Hace 10 años que no era visto: la sorpresiva aparición de “pájaro enmascarado” en Región de Valparaíso

La sorpresiva aparición del “pájaro enmascarado” en San Antonio. Imagen referencial.

La especie fue vista en San Antonio, lo que es extraño, ya que es un ave de zonas tropicales fuera de la corriente de Humboldt y en Chile es más común en Isla de Pascua. Existían dos registros anteriores de 2005 y 2012.


Hace solo unos días, se produjo un nuevo y sorpresivo registro de un ejemplar de piquero blanco (Sula dactylatra), también conocido como piquero enmascarado, en San Antonio, Región de Valparaíso.

En horas de la mañana del domingo, un funcionario del puerto de la empresa DPW, se comunicó con el conservador del Museo de Ciencias Naturales de San Antonio, José Luis Brito, para informar de una extraña ave detectada a bordo del buque chileno MN SPL ATACAMA.

Brito, tras acudir al lugar, pudo determinar que se trataba de un ejemplar adulto de piquero blanco, una especie pariente del piquero gris (Sula variegata), que es posible de observar diariamente en la bahía del puerto de San Antonio.

La sorpresiva aparición de un piquero blanco en San Antonio

Sin embargo, el piquero blanco, es una especie de zonas más tropicales y subtropicales fuera de la corriente de Humboldt, la que evita, por lo que en Chile habita las islas oceánicas, como Isla de Pascua, Sala y Gómez, San Félix y San Ambrosio.

“El piquero blanco, una vez que salió del barco, voló al puerto y se posó sobre unos contenedores, pero luego desapareció. Espero logre ubicarse y volver más al norte”, señala Brito.

Imagen del ejemplar visto en San Antonio.

El piquero blanco, también conocido como alcatraz enmascarado, es una especie de ave suliforme de la familia Sulidae, propia de los océanos cálidos del hemisferio sur. Tradicionalmente se reconocen cuatro subespecies:

  • Sula dactylatra dactylatra
  • Sula dactylatra fullagari
  • Sula dactylatra melanops
  • Sula dactylatra personata

La especie, en su etapa adulta, alcanza un máximo de 86 centímetros de largo, una envergadura de 160 centímetros y un peso de hasta 2.350 gramos. Su plumaje es completamente blanco, con excepción de parte de su cara, alas y cola, que presentan plumas negras.

El pico y los ojos son amarillos, mientras que las patas, en los machos, son oliváceas, mientras que en las hembras, tienen una tonalidad gris oscuro. Estas últimas son de mayor tamaño.

Su alimentación se basa en peces en cardúmenes, especialmente peces voladores, aunque también buscan calamares. Por otra parte, son víctimas frecuentes de aves fragatas.

La especie con sus alas extendidas.

Su reproducción es en colonias pequeñas a medianas en islas rocosas, y los nidos, son puestos estratégicamente en pendientes o cornisas de acantilados, además de mesetas o terrenos planos, pero entre vegetación. Los huevos miden aproximadamente entre 46 y 67 mm.

La sorpresiva aparición de un piquero blanco en San Antonio

Existe un primer registro para San Antonio en diciembre de 2005, revela Brito, también historiador y naturalista, de otro ejemplar adulto y que venia a bordo de un buque, “pero con su plumaje empetrolado, el que sobrevivió alrededor de un mes, pese a los cuidados en el Centro de Rescate y Rehabilitación de fauna silvestre del museo”.

Actualmente, “se encuentra taxidermizado en la colección del Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio. También hay un registro para Arica, y un segundo en Cachagua, ambos en 2012″, añade Brito.

Tiene plumas blancas y negras.

Este nuevo registro, es de un adulto, que llegó volando al barco chileno, mientras este último estaba realizando maniobras frente al puerto, esperando poder ingresar a descargar. “Una vez detectado, y por lo visto muy agotado, después de descansar un par de horas, el ave emprendió el vuelo entre los contenedores del puerto”, revela Brito.

Por lo tanto se trata del segundo registro de esta ave en la costa de San Antonio, y el segundo para la Región de Valparaíso, añade.

Luego del hallazgo, Brito revela que continuaron monitoreando al ave tropical, para ver si lograba recuperarse y observar hacia dónde emprendía rumbo.

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