Las opciones de Venezuela: estallido, salida democrática o dictadura




EL 2016 no fue un buen año para Venezuela. Esto incluso lo reconoció el presidente Nicolás Maduro en su informe anual, el cual dio ante el Tribunal Supremo de Justicia y no ante la Asamblea Nacional, como indica la constitución venezolana ya que según el mandatario el parlamento -de mayoría opositora- está “en desacato”.

Según las cifras preliminares del Banco Central de Venezuela, a las cuales tuvo acceso Reuters, la economía del país se contrajo 18,6% y tuvo una inflación promedio de 489,9%. Las cifras son incluso más duras que las del FMI, según el cual el PIB de Venezuela se contrajo 12% el año pasado, con una inflación de 475%. El panorama para este año tampoco es alentador: la economía venezolana se contraería 6%, y la inflación llegaría a 1.660%. Esto, mientras el desempleo continúa aumentando: se espera que para 2020 llegue al 28%. La escasez crece innegablemente: según un estudio de la firma Kantar Worldpanel un 70% de los productos que se buscan no se encuentran.

La crisis económica es tan profunda que requerirá de años para recuperarse y además necesitará que el petróleo, el principal producto del país, suba con fuerza a niveles de 2012, cuando se encontraba en US$94,11 el barril, mientras el año pasado cerró en promedio en US$43,34. “Si se recuperaran los precios del petróleo, el gobierno tendría más margen de maniobra y más capacidad de inyectar dinero en políticas públicas, lo que por lo menos permitiría descomprimir la situación”, afirma Carlos Malamud, investigador de América Latina en el Real Instituto Elcano, en España. Sin embargo, esto no pareciera ser una opción: los contratos futuros del crudo para 2021 se están transando en US$57,8 el barril.

Por otro lado, según analistas de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, alrededor de 1,5 millones de venezolanos se han ido del país. “Muchos de los sectores más preparados, tanto desde el punto de vista profesional como político, han emigrado. Eso hace que la ubicación del capital humano a la hora de recuperar el país tenga un costo muy alto”, explica Malamud.

Muchos expertos ya se están cuestionando cuál podría ser la salida de la crisis política y económica que vive la otrora potencia petrolera. “Existe una realidad, de una grave crisis económica, de un cansancio de la gente, de una popularidad bajísima, no sólo de Maduro sino del gobierno en general, de una comunidad internacional que está cada vez más clara de lo que está ocurriendo en Venezuela y de las consecuencias que pueda tener el colapso de este país en la región. Hay muchas variables que manejar, sin embargo, ninguna de ellas muestra un camino concreto”, comenta Miguel Velarde, economista y director de la consultora política Alpha Politikòs, en Venezuela.

El camino democrático

La opción más deseada es que la crisis se solucione por vías democráticas, es decir, que por normas constitucionales se encuentre una forma para reavivar la economía y que se respeten las elecciones locales de este año y las presidenciales de 2018.

“Otro camino institucional clásico sería una Asamblea Nacional Constituyente pero para ello habría que hacer un esfuerzo aún mayor del que se requirió para el referendo revocatorio”, agrega John Magdaleno, politólogo y director de Polity. El objetivo de esta asamblea sería redactar una nueva constitución, para ello se necesitaría conseguir el 15% de las firmas de los electores.

Sin embargo, el experto explica que, al igual que para el referendo, esta opción requeriría del apoyo de otros poderes públicos además del congreso, los cuales hoy están alineados con el ejecutivo, por lo que no sería algo fácil de conseguir. En cuanto a esta alternativa, Carlos Malamud agrega que no sería muy conveniente para la oposición ya que significaría derogar la carta magna chavista. “Tienen que tener una respuesta para los sectores chavistas no alineados con el gobierno, que constituyen un parte importante de la población venezolana”, explica.

El economista venezolano Oscar Forero es enfático en que esta debería ser la única opción que se baraje. “La solución debe ser el diálogo. Obviamente el gobierno en este momento no está en condiciones de irse a un proceso electoral porque mientras no resuelva el tema económico el apoyo popular va a ser bastante difícil, pero el gobierno tiene que pagar un precio político por algunas acciones que no se han tomado. El proceso tampoco va a ser tan fácil para la oposición, porque generalmente han estado unidos para enfrentar al chavismo. En estos momentos hay gobernaciones en las cuales están postulando 17 candidatos solamente de la oposición. Eso podría permitir a algunos grupos chavistas mantenerse en el poder”.

De todas maneras para Forero “el problema de Venezuela no se va a resolver cambiando un gobierno” ya que para él el tema está en el modelo del país y niega que la vía socialista haya fracasado en Venezuela. “Que la vía hacia el socialismo venezolano fracasó yo difiero, lo que ha fracasado dentro de Venezuela es la burocracia. No podría decir que el neoliberalismo va a solucionar el problema, nosotros en los ‘90 vimos cómo el neoliberalismo terminó de empobrecer a la población”, explica.

Miguel Velarde, por su parte, comenta que “el camino que tienen las fuerzas democráticas por delante es más difícil que nunca”.

El estallido social

Si las vías constitucionales no se respetan Magdaleno afirma que el malestar seguirá aumentando. “El gobierno no está dando señales de disposición de corregir el rumbo de las políticas económicas más bien de querer profundizarlas”, explica y advierte que algunos sectores sociales y políticos podrían considerar realizar una revolución. En esa misma línea, Carlos Malamud explica que “no habría que descartar un estallido violento este año”. Ese escenario ocurriría si se agravan las circunstancias actuales.

Alebrto Bernal, estratega jefe de mercados emergentes de la firma XP Securities, es más tajante: “Para mí lo único que puede cambiar esto es una desobediencia civil completa. Lo único que sacaría a Venezuela es una revolución, algo parecido a lo que pasó en Yugoslavia hace treinta años. Yo no veo ninguna opción diferente porque no hay espacio para un cambio de gobierno en paz”.

La vía autoritaria

Bernal también advierte que si la salida no se hace por medio de una fuerte revolución, algo parecido al Caracazo de 1989, el gobierno deberá radicalizarse. “Aquí hay dos opciones, un colapso del gobierno o Venezuela termina igual a Cuba, básicamente un sistema autoritario sin elecciones, donde la las libertades civiles se acaban del todo. Venezuela podría aguantar más como está en un sistema autoritario y represivo”.

Siguiendo esa teoría, John Magdaleno afirma: “En Venezuela ya no estamos ni siquiera en el autoritarismo competitivo, cuando el gobierno tiene ventaja, eso fue hasta las elecciones de 2013. Ha ido mutando a un régimen cada vez más autoritario y cada vez menos competitivo”.

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