Juez dedicó emotiva carta a niño que quería cambiar su apellido paterno

Juez dedicó emotiva carta a niño que quería cambiar su apellido paterno. Foto: Agencia Uno.

El gesto del magistrado Cristián Seura fue porque deseaba que el niño comprendiera de forma más cercana y clara lo que le estaba ocurriendo. “Esta sentencia marcará un antes y un después en tu vida”, se lee en la misiva.


Una llamativa situación se vivió hace unos días al interior del Juzgado de Letras, Garantía y Familia de la comuna de La Unión, en la Región de Los Ríos.

Saliéndose de la vía protocolar en que se redactan y dictan las sentencias en los tribunales, el juez Cristián Seura Gutiérrez decidió escribir una carta a un niño de 14 años para comunicarle de forma sencilla lo que había decidido en la demanda por impugnación y reclamación de paternidad, la que había sido interpuesta por la madre.

El fallo permitiría que el niño pudiera cambiar su apellido paterno por el que llevaba su padre social, quien lo había acogido y criado desde su infancia.

Según relató el magistrado a LUN, redactó la misiva en su computador y más tarde la leyó frente al tribunal, para luego relatar que la demanda había sido acogida. Dentro de la sala, estaba sentado el niño. “Fue muy emotivo”, relató al medio. Al escrito también le puso su firma, el timbre del tribunal y unos dibujos.

Lo que decía la carta del juez dedicada al niño

“Esta sentencia marcará un antes y un después en tu vida, pues sabemos lo complejo y difícil que ha sido para ti tener que explicar a los demás quién es tu papá”, parte mencionando la carta.

Luego le escribió al adolescente que ese anhelo que había guardado “por más de 10 años”, ahora se estaba concretando de manera legal. “Sabemos que nada cambiaría en tu relación con tu padre, porque aquella ya está formada, ya es sólida y representa un espacio de protección, aceptación y cariño”.

Un juez de familia le escribió una carta a un niño que deseaba cambiar su apellido paterno.

La misiva también hace hincapié en que hay veces en que los adultos no tienen la suficiente empatía para pensar en lo que está viviendo un niño. Y agregó: “No cabe duda que este proceso y su término será motivo de alegría y celebración en la intimidad de tu hogar, con quienes hoy son parte significativa en tus cuidados y desarrollo”.

“Solo espero que tu padre te siga cuidando y brindando todo el amor que mereces, junto a tu madre y hermana. Espero haber contribuido con una pequeña parte en la historia de tu vida”, concluye el escrito.

¿Qué motivó al juez para escribir la carta?

Seura contó que si bien antes había hecho otras intervenciones para conversar con los infantes involucrados en las acciones legales que se ven en el tribunal, nunca había realizado una iniciativa como lo fue la carta.

“Fueron muchos elementos que me llevaron a hacerlo de esa forma”, dijo sobre sus motivaciones. Una parte de su decisión se basó en que deseaba que el niño tuviera la posibilidad de entender de mejor manera lo que estaba ocurriendo y también el impacto que esta sentencia tendría en su vida.

En esa línea, el juez de La Unión enfatizó en que “los niños tienen el derecho a ser oídos y comprender. Uno no puede obligarlos, pero en este caso él accedió a tener una audiencia conmigo. Ahí me conmovió la manera en que relató todo lo que había tenido que pasar hasta ese momento”.

Durante esa audiencia el adolescente le relató que habían ocasiones en que lo molestaban en el colegio a causa de su apellido y que en las pruebas ponía el apellido de la persona que lo crió, a quien sentía como su padre real.

"Los niños tienen el derecho a ser oídos y comprender", dijo el juez Cristián Seura.

Asimismo, le dijo que habían adultos que lo trataban de forma diferente a su hermana por toda esta situación. “No lograba entender por qué la gente hacía diferencias”, aseguró Seura. Para llegar a su decisión, el juez recordó que incluso vio fotografías del niño en compañía de su padre, a medida que había ido creciendo.

“Incorporé esas palabras especiales pensando en que en algún momento, si es que él desea revisar el fallo cuando sea adulto, tenga la perspectiva que produjo en mí en ese momento de la redacción”, añadió.

“Otra cosa importante es que me interesaba mucho que él entendiera el principio de autonomía progresiva, que no había vuelta atrás. Si yo acogía su demanda, él no podía arrepentirse y decir que en realidad no era lo que quería. Me interesaba mucho que él entendiera ese efecto porque esto no era solo un cambio de nombre, era una modificación sobre quién es su padre”, finalizó Seura.

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