Las cuatro claves del escenario económico poco auspicioso que delineó el Banco Central en el IPoM

Rosanna Costa, presidenta del Banco Central, junto al Consejo del BC, presentó el Informe de Política Monetaria ante el Senado

La actividad crecería apenas 1,5% promedio en los próximos tres años, la inflación recién volvería a 3% a fines de 2023 y fijo un nuevo techo para tasa de interés de 8,5%. Esas son las coordenadas básicas del panorama que planteó el instituto emisor en su primer Informe de Política Monetaria del año.


Nada de positivo es el panorama que entregó el Banco Central para la economía chilena en el primer Informe de Política Monetaria (IPoM) del año y el primero de Rosanna Costa como presidenta de la entidad rectora. Menor crecimiento, más inflación y tasas más altas es el escenario por el cual deberá transitar en recién asumido gobierno de Gabriel Boric.

1) Crecimiento a la baja

Menos crecimiento de la economía es el que proyectó el Banco Central para este y el próximo año. Para 2022 pasó de un rango de 1,5%-2,5% a otro entre 1% y 2%, mientras que para 2023 la situación es peor, ya que ve como probable una contracción de la actividad, dejando el rango entre -0,25% y 0,75%, menor al anterior de entre 0% y 1%. Para en 2024, en tanto, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandiría en torno a su potencial, entre 2,25% y 3,25%. Así, se si considera el punto medio de esas estimaciones, el promedio esperado para el próximo trienio es de apenas un 1,5%.

El Banco Central resaltó que “es importante notar que estas estimaciones difieren significativamente de las expectativas privadas”. En concreto, la mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas prevé un PIB de 2% para este año, mientras que el Consensus Forecast uno de 2,1%.

En su análisis mencionó que los datos de fines de 2021 y comienzos de 2022 apuntan a que la economía ya estaría en una senda de reducción de los elevados niveles de gasto del año pasado, proceso que está ocurriendo a una velocidad algo más rápida que lo previsto. Así, el IPoM proyecta que el consumo privado y la Formación Bruta de Capital fijo (inversión) se contraerán en 2022-2023. En el caso del consumo, la previsión apunta a -0,2% y -0,8% respectivamente, mientras que para la inversión la estimación es de -3,8% y -0,2%.

Para el consumo, el informe dice que “será clave la elevada base de comparación, el descenso de la liquidez acumulada en los últimos trimestres —parte de la cual se ha destinado a ahorro— y la menor disponibilidad de crédito. En la inversión, jugarán un rol fundamental las condiciones financieras más estrechas y la persistencia de una mayor incertidumbre”.

2) Inflación hasta 10%

Otra de las variables que siguen al alza es la inflación. Los precios en doce meses se ubican en 7,8%, y por ello el ente rector tuvo que elevar su previsión para este año, pasando de 3,7% a 5,6%. En su informe sostiene que la inflación ha seguido aumentando, acercándose a 8% anual, y anticipó que llegaría hasta 10% a mediados de año, para luego comenzar a descender. Resalta que todos los componentes del IPC mostraron variaciones anuales al alza, destacando el rápido aumento del IPC subyacente de bienes, que pasó de alrededor de 5% a mediados de 2021, a cifras en torno a 9% a inicios de 2022.

Pese a esta corrección al alza, tiene una perspectiva positiva para 2023, ya que la sitúa en 2,9% y en 3% para 2024. Explicó que el descenso de la inflación se verá intensificado por un retroceso en los precios de la energía y algunos alimentos, sin embargo, la inflación subyacente tendrá una reducción más pausada, más influida por la reversión de la brecha de actividad. Con todo, también se situará en torno a 3% para inicios de 2024.

El Central dijo que el aumento de la inflación local ha ido más allá de lo previsto en diciembre, resaltando que la mayor parte de la sorpresa se ha concentrado en el componente subyacente del IPC, es decir, por factores internos. “La inflación anual acumulada a febrero de 2022 resultó cerca de 1 punto porcentual mayor que la prevista en el escenario central de diciembre. Más de la mitad de esta sorpresa correspondió a mayores incrementos en los precios de los bienes considerados en el IPC subyacente”, y apuntó que “una parte menos relevante de la sorpresa provino de los precios de alimentos y de los combustibles incluidos en su componente volátil”.

3) Tasas más altas

En este contexto de mayor inflación, el BC ha tenido que acelerar el proceso de normalización monetaria y la Tasa de Política Monetaria (TPM) ha aumentado más rápido que lo previsto en el escenario central delineado en diciembre. Así, en las reuniones de enero y marzo, la tasa se incrementó un total de 300 puntos base, situándose en 7%, pero desde que comenzó el proceso de incrementos, en julio de 2021, ha subido en 650 puntos base.

Dada las mayores presiones inflacionarias, en este informe el corredor de tasa de interés se ubica entre 100 y 200 puntos base por encima del planteado en diciembre, es decir, pasó del orden de 6,75% a un 8,5% para mediados de este año como máximo, aunque el escenario base es llegar a 7,5%. De todos modos, dicho máximo de la tasa es un poco menor al que en promedio esperaba el mercado hasta este martes, cuando el BC subió la tasa en 150 puntos base y no en 175 o 200 puntos base como preveía un sector importante de analistas. De acuerdo al Central, la mayor alza de la tasa de interés contribuirá a la normalización del gasto interno —supuesto clave del descenso de las presiones inflacionarias a mediano plazo— y a un cierre algo más temprano de la brecha de actividad. Además, permitirá mitigar el impacto de la mayor persistencia de una alta inflación en la formación de expectativas.

4) Riesgos centrados en la guerra

En el informe, el instituto emisor analiza escenarios alternativos que provocarían otras acciones de su parte. Uno de ellos es donde los impactos de la guerra en Ucrania adquieren características mucho más nocivas sobre la economía. De ser así, se podría gatillar una desaceleración más severa o incluso una recesión mundial, además de un empeoramiento significativo de las condiciones financieras, particularmente para países emergentes. Sin embargo, añade el Central que “por la propia incertidumbre que rodea al conflicto, es difícil anticipar cuáles efectos predominarían en las decisiones de tasa de interés de materializarse una situación de este tipo”.

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