mAbxience: el imponente laboratorio argentino donde se fabricará la vacuna de la U. de Oxford

Inaugurado en febrero y diseñado en un primer momento para desarrollar fármacos contra el cáncer o el dengue, hoy fue el establecimiento escogido para una labor más urgente: crear una vacuna para combatir el coronavirus.


Garín es un barrio industrial en las afueras de Buenos Aires. En el lugar se emplazan depósitos, bodegas y una floreciente industria. Y desde el 21 de febrero, también es el hogar del laboratorio mAbxience. Inaugurado por el propio presidente Alberto Fernández, que tras el protocolar corte de cinta, aseguró que se trataba de “la puesta en marcha de un proyecto significativo”.

El presidente Alberto Fernández, durante la inauguración del laboratorio, en febrero. Foto: mAbxience

El laboratorio, que ocupa unos 10 mil metros cuadrados en una zona agrícola de Garín, trabajan 150 personas y tiene un estándar de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) o GMP (Good Manufacturing Practices, en inglés), el principal escalafón internacional de un laboratorio.

Por eso, fue el laboratorio elegido por AstraZeneca para empaquetar su futura vacuna contra el coronavirus, que trabaja en alianza con la U. de Oxford, y que por su nivel de desarrollo y estudios, es considerada la más “avanzada y prometedora del mundo”.

Pese a que el laboratorio fue diseñado en su origen para el desarrollo de fármacos para otras enfermedades, como el dengue, la fulminante irrupción del coronavirus, cambió un poco los planes. De hecho, mAbxience ya estaba trabajando en un suero equino, con el que se intenta producir una terapia para reemplazar al plasma convaleciente de pacientes que se han recuperado de coronavirus, y que ya ha arrojado buenos resultados en enfermos que se encuentran en terapia intermedia, a punto de pasar a intensiva.

La idea es que el recinto sea capaz de fabricar 250 millones de dosis de la vacuna, suficiente para abastecer a toda Latinoamérica.

Mauricio Seigelchifer, director de Transferencia de Tecnología de la planta, le dijo a Clarín que producirán hasta 40 millones de dosis por mes, casi la población argentina.

El ejecutivo explicó que la planta recibirá las células y virus que usa AstraZeneca, con lo que se hará la sustancia activa de la vacuna, que luego viajará a México para su envasado.

El costo será afrontado por la Fundación Slim, garante de la inversión en el caso de que las próximas fases de prueba de la vacuna no den resultado positivo. Si el resultado es exitoso, el laboratorio venderá cada dosis a entre 3 y 4 dólares.

Christian Muñoz, director del proyecto “Atacama Desert Vaccine Laboratory”, que busca dotar a la U. de Antofagasta de un laboratorio capaz de fabricar vacunas en el país, dice que Argentina y Brasil son los únicos países sudamericanos capaces de crear vacunas hoy.

“Si nosotros logramos construir una planta de manufactura, podríamos ser capaces de hacer lo mismo”, dice.

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