Anhelos para 2018: revitalizar tasa de colocación de bonos

ejecutivo

Por Aldo Reyes. Por el bien del país, es de esperar que en 2018 la inversión se revitalice y, con ella, la tasa de colocación de títulos de deuda.




Variables han sido las colocaciones mensuales de bonos este año. Aun cuando es un hecho entendible por el bajo dinamismo de las inversiones, no deja de ser una noticia frustrante dada la importancia del mercado de valores en la economía y, en el caso de Chile, por la demanda de instrumentos por parte de los fondos y las compañías de seguros, entidades relevantes dentro del sistema de pensiones de Chile.

Por el bien del país, es de esperar que en 2018 la inversión se revitalice y, consecuentemente, la tasa de colocación de títulos de deuda. El escenario internacional es favorable para la recuperación de ambas variables, no obstante, no lo es todo. Toda actividad humana colectiva, tal como el quehacer económico, requiere de la confianza y, en particular, de la confianza en sus instituciones políticas que constituyen la base para proyectarse en el largo plazo.

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Las instituciones políticas tienen su estructura formal, organizada por su ordenamiento jurídico - parlamento, leyes, entidades públicas, etc.- y su estructura informal, representada por la forma cómo se practica el ejercicio político. Este último aspecto, qué duda cabe, es lo que como sociedad debe mejorar.

Previo a la segunda vuelta presidencial, las cifras mostraban, al menos para el balotaje, cierta equivalencia entre los seguidores de Guillier y Piñera y que ambos, en conjunto, representaban una masa similar a los que decidieron no votar. Esta es una realidad que la praxi política no puede ignorar, al margen de cómo en un determinado momento se alineen las fuerzas dentro del Congreso. Si cualquiera de las partes, gobierno u oposición, no acepta la acotada importancia relativa en cuanto al apoyo de sus legítimas aspiraciones, necesariamente provocará tensiones que resquebrajarán la confianza.

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Más allá de los resultados obtenidos este Domingo, lo que requiere el país es una sana discusión de ideas, entendiendo que la discrepancia es lo natural, que el debate ciudadano es sobre los idearios políticos y no una "guerra" de quien posee la supremacía moral.

*El autor es gerente general de Humphreys.

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