La revancha de los smartwatches: de relojes “tontos” a salvar tu vida

La próxima semana arriba a Chile una actualización para los Apple Watch 4 y 5, que permitirá a los usuarios realizar un electrocardiograma, lo que se suma a funciones de detección de caídas y otros. ¿Son tan efectivos?


Los relojes inteligentes han avanzado a pasos enormes. Aunque los modelos actuales fueron menospreciados en un inicio por su dependencia del teléfono, su limitada variedad de aplicaciones y el poco tiempo de duración de su batería, los enfoques tomados por la industria -deporte y salud principalmente- han hecho que estos aparatos, cuya primera versión data de 1994 por la Nasa, hayan aumentado su presencia en las muñecas de los usuarios.

Así lo demuestran estudios que dan cuenta del crecimiento de este mercado. Según IDC, en 2019 se enviaron casi 70 millones de relojes inteligentes y para 2023 el volumen total alcanzará los 110 millones en todo el mundo, superando a otros “wearables” como los audífonos bluetooth y las bandas deportivas. La consultora señala que la industria de los smartwatches es liderada por Apple y watchOS por un amplio margen, siendo seguido por sistemas operativos como Tizen de Samsung y WearOS de Google, junto a su reciente adquisición, Fitbit OS.

Pero desde el principio, las empresas decidieron hacer sus propias apuestas. Samsung, uno de los fabricantes que más modelos ha lanzado al mercado, desde su Galaxy Gear (2013) se decidió por el deporte o el segmento corporativo, y últimamente ha añadido funciones enfocadas en la salud. Otros como Motorola o Huawei se alimentan del sistema operativo WearOS de Google y aprovechan sus millones de usuarios en Android, Fitbit se mantuvo compitiendo con bandas deportivas y relojes con larga duración de batería, y Garmin puso sus esfuerzos en el área de los amantes del trekking y la naturaleza. Apple por su parte, salió a las tiendas a fines de 2015, cuando ya había un pequeño y tímido mercado disponible, naturalmente apuntando al deporte y su retroalimentación con iOS, pero sobre todo a la salud.

Así lo demostró en las conferencias pasadas de presentación de estos productos, estableciendo alianzas con universidades y centros de salud de renombre, utilizando los datos médicos para mejorar sus características y lanzar nuevas funciones. Esto quedó reflejado en estudios que derivaron en funciones para la salud femenina, del corazón, salud auditiva o detección de caídas, herramienta que da aviso a un contacto cuando el usuario tiene una caída fuerte y no muestra signos de reanimación. Esta última ha sido una de las más celebradas, debido a historias de personas que han caído mientras hacen montañismo, en bicicleta, o incluso mientras toman una ducha.

Una de las investigaciones recientes se relaciona a la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, que entre 2017 y 2018 estudió los datos anónimos de 400 mil usuarios de Apple Watch para la detección de la fibrilación auricular, un tipo de arritmia muy frecuente en personas mayores de 40 años capaz de provocar accidentes cardiovasculares, la segunda causa de muerte más común en el mundo y que en Chile sufren unas 200 mil personas.

“Los resultados del estudio fueron muy positivos”, cuenta la Dra. Sumbul Desai, vice presidente de salud de Apple a La Tercera. “La aplicación de ECG demostró en 600 participantes una sensibilidad del 98,3% en la clasificación de la fibrilación auricular en comparación con un ECG de 12 derivaciones y una especificidad del 99,6% en la clasificación del ritmo sinusal normal en comparación con el método tradicional”.

Además, en relación a los datos registrados en este tipo de estudios, señaló que por temas de privacidad no se comparten datos de los pacientes con instituciones médicas, pero sí trabajan en conjunto para el desarrollo de aplicaciones y mejoras; en este sentido, indica que por ahora no existen acuerdos con organismos médicos chilenos, pero que los resultados estarán disponibles próximamente.

Estos trabajos conducirían a la disponibilidad de la notificaciones de ritmo irregular aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, por primera vez para un dispositivo de consumo, contando con el aval de la American Heart Association. Este mismo sistema estará disponible desde la próxima semana para los Apple Watch Series 1 en adelante, además del registro de electrocardiograma (ECG),lanzado en el Apple Watch Series 4 (2018), que tras recibir la aprobación de las autoridades chilenas de salud, llegará a los modelos Series 4 y 5 del reloj inteligente de la compañía californiana.

Así, con la aplicación de la aplicación llamada ECG, disponible con la actualización iOS 13.4 y watchOS 6.2, quienes tengan síntomas como latidos cardíacos rápidos, o reciben una notificación de ritmo irregular, podrán capturar un registro de sus síntomas para ver a un especialista. Así ha ocurrido con no pocas personas, quienes afirman que esta tecnología los ha salvado de ataques cardíacos.

¿Cómo funciona?

Para realizar un electrocardiograma o monitorear una notificación de ritmo irregular, basta con abrir la app ECG y mantener presionada corona digital por 30 segundos. El sistema utiliza el sensor cardíaco eléctrico integrado y el cristal posterior (que entra en contacto con la piel), entregando resultados de ritmo sinusal, fibrilación auricular o un no concluyente, consultando al usuario si tiene síntomas como latidos cardíacos rápidos o fuertes, mareos o fatiga. Posterior a eso, la forma de onda, resultados, fecha, hora y cualquier síntoma se registran y se pueden exportar desde la aplicación como PDF para compartir con un especialista.

“Confiamos en la capacidad que tienen estas funcionalidades de ayudar a los usuarios a mantener conversaciones más informadas con sus médicos”, señala la Dra. Desai.

Jean Romagnoli, jefe médico en la especialidad medicina del deporte de la Universidad de Santiago, conoce las capacidades del dispositivo y tiene experiencia con el monitoreo cardíaco en deportistas, herramienta que utiliza debido a las pruebas participativas en fútbol. Además tiene arritmia, algo que recién supo cuando se iba a operar de la cadera: “Estoy sorprendido con la aplicación de monitoreo (del reloj) por su monitor de frecuencia cardíaca y ya me ha avisado un par de veces que he superado los límites establecidos cuando estaba durmiendo. Tengo una arritmia que controlo con medicamentos, y cuando supero los 120 latidos por minuto en reposo se considera anormal, ya que puedes tener fiebre o tu corazón no está funcionando con normalidad”.

“La aplicación de electrocardiograma sigue la misma línea”, añade. “Es muy útil en detectar trastornos del ritmo cardíaco como la arritmia, en aumento a nivel global debido al sedentarismo y que puede derivar a futuro en un marcapasos”.

Según su experiencia, las tecnologías de medición de frecuencias cardíacas de los relojes inteligentes no cambia respecto a lo que podríamos obtener con medios convencionales, por lo que considera válidos sus registros: “El electrocardiograma al medir más derivadas considera otros segmentos del corazón y permite diagnósticos como un infarto, por ejemplo. A igualdad de condiciones no habría diferencias en confiabilidad”, puntualiza.

Pero los estudios continúan. Hace algunas semanas, Apple anunció un acuerdo con Johnson & Johnson para el desarrollo de una nueva investigación que busca averiguar si el Apple Watch (o cualquier otro dispositivo con sensores ECG, existen casi 10 en el mercado) puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y detectar la fibrilación auricular. De acuerdo a Johnson & Johnson, esto puede ser difícil de diagnosticar, debido a que las personas a menudo no presentan síntomas previos.

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