Enviar un emoji del pulgar hacia arriba podría significar que estás aceptando un contrato

Un tribunal canadiense resolvió que un agricultor deberá pagar una multa de 61 mil dólares. ¿La razón? Mandó el símbolo digital después de recibir por mensaje de texto un contrato.


Recurrir a los emojis en plataformas de mensajería como WhatsApp o en redes sociales es una práctica extendida casi en todas las edades. Hay veces en que estos se usan para acompañar un texto, y otras, solo uno de estos íconos puede bastar para responder y que el destinatario comprenda de inmediato a qué nos referimos.

Es el caso del emoji con el pulgar hacia arriba, que imita un gesto realizado en todo el mundo y que significa que estás de acuerdo con alguien. Aunque se trata de un símbolo utilizado tanto en conversaciones serias como relajadas por las vías digitales, deberás pensar bien en qué instancias seguir usándolo ya que podría ser una idea no tan buena. Aún más, si hay negocios o contratos involucrados.

En Canadá, un juez determinó que este emoji equivale a que una persona acepte oficialmente un acuerdo contractual y que se puede interpretar como una firma digital.

Lo anterior “parece ser la nueva realidad en la sociedad”, aseguró el magistrado Timothy Keene. “Los tribunales tendrán que ser listos para afrontar los nuevos retos que puedan surgir por el uso de emojis y similares”.

El histórico caso ocurrido en el Tribunal de King’s Bench de Canadá partió cuando el demandado, un agricultor llamado Chris Achter, envió este ícono después de recibir un contrato por mensaje de texto.

Si bien Achter se defendió diciendo que había mandado el emoji para “acusar recibo”, la justicia resolvió que había incumplido el contrato, por lo que deberá pagar la suma de 82 mil dólares canadienses, lo que equivale a 61 mil dólares estadounidenses.

Cómo partió el caso

Según plantea el fallo judicial, Achter tenía una relación de negocios “de larga data” con el comprador de granos Kent Mickleborough antes de que surgiera el conflicto. Producto de la pandemia, a partir de 2020 comenzaron a comunicarse solo por vía telefónica y mensajes de texto para concretar los contratos.

Mickleborough, el demandante, aseguró que el 26 de marzo de 2021 le envió un mensaje de texto a todos sus clientes donde planteaba el precio al que podría comprar lino. Luego llamó por teléfono a Achter para ver si le interesaba firmar el contrato y explicó que buscaba que la venta se entregara en noviembre de 2021.

El pulgar hacia arriba es uno de los tantos emojis que existen en la comunicación digital.

El agricultor respondió que quería realizar un contrato donde entregaría 86 toneladas métricas de linaza. Considerando lo anterior, el comprador le dijo que escribiría el contrato oficial y que posteriormente se lo mandaría por mensaje de texto como lo había hecho tantas otras veces, por lo que Achter tendría que aceptar el contrato cuando lo recibiera.

Mickleborough redactó el documento, lo firmó y se lo mandó a Achter para que lo firmara. “Por favor, confirme el contrato de lino”, escribió. Achter contestó con el emoji del pulgar hacia arriba y se comprendió que esa había sido su forma “digital” de firmarlo.

En el pasado, los hombres habían llegado a acuerdos contractuales de trigo duro en los que el agricultor solo se había limitado a responder “se ve bien”, “ok” y “sí” para aceptar los términos. En esas instancias todo salió dentro de lo esperado, pues lo pedido fue entregado. Para el contrato de marzo de 2021, se entendió que el emoji significaba lo mismo que esas escuetas respuestas.

Pero en esta ocasión, Achter no entregó las toneladas de linaza en la fecha acordada y Mickleborough decidió emprender acciones legales.

La disputa por el significado del emoji

El caso también incluyó una disyuntiva por el significado de este símbolo usado en chats o mensajes de texto, porque Achter sugirió que este ícono no se podía interpretar como que había aceptado de manera oficial.

En su declaración, el hombre aseguró que “el emoji de pulgar hacia arriba simplemente confirmó que recibí el contrato”. Luego argumentó que en ningún caso significaba que estuviera de acuerdo, que tampoco se le enviaron todos los términos y que era muy usual que Mickleborough le enviara mensajes de textos muy “informales” como chistes.

“Niego que haya aceptado el emoji de pulgar hacia arriba como firma digital del contrato incompleto. No tuve tiempo de revisar el contrato y simplemente quería indicar que recibí su mensaje de texto”, afirmó.

El uso de íconos en redes sociales es una forma de expresarse o enfatizar algún tipo de mensaje.

Jean-Pierre Jordaan, el abogado de Achter, también intervino en medio de un interrogatorio en el tribunal, luego de que a su cliente se le mostrara que el símbolo podía entenderse como “acuerdo”, tal como arrojaba la búsqueda de Google que le mostraron en ese mismo instante. “Mi cliente no es un experto en emojis”, dijo el defensor.

Para sustentar el fallo a favor de Mickleborough, el juez Keene recurrió al sitio Dictionary.com que plantea que este emoji “se usa para expresar asentimiento, aprobación o aliento” en todo lo que es digital.

“No estoy seguro de cuán autoritario es, pero esto parece concordar con mi comprensión de mi uso diario, incluso como un recién llegado al mundo de la tecnología”, dijo Keene.

“Este tribunal reconoce fácilmente que un emoji (con el pulgar hacia arriba) es un medio no tradicional para ‘firmar’ un documento, pero, sin embargo, en estas circunstancias, esta era una forma válida de transmitir los dos propósitos de una ‘firma’”, concluyó.

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