéticos, pero el cartel pronosticó solo un cambio modesto. Para 2045, afirmó, el petróleo seguirá siendo la fuente de energía con más participación de mercado, con un 28%, frente al 30% actual. El gas natural, otro hidrocarburo, representará el 24,4%, arriba del 23% actual.

El informe de la OPEP llega antes de una conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrá lugar en Glasgow, Escocia, en noviembre.

Muchos países se han comprometido a reducir las emisiones para frenar lo que la mayoría de los científicos coinciden es un calentamiento del planeta provocado por el hombre.

Ellos citan las emisiones de gases de efecto invernadero, incluido el dióxido de carbono, que se liberan cuando se queman combustibles fósiles para obtener energía.

Una cumbre similar, en París en 2015, se comprometió a mantener dicho calentamiento limitado a aproximadamente 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.

Los gobiernos consumidores de petróleo, entre ellos Estados Unidos, han prometido reducir drásticamente las emisiones adoptando fuentes de energía renovable como la eólica y la solar. La IEA ha dicho que alcanzar cero emisiones netas es clave para mantenerse dentro de la ventana de 1,5 grados Celsius. Afirmó a principios de este año que el mundo necesitaba detener de inmediato la inversión en hidrocarburos para lograr cero emisiones netas para 2050.

La OPEP, por el contrario, afirmó que el mundo necesita invertir US$ 11,8 billones (millones de millones) hasta 2045 para satisfacer el crecimiento esperado de la demanda de combustibles fósiles y compensar la disminución esperada en la producción en los campos existentes. Sin esa inversión, afirmó, el mundo corre el riesgo de subir los precios del petróleo.

“La subinversión sigue siendo uno de los grandes desafíos para la industria petrolera”, sentenció la OPEP. “Sin las inversiones necesarias, existe la posibilidad de una mayor volatilidad”.

—Summer Said contribuyó a este artículo.

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