Lo que pasa en Las Vegas

la nueva versión de la consumer electronics show no ha tenido una estrella en particular, pero entre sus novedades más interesantes se cuentan nuevos aparatos para la internet de las cosas y, claro, la cada vez más concreta realidad virtual.




Como todos los años, en la siempre hiperactiva ciudad de Las Vegas, acaba de finalizar una nueva versión de la Consumer Electronics Show (CES), el evento de tecnología más importante del mundo. Y si bien la convención hace mucho no deslumbra con algún tipo de tecnología revolucionaria que deje boquiabierto al público, sigue siendo el barómetro de la industria para entender hacia dónde apuntan las tecnologías de consumo. Pantallas, gadgets, celulares y tabletas, automóviles, sistemas de sonido, electrónica en general y todo lo que tenga un circuito debiera estar presente en esta feria que se realiza desde 1967 y que ha hecho debutar aparatos como el VHS, el minidisc y la TV de alta definición, entre otras cosas. Por cierto, los más grandes actores de la industria —con la notoria excepción de Apple, que siempre monta su show aparte, aunque en la feria se cuenten cientos de accesorios para sus productos— se dan cita acá por tres días. Más de 170 mil personas asisten: un mar humano de ejecutivos, geeks y nerds.

Como es tradición, marcas como Samsung, Sony, LG, Panasonic, Motorola, Lenovo, Huawei, Microsoft, Intel, Qualcomm, Nvidia y muchas otras más despliegan en brillantes y coloridos stands todas sus armas. A diferencia de años anteriores, donde generalmente una tecnología en particular se arrancaba con los aplausos, este año no se distingue un producto en particular. Podríamos decir que la realidad virtual es probablemente lo que más concita atención inmediata, pero son otros conceptos los que se ven más interesantes como tendencia. Un buen ejemplo, la internet de las cosas. Al fin estamos viendo utilidades concretas de control doméstico que a su vez van de la mano con televisores, smartphones, relojes inteligentes y hasta automóviles. Un caso interesante es el de los televisores, siempre vedetes en estos eventos, pero claramente a la baja en pos de las segundas pantallas. Ahora podrían tener un nuevo aliento, para transformarse en el nervio de control central para todas las necesidades caseras (y a distancia) que se puedan tener. También, cada vez se aprecia más robótica independiente al servicio del hogar. Los vestibles o "wearables" también acaparan vitrinas y más marcas se han sumado a la moda, cada vez con más opciones y posibilidades.

La realidad virtual, ahora en su momento de demostrarle al mundo que es la tecnología más disruptiva de los últimos años, también concentra buena parte de la atención de los asistentes. No por nada esta misma semana salió a la venta el esperado Oculus Rift, propiedad de Facebook, con un éxito arrollador en su demanda (a US$ 600 el aparato). Mientras, en la CES, el Gear VR de Samsung, el PlayStation VR de Sony y el HTC Vive y otros tantos más son los dulces de la feria y las filas de pacientes asistentes que a veces deben esperar largos minutos para probarlos por algunos momentos llega a ser sobrecogedor. Pero se entiende. O más bien, hay que experimentarlo para entenderlo.

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