Nada menos que toda una mujer

Inspirada en un libro de Patricia Highsmith, la película muestra la Nueva York de los años 50, donde las cosas han cambiado un poco para las mujeres, pero no tanto como para que las Rose (Titanic) hayan podido esquivar su destino.




Una de las mejores escenas de Titanic ocurre al interior del barco, en la intimidad de un camarote. Lejos del abrazo icónico de Rose y Jack con vista al mar y antes del aparatoso hundimiento. En esa escena, Rose, la rebelde Rose, se queja de su destino: casarse con un millonario para salvar a su familia de la ruina. La respuesta de la madre resuena como una bofetada: "Claro que es injusto. Somos mujeres".

Esa misma frase cobra fuerza en Carol, de Todd Haynes. Inspirada en un libro de Patricia Highsmith, la película muestra la Nueva York de los años 50, donde las cosas han cambiado un poco para las mujeres, pero no tanto como para que las Rose hayan podido esquivar su destino. En una tienda por departamentos, en vísperas de Navidad, una joven vendedora con ambiciones de fotógrafa (Rooney Mara) queda encandilada con una elegante mujer, Carol (Cate Blanchett), que busca un regalo para su hija. La atracción entre ambas es inmediata, y no pasará mucho tiempo hasta que este amor prohibido estalle y, de paso, ponga de cabeza la vida de estas dos mujeres.

Algo de esa atmósfera se insinuaba en Brooklyn —estrenada la semana pasada—, con la historia de la ingenua y recatada Eilis (Saoirse Ronan), una inmigrante irlandesa que llegaba a Nueva York, también en la década del 50. Pero si Brooklyn era un gran bostezo y la corrección hecha película, Carol es una clase de sutileza. Haynes filma con un tempo pausado, como si quisiera tomarles el pulso a las convenciones de la época y a las dudas y pesares que viven sus personajes. Estas no son mujeres al borde de un ataque de nervios y, por eso, la película está construida por pequeños detalles, miradas y silencios cómplices.

Así, Carol también es finalmente una película romántica. Ferozmente romántica. Un amor lésbico a través del cual Haynes explora el rol de las mujeres en esos años —algo que ya mostró en Lejos del cielo, con Julianne Moore, y sobre lo que Mad Men dictó cátedra, con Betty Draper y Peggy Olson como los dos extremos de la sumisión y la rebeldía—. Mujeres de espíritu libre, atrapadas en el rol de esposas y madres perfectas.

"Carol", de Todd Haynes.

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