Tras reorganización de LAP: la lista de empresas de energías renovables que siguen en problemas

La firma que ingresó al Capítulo 11 se transformó en la segunda generadora que inicia el proceso para evitar su quiebra. Mainstream, el segundo mayor actor en generación solar y eólica, cerró exitosamente su reorganización en octubre. Pero al menos otras seis compañías han advertido de la crítica situación que enfrentan en el mercado energético local.


El difícil momento que atraviesan diversas firmas de energías renovables en Chile sumó esta semana un nuevo capítulo, luego que la Latin America Power (LAP) diera a conocer el acuerdo alcanzado con sus acreedores para iniciar su reorganización ante la justicia norteamericana, bajo el Capítulo 11. La compañía se convirtió así en la segunda generadora del sector en iniciar la reestructuración de sus pasivos y activos con el fin de evitar la quiebra, proceso que ya sorteó de manera exitosa Mainstream Renewable Power, el segundo mayor actor eólico y solar en Chile.

Pese al acuerdo con los bonistas, LAP detalló que parte de las negociaciones incluyen un acuerdo para que los socios suscriban un acuerdo para hacer todo lo posible para vender la compañía antes de 2026, según dio a conocer la firma en su comunicado de este jueves.

“Las partes suscribirán un Acuerdo de Facilitación de Ventas para hacer todo lo posible por vender la compañía antes del 31 de diciembre de 2025, prorrogable en determinadas circunstancias hasta el 30 de junio de 2026″, especificó el anuncio revelado ayer.

Con todo, las dos firmas que han protagonizado las reorganizaciones en el sector están lejos de ser las únicas afectadas por el desafiante mercado energético chileno. En el listado, hay al menos otras seis firmas que han acusado serias dificultades en sus operaciones en Chile: Pelicano Solar Company, EDF Renewables, Acciona Energía, Ibereólica, Clean Clean Energy y WPD. Todas forman parte del grupo de nueve generadoras que en febrero ya había solicitado medidas transitorias para elevar el pago de remuneraciones al segmento de generadoras renovables.

Acciona, de capitales españoles, ha sido una de las más activas en acudir a distintas instancias para advertir el riesgo financiero que suponen los desacoples en el mercado eléctrico. De hecho, el Grupo Acciona solicitó en julio pasado iniciar una inédita revisión al precio de la energía pactado por la compañía en el proceso de licitación de suministro eléctrico a clientes regulados 2015/01.

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De hecho, el directorio de Acciona y presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Jaime Toledo, en el marco de la discusión del proyecto de transición energética, dijo realizó un llamado a a “avanzar en soluciones urgentes y de corto plazo, porque la banca internacional está muy preocupada y queremos señales como país de que estas imperfecciones regulatorias las vamos a corregir”.

Ibereólica, también de capitales españoles, incluso puso en duda su permanencia en el país. “Tenemos balances negativos energéticos que están poniendo en seria duda la permanencia del grupo en el país”, dijo el 12 de julio el CEO del grupo Ibereólica Renovables en Chile, Guillermo Dunlop, ante la comisión de Minería y Energía del Senado.

Clean Clean Energy (CCE), firma de capitales austríacos que en Chile opera el parque fotovoltaico La Huella, también ha alertado de su inminente cesación de pagos. “Nuestra situación está siendo realmente insostenible. No vemos posibilidades en este momento de seguir invirtiendo en Chile, es una situación complicada, y hay riesgo de que podamos ser la próxima empresa que caiga en cesación de pagos”, dijo en su momento Ítalo Repetto, jefe de proyecto de CCE.

La firma alemana WPD, en tanto, fue la última en pronunciarse sobre su situación financiera. Lo hizo esta semana ante el Senado, el director Asuntos Corporativos y Sostenibilidad, Mauricio Henríquez, que aseguró que, entre los desafíos que enfrenta el sector, está la dificultad para que las empresas inyecten la totalidad de la energía generada al sistema eléctrico.

“El mes pasado, en nuestros proyectos, la mitad de la energía que producimos no pudo se inyectada al sistema, por dos razones bien concretas: primero, cuando nos instalamos, teníamos espacio en la red, pero a futuro nos encontramos con otros proyectos que vinieron a instalarse después y que terminaron por colapsar la transmisión. Evidentemente, aquello no era previsible en 2015 cuando comenzó el proces. También, el sistema de infraestructura eléctrica no lo estamos utilizando el todo eficiente que podría ser. Hoy día existen tecnologías que pueden hacer que, utilizando la misma infraestructura, podamos ingresar más electricidad al sistema, y vemos ahí un espacio que como país debemos abordar”, dijo este miércoles.

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